El bosque, mucho más que árboles
Un bosque constituye un conjunto de relaciones, no solo entre los árboles, el suelo, el aire y el agua, sino también entre diversas formas de vida.
Árboles en un bosque. / Foto: Unsplash – Imagen de referencia
LatinAmerican Post | Jorge Guasp
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A simple vista, un bosque puede parecer un mero conjunto de árboles. Sin embargo, esos ejemplares agrupados representan un ecosistema único, donde el todo es mucho más que la suma de las partes. Un bosque constituye, en realidad, un conjunto de relaciones, no solo entre los árboles, el suelo, el aire y el agua, sino también entre esos elementos y diversas formas de vida.
El bosque no solo proporciona sombra y madera
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), en su artículo Bosques sostenibles: el supermercado de la naturaleza, “los bosques son uno de los grandes proveedores de la naturaleza. Además de ser una fuente de agua y seguridad alimentaria, los bosques nos proporcionan muchos recursos, como papel y todos sus derivados, medicinas y energía renovable; también se pueden considerar generadores de aire acondicionado de baja tecnología, además de efectivos purificadores de aire. Protegen y enriquecen la biodiversidad y son una herramienta importante en la lucha contra el cambio climático”.
Los bosques nos brindan numerosos bienes y servicios ambientales
1. Leña y madera
Muchas comunidades rurales de los países en vías de desarrollo, aún dependen de la leña para cocinar y calentar sus hogares, y de la madera local para construir sus viviendas e instalaciones complementarias.
2. Hábitat para fauna
El bosque es el hábitat de numerosas especies de fauna. El yaguareté, por ejemplo, ha sido declarado Monumento Natural Nacional (Ley Nacional Nº 25463/2001) por la Administración de Parques Nacionales de Argentina, y se considera en peligro para ese país. El tapir, por su parte, es otra especie de los bosques que, según el Sistema de Información de Biodiversidad (SIB, Argentina), se encuentra en peligro en varios países de Sudamérica.
Tanto el yaguareté como el tapir, necesitan de enormes extensiones de bosque escasamente modificado para poder sobrevivir; por este motivo, los desmontes y la fragmentación de las selvas han perjudicado a ambas especies en forma directa.
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3. Protección contra las lluvias y disponibilidad de agua
Las masas boscosas garantizan la disponibilidad de agua, incluso en épocas de sequía, puesto que el ambiente forestal protege los acuíferos y regula tanto el ingreso como la salida de agua, evitando asimismo las inundaciones, la erosión y los aludes a los que están expuestos los terrenos sin árboles.
4. Oportunidades de recreación
Los senderos que atraviesan áreas boscosas representan uno de los principales atractivos para el turismo en distintos lugares del mundo. En la Patagonia Argentina, miles de visitantes recorren el Bosque Andino Patagónico, a menudo a través de senderos que discurren en áreas montañosas de Parques Nacionales como Lanín, Nahuel Huapi, Los Glaciares, y Los Alerces, entre otros.
5. Fijación de carbono atmosférico
Según el sitio web de WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) de Perú, en su apartado Bosques y Cambio Climático, “además de su enorme valor natural y cultural, los bosques amazónicos son un importante regulador del clima mundial ya que al capturar gases como el de dióxido de carbono evitan su concentración en la atmósfera y con ello, reducen el efecto invernadero y el incremento de la temperatura”.
6. Conservación y mejora del suelo
De acuerdo con la FAO, “el suelo es un componente importante de los bosques y los ecosistemas forestales puesto que ayuda a regular importantes procesos ecosistémicos, como la absorción de nutrientes, la descomposición y la disponibilidad de agua. Los suelos proporcionan anclaje, agua y nutrientes a los árboles. A su vez, los árboles y otras plantas y tipos de vegetación son un factor importante en la creación de un nuevo suelo cuando las hojas y la vegetación se deterioran y descomponen”.
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7. Frutos, hongos y medicinas
La palta o aguacate, las aceitunas u olivas, los higos, las manzanas y otros frutos, provienen de los árboles. De las hojas de algunas especies de eucaliptos se extrae el aceite esencial, que posee propiedades antibacterianas y también es utilizado para combatir afecciones respiratorias. En la Patagonia argentina y chilena, los hongos que crecen bajo los bosques de algunas especies de pino representan un codiciado alimento, que generalmente se deshidrata para su uso culinario.
A menudo valoramos lo que tenemos solo cuando lo perdemos
El Servicio Forestal de los Estados Unidos ha editado un póster, de la serie del oso Smokey (ícono publicitario de ese servicio en materia de prevención de incendios en áreas naturales), que reza: "When You Lose A Forest, You Lose A Lot More Than Trees" (cuando pierdes un bosque, pierdes mucho más que árboles). Quienes han sufrido aludes, inundaciones, sequías extremas, escasez de leña, u otros fenómenos a consecuencia de la devastación de un bosque, saben bien a qué se refiere la frase. Ojalá no sea necesario desmontar más áreas forestales para recordar que, cuando un bosque desaparece, no solo perdemos árboles.