ANÁLISISMedio ambiente

Opinión: Musk y Bezos no van a salvarnos del cambio climático

Algunos multimillonarios como Musk y Bezos han tomado ciertas acciones para aportar a la lucha contra el cambio climático, ¿pero qué tanto ayudan realmente ante una crisis de esta magnitud?.

Jeff Bezos y Elon Musk

Los millonarios no van a salvar el medio ambiente porque su fortuna depende del sistema capitalista. Fotos: Wikimedia

LatinAmerican Post | Vanesa López Romero

Escucha este artículo

Read in english: Opinion: Musk and Bezos Are Not Going To Save Us From Climate Change

El cambio climático está en boca de todos. Pasó de ser un asunto que solo estaba presente en círculos científicos y ambientalistas para convertirse en un tema de conversación en nuestro diario vivir. Cada día aumenta un poco más la preocupación por lo cerca que estamos a alcanzar lo 2°C y no mantenernos por debajo de esa temperatura, como se supone que íbamos a hacer antes del 2030 según el Acuerdo de París. Vemos noticias de desastres naturales relacionadas con la precariedad del clima, cómo comunidades enteras están siendo destruidas por actividades extractivistas, cómo países tienen altas tasas de desnutrición por la falta de alimentos relacionada con esta crisis. Vemos a multimillonarios, como Musk y Bezos preocuparse también y tomar acciones. ¿Pero qué tanto están haciendo realmente estas personas para mitigar el cambio climático?

Multimillonarios con ínfulas de salvadores

En un mundo regido por el sistema económico capitalista, no es de sorprender que el dinero lo pueda todo. Parece ser que multimillonarios como Elon Musk, CEO de Tesla, y Jeff Bezos, fundador de Amazon, hacen un trino sobre la contaminación de ciertas criptomonedas, giran una gran cantidad de dinero a gobiernos que dicen preocuparse por la conservación del medio ambiente o crean una fundación con la palabra "earth" en ella y ya están salvando el medio ambiente. 

Basta con ver el caso del proyecto Earth 300, ideado por el empresario Aaron Olivera, un super yate propulsado por energía nuclear con el que Olivera pretende solucionar la crisis climática. ¿Cómo? Reuniendo a científicos climáticos y estudiantes (que viajarán gratis) en dicho yate en el que también abordarán varios millonarios que pagarán 3 millones de dólares por cabeza por un viaje de 10 días. 80% del dinero que se reúna se destinará a causas medio ambientales, el resto estará destinado a la rentabilidad del proyecto.

Lee también: Opinión: las industrias más contaminantes no deben tener voz sobre el cambio climático

Parece ser que para Olivera salvar el medio ambiente es reunir a un montón de millonarios en un super yate que muestra toda la opulencia de la que está rodeada esta esfera y que el hecho de reunir científicos ambientalistas significa mitigar el cambio climático. ¿No se puede reunir a un montón de científicos en cualquier otro lugar? Si los millonarios tienen tantas ansias por gastar su plata en proyectos con supuestos enfoques medio ambientales ¿por qué no donar su dinero y ya? ¿Y por qué, si está trabajando de la mano de científicos climáticos, optar por la energía nuclear que, a pesar de emitir menos gases de efecto invernadero que las energías fósiles, sigue siendo contaminante porque consume grandes cantidades de combustibles fósiles y se ha vendido a sí misma como la energía renovable que nos evitará el cambio climático?

Olivera se excusa en un discurso tecno optimista en el que asegura que su proyecto es inspirador y que "el futuro de la humanidad está en proyectos ambiciosos como éste". Recordemos que la ambición, en primer lugar, es la causa de que nuestro mundo esté construido sobre intereses económicos que pasan por alto el bien común, tanto de los seres humanos como del planeta que habitamos y el de las especies que lo habitan con nosotros. 

Y volviendo a los multimillonarios del momento, recientemente Musk se ofreció a donar US$ 6.000 millones, tan solo una pequeña parte de su fortuna, con la condición de que la ONU demuestre cómo esa cantidad de dinero puede resolver el hambre asociada al cambio climático de 42 millones de personas alrededor del mundo. Esto sucedió después de que el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA), David Beasley, retara a Musk, Bezos y otro millonarios a donar US$ 6.000 millones para solucionar la hambruna de las 42 millones de personas que ya mencionamos. Musk, a partir de un trino, le pidió que Beasley que fuera abierto con su contabilidad y le comentara cómo esta cantidad de dinero solucionaría el problema, y que si lograba hacerlo vendería acciones de Tesla y entregaría el monto inmediatamente. En el hilo  e Twiiter Musk y Beasley acordaron una reunión. Esto sucedió el pasado 31 de octubre y hasta el momento ninguna de las dos partes se ha pronunciado al respecto. 

Queda ver a dónde llegará este espectáculo en Twitter, si esa plata se donará y si realmente tendrá sentido que así sea. Y es que en parte sabemos que lo de Musk en la mayoría de ocasiones es pura charlatanería y que sus acciones filantrópicas se ven reducidas cuando vemos objetivamente que su riqueza, como la mucho otros millonarios o multimillonarios, proviene en gran medida de un sistema capitalista basado en el consumo desproporcionado, que a su vez tiene como consecuencia la crisis climática y ambiental. 

En el caso de Bezos, en la reciente COP26, se reunió con los líderes de Colombia, Ecuador, Panamá, Costa Rica y Bolivia y juntos se comprometieron a crear la mayor área protegida marina del mundo. Compromisos, compromisos y más compromisos. Acuerdos como esos del 2016 que no se han alcanzado porque los líderes mundiales y los ricos están jugando a salvar el mundo del cambio climático en costosas y pomposas conferencias, llegando en jets privados y después diciendo que sí, que hay que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Los millonarios no van a salvar el medio ambiente porque su fortuna depende del sistema capitalista responsable del cambio climático. Mucho menos cuando sus limosnas van a gobiernos igual de capitalistas y destructivos. Mucho menos cuando los entes reguladores como la ONU permiten el lobby de las industrias para rendirse a sus promesas. Las propuestas, la filantropía y la "buena voluntad" queda reducida a pura charlatanería. 

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Botón volver arriba