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Opinión: Guerra en Ucrania nos ha demostrado el racismo a los refugiados

Desde la disposición a recibir refugiados ucranianos por parte de países europeos o el cubrimiento de los medios, queda retratado el racismo a los refugiados.

Bandera de Ucrania

Un refugiado es un refugiado, no importa de donde venga o la religión que practique. Foto: LatinAmerican Post

LatinAmerican Post | Santiago Gómez Hernández

 

La guerra en Ucrania ha puesto a toda la Unión Europea de cabeza. Un conflicto bélico en su vecindario ha demostrado que la paz que tanto han construido y protegido en el continente, se ve amenazada nuevamente por el gigante ruso. Sin embargo, para muchas personas en Europa, la guerra no es nueva. Precisamente, muchos refugiados han escapado de los horrores en Afganistán, Somalia, Siria, Irak, Libia, o el África subsahariana para llegar a Europa.

Lo que sí cambia es la forma en que el continente, en especial ciertos países, han manifestado su deseo de acoger refugiados ucranianos por encima de los refugiados de otras partes del mundo. No hace poco, varios gobiernos como los de Hungría, Países Bajos, Austria y Polonia, entre otros, han rechazado recibir más migrantes de medio oriente. Por ejemplo, en noviembre del año pasado, cientos de migrantes quedaron atrapados en la frontera entre Polonia y Bielorusia. Aunque este haya sido precisamente un intento de Bielorusia de sabotear a la Unión Europea, la empatía con los refugiados fue casi nula por parte del gobierno polaco.

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Hasta los medios han colaborado con este mismo discurso. En Twitter hay varios hilos de cadenas de noticias que destacan el color de piel de lo actuales refugiados. ¿Por qué mejor no los vemos por lo importante? Refugiados de guerras que buscan una mejor oportunidad y huyen del conflicto. Así podremos medir de la misma forma todos, sin distinguir el color de piel o de ojos.

La principal razón que le he oído a algunos europeos es que: “los ucranianos son europeos como nosotros” o “se ven como nosotros” y esto ha generado la empatía necesaria. “Estos no son los refugiados a los que estamos acostumbrados… estas personas son europeas”, fueron las palabras del  primer ministro de Bulgaria, Kiril Petkov.

Pero entonces, es cuestión del color de piel el grado de empatía que te genere. ¿Son los refugiados blancos de Ucrania (que también merecen ser recibidos con los brazos abiertos) más dignos de recibir apoyo ante una catástrofe como la guerra? Parece ser que para los europeos, la respuesta es sí.

La Unión Africana de Naciones advirtió que ese recibimiento de brazos abiertos no es tan amplio. O por lo menos dependiendo del color. Según la organización, hay reportes que personas de color que vivían en Ucrania sí están teniendo problemas al momento de pasar las fronteras. Más que un pasaporte, parece que están viendo el color de piel. 

También escuché a alguno mencionar que, geográficamente, los europeos deben aceptarlos. Evidentemente falta solo tomar un mapa para entender que la primera opción de los ucranianos son países de la Unión Europea. Pero, entonces ¿los de Afganistán para dónde van? ¿A Siria, Irak, Irán? Todos países en crisis y que no brindan estabilidad para nadie. Además, ignoramos que ya muchos países en la zona han intentado recibirlos, pero sus capacidades son diminutas, en comparación con los europeos.

Otro motivo que he escuchado es “es que los ucranianos son culturalmente más cercanos a nosotros. Es verdad que son ortodoxos y no protestantes o católicos, pero son más parecidos que los musulmanes. Es más fácil su adaptación a  Europa, que personas de otras culturas”. Esto es simplemente islamofobia. Primero, porque no todos los migrantes de medio oriente son musulmanes, ni los ucranianos son cristianos. Además, y si lo fueran, tampoco es motivo. Que la adaptación de los migrantes es un desafío para los países que los reciben es verdad. Pero eso también debieron pensarlo cuando invadían y tiraban bombas en pueblos del tercer mundo… o cuando en el pasado decidieron invadir y colonizar territorios en África, esclavizar a sus pobladores y robarse todas sus riquezas.

Porque lo más importante que estamos olvidando de todo esto, es que, por primera vez, los refugiados que piden asilo en Europa no huyen de un conflicto promovido por los mismos europeos (occidentales). Acá es clara la intervención de Vladimir Putin y Rusia, pero en Afganistán, Irak, Siria, Somalia, Libia y toda África, fueron los mismo europeos los que ayudaron a desestabilizar estos países.

Que no se nos olvide que los europeos fueron los creadores de muchas cosas, pero tal vez, su invento con el legado más grande es la colonización. Fueron precisamente Reino Unido, Francia, España, Portugal, Bélgica, Países Bajos, Italia, Estados Unidos y la misma Alemania (entre otros) quienes han colonizado o intentaron colonizar varios territorios en África, Suramérica y Asia. De distintas formas y en diferentes periodos, pero todos estos fueron responsables de todos estos problemas. Sin mencionar los refugiados por el cambio climático que es producido (mayoritariamente) desde Norteamérica y Europa.

Se está barajando la posibilidad de recibir a todos los refugiados ucranianos en los países de la Unión Europea sin que estos mismos tengan, ni si quiera, presentar una solicitud de asilo. Exactamente lo que ellos necesitan: cobertura social, permisos de trabajo y escolaridad para los menores de edad. Los países están poniendo a las víctimas en el lugar que se merecen y esto, ojalá, sea el comienzo de una política migratoria europea mucho más inclusiva y así nos demostrarán que la raza, la religión o la cultura no es el motivo por le que reciben a los migrantes. Porque un refugiado es un refugiado, no importa de donde venga o la religión que practique. Si esto es así, los supuestos “valores europeos” será solo la fachada del racismo (que ya muchos así lo piensan).

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