Cruzada de mujeres contra el COVID19 en India
Más de un millón de mujeres en la India rural, trabajan de forma voluntaria para frenar la expansión del COVID 19.
En India, miles de mujeres son voluntarias para frenar la tasa de contagios de COVID-19. / Foto: Pixabay – Imagen de referencia
The Woman Post | Maria Lourdes Zimmermann
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Las trabajadoras sanitarias que hacen parte de un programa gubernamental para frenar la expansión del virus en el país que ya deja más de 500 mil infectados y 16 mil muertos, caminan por veredas y poblaciones, llevando un mensaje puerta a puerta para educar a la población sobre los riesgos de la enfermedad y la forma de prevenirla.
Para evitar la propagación del COVID19, el Gobierno indio ha confinado 1.300 millones de personas desde el mes de marzo. Bajo esas condiciones, las mujeres que hacen parte de los centros comunitarios Anganwadi, creados desde los años 70 para satisfacer necesidades básicas de la población infantil, combatir el hambre y la desnutrición, ahora sensibilizan a la población y les entregan comida.
La vulnerabilidad es alta, vestidas con sus trajes tradicionales, mascarillas y un desinfectante y sin mucho más que les permita tener mayor seguridad para evitar el contagio, recitan un parlamento que libra a quienes están en confinamiento, pero no a ellas mismas que se mantienen en contacto con la comunidad.
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En la población del estado meridional de Karnataka, uno de los tantos lugares en los que trabajan estas mujeres de forma altruista y voluntaria, les recomiendan a los pobladores, no salir a la calle a menos que sea necesario, les explican como el virus en circulación puede infectarlos y reafirman la importancia de lavarse las manos y llevar una máscara al salir a la calle, pero lograr esas condiciones sin ingresos económicos y con carencia de agua es casi una tarea imposible de cumplir.
La India atraviesa una fuerte crisis económica generada por el impacto de la pandemia en el continente Asiático y a eso se suma una carencia de agua potable en el país. Según un informe de 2018 de Niti Aayog, un grupo de expertos sobre políticas para el gobierno indio, solo una cuarta parte de los hogares en la India, tienen agua potable y aproximadamente 200.000 personas mueren cada año debido a un suministro inadecuado y por contaminación del agua.
La situación parece no dar tregua, lo que agrava la condición de las voluntarias sanitarias debido a las decisiones del Gobierno, quien se vio obligado a relajar las restricciones de viajes entre estados de la India, para que millones de trabajadores en las grandes ciudades volvieran a sus poblaciones rurales, lo que traería como consecuencia “una afluencia de nuevos casos en el mundo rural”, dijo a Efe Preethi Kumar, la vicepresidenta de la Fundación de Salud Pública de la India.
El millón de trabajadoras sanitarias, lidian con tragedias personales porque exponen su vida por la población rural India, son alejadas de sus familias al entrar en aislamiento por sospechas de contagio y se enfrentan al éxodo de miles de trabajadores rurales que retornan a sus hogares poniéndolas en alto riego.
“Esta sociedad tiene miedo del virus, nos miran con dudas y sospechas”, dijo a Efe una joven sanitaria que pidió el anonimato, al expresar su decepción por la reacción pública a sus esfuerzos sobre el terreno. Pero aún así, el altruismo es su alimento y su cura, hay pocas contagiadas y la lucha por controlar el virus está en sus manos.
No se espera que la pandemia alcance su punto crítico en India durante varias semanas más y expertos estiman que la cantidad de casos podría pasar un millón antes de finales de julio.