Reseña: Pienso en el final, de Charlie Kaufman

Se estrenó en el gigante de streaming una nueva película de Charlie Kaufman. El director es conocido por sus películas con saltos en el tiempo y con historias dentro de otras historias. Tal vez sus películas más conocidas son Being John Malkovich, Eterno resplandor de una mente sin recuerdos y Nueva York en escena. Llega ahora con otro enredo de suspenso hecho largometraje: Pienso en el final, un original de Netflix.

¿De qué va Pienso en el final?

La película es una adaptación de la novela homónima de Iain Reid, autor canadiense que ha escrito sobre todo no ficción. Pienso en el final es su primera novela, que fue publicada en el 2016 y que es un thriller psicológico y bizarro, como la película. En la producción de Netflix, entonces, veremos un tono sombrío  y raro que abraza la trama de la película: una mujer joven piensa en acabar la relación con su novio mientras, al mismo tiempo, acepta ir con él a la granja de sus padres; esta visita estará llena de fenómenos inexplicables sobre la percepción que tendrá la protagonista sobre la casa, el camino y los suegros.

Esta es la tercera película en la que Charlie Kaufman desempeña el papel de director. Las otras dos han sido los éxitos Nueva York en escena y Anomalisa. Kaufman es más conocido, de hecho, por su trabajo como escritor y guionista. Ganó el Óscar a Mejor Guion Original por la escritura de la historia de Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, que imagina, también en un tono frío y sombrío, a una pareja que está intentando deshacerse de los recuerdos del otro. Así, en Pienso en el final, veremos más de su talento como guionista, pues, como sus anteriores historias, esta es enredada y elíptica.

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Nuestras primeras impresiones

La película está protagonizada por Jessie Buckley y Jesse Plemons como la joven pareja y por Toni Collette y David Thewlis como los suegros. Collette y Thewlis demuestran su experiencia y maestría con interpretaciones juguetonas de los suegros jóvenes y viejos, dementes y casi zombies, pues la protagonista los ve y los percibe en todas sus facetas. Todo esto viene envuelto en la película en un ambiente de colores tierra e invernal, por lo que se refuerza el tono sombrío y de suspenso: la protagonista y su novio están aislados del resto del mundo en la granja de los suegros, que es también la casa de infancia de él.

La angustiante visita a los suegros está llena de fenómenos enredados y confusos para la visitante y para el espectador. Tal vez hay demasiada aura de misterio y muy poca explicación. Sin embargo este suspenso bromista puede llegar a ser entretenido para el suscriptor de Netflix, aunque decepcionante después de los 134 minutos que dura la película sin ninguna pista que ayude al espectador a resolver el misterio que ingeniosamente se nos ha pintado. Recobecuda e incómoda, Pienso en el final tiene un tono surrealista que no es para todos, pero que puede, al menos, entretener a una porción del público de Netflix.