El coronavirus facilita la deserción de los estudiantes universitarios latinoamericanos
La universidad siempre supuso la búsqueda de nuevas oportunidades por parte de los alumnos. Sin embargo, ¿cómo estudiar cuando es difícil sobrevivir?.
Las cifras de deserción estudiantil que ha dejado la pandemia, han sido peores en Latinoamérica. / Foto: Pexels
LatinAmerican Post | Ariel Cipolla
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La deserción universitaria es un tema que preocupa a nuestra región. Lo primero que debemos decir es que, en general, la actual generación de estudiantes puede ser, para muchas familias, la primera en la cual un joven pueda acceder a títulos universitarios. Es decir, chicos y chicas que, gracias a las condiciones sociopolíticas, pueden permitirse sus estudios.
Esto es lo que denomina Página 12 al hablar del “desafío de la primera generación de universitarios”, en el sentido en que, al crearse nuevas instituciones educativas y facilitar las brechas de inserción, cada vez son más los jóvenes que quieren empezar y terminar una carrera para obtener un título de grado.
Aunque la intención y el esfuerzo ayuda a que este logro pueda consumarse, cabe preguntarse qué es lo que sucede ante un contexto mundial tan adverso como el actual. La web de The New York Times habla de los “peligros” del abandono de millones de estudiantes universitarios latinoamericanos, ante las crisis económicas que están ocurriendo en el continente.
Los peligros de la deserción universitaria pandémica en América Latina
En un primer momento, la irrupción de las “clases online” como único medio para combatir a la crisis del coronavirus y mantener la enseñanza permitió que los alumnos mantuviesen su regularidad. Sin embargo, eso no significa que, luego de un tiempo, decidieran abandonar ante las dificultades que planteaba el sistema.
Esto es lo que sucede, según menciona la web de 889 Noticias, en la Universidad Autónoma Metropolitana de México, donde se prevé un aumento de hasta el 15% de la deserción universitaria. A pesar de intentar construir un modelo educativo sólido, las actuales condiciones de enseñanza significan obstáculos para algunos sectores.
Algo similar sucede en Colombia. El medio Semana destaca que, según advirtió la Asociación Colombiana de Universidades, la deserción estudiantil para el segundo semestre de este año sería de un 25%, a pesar de los esfuerzos para generar lineamientos claros en las clases con modalidades virtuales.
Todo esto ocurre por razones económicas, es decir, los alumnos priorizan la estabilidad de la familia en un contexto adverso. Esto puede verse en Argentina, dado que, según menciona La Izquierda Diario, en la Universidad de Tres de Febrero se generó una asamblea para plantear los problemas de conectividad de muchos alumnos, evitando futuras deserciones.
En este sentido, se debe pensar en una estrategia clara para que la región no sufra la pérdida de muchos estudiantes que buscan convertir la enseñanza en una oportunidad laboral para mejorar el porvenir. Es decir, la universidad siempre planteó la posibilidad de mejorar la calidad de vida, pero el hecho de no poder continuar con las clases por el agitado presente pone en riesgo este futuro.
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Por lo tanto, están surgiendo algunas propuestas para paliar la deserción escolar. La web de La Vanguardia destaca que las becas son “una opción para salvar a los peruanos ante la crisis educativa”, es decir, para mejorar el desequilibrio de acceso a la formación, pero también para que aquellos que están cursando puedan recibir compensaciones para mantener su curso de estudios.
Otra de las propuestas es la de “Por el Futuro Edomex”, la cual, según la web de Así Sucede México, intenta “evitar la deserción en el nivel superior”. En el estado de México, existen, al menos, 446 mil alumnos cursando este nivel, siendo el 50% el que podría darse de baja por no contar con los recursos suficientes, por lo que se está pensando en redestinar los recursos para evitar pérdidas.
Por supuesto, esta situación generaría algunas consecuencias en la estructura de la región. Según lo que comenta el medio El Tiempo, la deserción universitaria podría desembocar en un menor desarrollo para los países. Es decir, las sociedades necesitan de jóvenes capacitados para hacerle frente a las solicitudes del mundo laboral.
Es en este contexto donde los recursos de los distintos países deberían ser optimizados para los estudiantes. Es decir, si el abandono de las carreras por parte de los jóvenes siempre fue un problema, esta problemática se acentuaría durante la cuarentena, por la escasez de recursos tecnológicos y la dificultad económica que tienen muchos de los alumnos. ¿Se podrá mantener la incentivación incluso en tiempos de pandemia?