Educación

¿Cómo funcionan las escuelas rurales en Colombia?

La forma en que funcionan las escuelas rurales que no viven el conflicto armado les impiden a sus miembros llevar a cabo un buen proceso de enseñanza.

Dos estudiantes escribiendo en un tablero

Las escuelas rurales en Colombia se han visto afectados por el conflicto armado. / Foto: Pixabay

LatinAmerican Post | Laura Higuera

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Según la politóloga Paula Alarcón Hoyos, en su monografía La escuela rural en el conflicto armado: estudio de las reconfiguraciones de las escuelas en las veredas La Estrella y San Francisco, San Luis, Antioquia, muchas de las escuelas rurales en Colombia se han visto afectadas por el conflicto armado, puesto que es en estas zonas en donde se dan los enfrentamientos entre los diferentes grupos armados que nos han mantenido en una guerra por tantos años.

Sin embargo, en este artículo, hablaremos sobre las escuelas rurales en las que no hay conflicto armado, pero que sí hay analfabetismo, pobreza y otro tipo de problemáticas. Para esto, primero es importante hablar sobre los docentes, como entes de enseñanza, y sobre los estudiantes, como entes de aprehensión, después hablaremos sobre las dificultades y ventajas que se encuentran en la escuela rural.

Todos estos datos se logran recolectar por medio de la experiencia personal al ser hija de docente de escuela rural y escuchar a diario su testimonio y el de sus compañeros de trabajo. Sin embargo, también pienso citar documentos en donde se encuentre información relacionada. 

Los docentes

Para poder ser docente de escuela rural, se debe presentar una prueba que se hace a nivel nacional en donde cada candidato elige el departamento o capital al que se quiere postular. Si el aspirante pasa esta prueba se la da un listado de escuelas en las que puede trabajar, la elección de esta depende del puntaje que ocupó en el concurso, esto establecido en el Decreto 1278 de Junio 19 de 2002. 

La mayoría de veces los profesores que trabajan en escuela rural son los que obtienen los puntajes menores, debido a que en las zonas rurales casi nunca hay licenciados y los docentes que van a trabajar en estas son de otras zonas. Esto hace que los maestros tengan que irse a vivir al pueblo más cercano a la vereda en la que van a trabajar o a veces la misma escuela se adecua para que puedan vivir en ella.

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Los estudiantes

Los niños y niñas que estudian en estas escuelas son de la vereda o de veredas cercanas, ya que no todas cuentan con una institución educativa. Muchos de ellos tienen que caminar durante horas para poder ir a estudiar, pasando por caminos en los que se pueden caer y tener un accidente. Cuando el plan de alimentación aún no se ha activado, los niños deben llevar su almuerzo a la escuela y comérselo en el patio. No todas las escuelas cuentan con pupitres en buen estado o tableros que sirvan. A veces, la secretaría de educación entrega cartillas a cada alumno para que puedan llevar una educación más visual e interactiva. 

Las dificultades

  • No tienen las herramientas necesarias para un buen aprendizaje. A los docentes y a los niños les faltan cosas básicas como un tablero para escribir o un lugar dónde sentarse. No poseen materiales como colores, crayolas, lápices, cuadernos, reglas, ábacos, tijeras, cinta, pegamento, etc.
  • El plan de alimentación escolar se encarga de dar onces y/o almuerzo a los estudiantes de instituciones educativas públicas. Si el plan de alimentación no está vigente (suele ocurrir muy seguido debido a que los gobernantes no invierten en ello) los niños deben cargar con su almuerzo, lo que hace que sus maletas pesen más, y esto sumado a que deben pasar por lugares no habilitados para caminar, hace que el peligro a un accidente sea mayor. Además que no todos los padres pueden darles de comer a diario, varios no comen y deben valerse de lo que otro compañero le regale.
  • No hay acompañamiento familiar, y esto no se debe a que los padres no quieran ayudar a sus hijos, sino a que no saben cómo hacerlo, son personas que nunca pasaron por un colegio. Los padres de familia que han pasado por el colegio son muy pocos, y ni decirse de los que han pasado por la universidad. Los estudiantes se encuentran sin apoyo en la casa para hacer las tareas, por lo que los docentes no suelen dejar trabajos para casa y esto hace que todo el proceso académico sea más lento.
  • No hay acceso a internet en zona rural. En 2020, tiempo de pandemia en el que no se puede ir a la escuela, los niños no tienen acceso a la educación.  Los profes deben hacer guías, imprimirlas y hacerlas llegar a cada alumno, también recurren a llamar a los padres de familia para que puedan hablarles y poder enseñarles, pero no todos los padres gozan de un celular ni todos los maestros disponen de minutos ilimitados para poder llevarlo a cabo.
  • Algunos niños trabajan y ayudan a sus padres, esto con el fin de poder comer e intentar tener una vida digna. El problema con esto es que los niños no se dedican por completo a la escuela y esto demora más la aprehensión de los conocimientos.
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Las ventajas

  • Aunque se presentan demasiadas dificultades, los alumnos siguen asistiendo a la escuela y cada vez son más los que se animan a ir.
  • A diferencia de las escuelas urbanas, los niños de las instituciones rurales conocen diferentes formas de leer e interpretar el mundo. Conocen el campo; trabajan la tierra; estudian los cultivos, el clima, la naturaleza, los animales.
  • Los maestros desarrollan actividades con base a las vivencias rurales. El ingenio de los profesores es muy importante, de qué tan audaces sean depende qué tanto aprendan y quieran conocer los estudiantes. Ellos involucran a sus alumnos, crean huertas, siembran árboles, pintan y dibujan en las paredes, enseñan coplas, hacen fiestas tradicionales, cantan, juegan y sobretodo escuchan.

Las escuelas rurales tienen muchas más dificultades que ventajas, esto es algo que no se puede negar. Sin embargo, los estudiantes, los docentes y los padres de familia dan todo de sí mismos a diario para conseguir la mejor educación y salir adelante. Esto es algo que el colombiano, y en general el latinoamericano posee, que tiene la actitud para buscar un cambio, una mejora. Como se diría en Colombia, acá somos “echaos pa'lante”.

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