Opinión: ¿por qué las mujeres son más afectadas por el cambio climático?
Es necesario que entendamos que el calentamiento global no es neutral a las cuestiones de género. Estas son las razones por las que las mujeres son más afectadas por el cambio climático.
Es hora de mirar de frente a este problema y dejar de ignorarlo. Foto: Pixabay
LatinAmerican Post | Vanesa López Romero
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Si algo nos ha quedado claro en el último año es que las consecuencias del cambio climático tienen un efecto más veloz y directo sobre las comunidades más vulnerables. También nos queda más que claro que esto es paradójico teniendo en cuenta que son los países desarrollados y ricos los que más generan gases de efecto invernadero y por tanto tienen una mayor incidencia en el calenamiento global, pero los países en vías de desarrollo y más pobres son los que están en la primera línea de las consecuencias económicas, naturales y políticas de esta crisis global. En ese orden de ideas, no debería ser una sopresa que, en cuestiones de género, las mujeres sean las más afectadas por el cambio climático.
Las razones
Históricamente las mujeres han tenido una conexión especial con la naturaleza. En distintas culturas el cuidado de los recursos naturales son asociados al cuidado de la mujer. Estudios demuestran que, incluso hoy en día, en los países más desarrollados, las mujeres son las primeras en responder a la crisis climática a partir de la getsión medioambiental. Pero esto tiene su lado problemático. Las comunidad de las mujeres ha sido históricamente relegada, en gran medida debido a esa asociación a la naturaleza que se les hace.
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Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el 80% de las persona desplazadas por desastres y cambios relacionados con la crisis climática, son mujeres y niñas. ¿Por qué sucede esto? Sencillo: la desigualdad que existe debido a la falta de justicia ambiental incrementa cuando el sujeto de esta, evidencia otros tipos de desigualdad. Para las mujeres hay una exclusión social, económica y política que las ubica en una posición de vulnerabilidad mucho más profunda.
Además, para las personas gestantes (no todas identificadas como mujeres), hay un peligro más grande de vivir consecuencias climáticas. Por ejemplo, ya se ha demostrao científicamente que los microplásticos, directamente relacionados con las toneladas de residuos plásticos que se desechan a diario, ponen en peligro el desarrollo del feto en gestación. Además, en los países en vías de desarrollo y azotados constantemente por los desastres naturales y climáticos, las niñas, mujeres y personas gestantes tienen que huir precariamente poniendo en riesgo su vida y dignidad.
Por otro lado, las normas sociales desiguales, el poco o casi nulo acceso a las tierras y recursos naturales y básicos como el agua, y la falta de oportunidades para participar en las decisiones a nivel comunitario, local, nacional e internacional, pone a las mujeres en una posición muy baja respecto a la gestión medioambiental.
El cambio se debe hacer ya
Seamos claros: es necesario que el cabio climático tenga un abordaje de género. Así como debe terne también un abordaje de clase, étnico, de raza, entre otros. Pero a la hora de pensar un abordaje de género es muy importantante que entendamos que mientras que no haya representación femenina en las altas esferas como las cumbres climáticas y las conferencias a nivel inernacional, no podremos hacer ese cambio.
Pero esa representación debe tener un enfoque que cuide el bienestar de las mujeres. Es decir, debe tener un enfoque feminista que reconozca que desde hace siglos las mujeres han estado relegadas por el simple hecho de ser mujeres. Es hora de mirar de frente a este problema y dejar de ignorarlo. El machismo también se encuentra cuando no se entiende que un grupo social será más vulnerable te una crisis de este tipo.