¿Cómo afectan los incendios en los páramos a las diversas especies?

Los páramos son ecosistemas de alta montaña, que normalmente se ubican entre 2900 y 5000 metros sobre el nivel del mar. Son los encargados de recolectar, filtrar y regular los flujos de agua en ciertas regiones. Por tal razón, tienen una importancia enorme para la humanidad y Colombia es el país con mayor extensión de páramos del mundo. Así mismo, en ellos se albergan diversas especies de fauna y flora que resultan ser potencialmente sensibles a cambios externos. Por esta razón, los incendios en los páramos generan alarmas para las autoridades ambientales.

El páramo de Mamapacha y Bijagual, que fue afectado por los incendios el pasado mes de marzo, es el hábitat de fauna de vital importancia para la región Andina de Colombia. Según la Corporación Autónoma Regional de Chivor (CORPOCHIVOR), allí habitan especies en peligro de extinción como: el Oso Andino (Tremarctos ornatus), el Periquito Aliamarillo (Pirrhura callyptera), el Pato Andino (Oxyura jamaicensis) y la Nutria (Lontra aff. longicaudis). En cuanto a la flora, en un artículo del diario El Espectador, el botánico Mauricio Diazgranados afirmó que el frailejón guacharaco (Espeletiopsis guacharaca) y el frailejón perrito (Espeletia lopezii) fueron las especies más afectadas por las llamas.

Un informe de la FAO realizado por Robert Nasi, Grahame Applegate y otros académicos, detalla algunas consecuencias directas que sufren algunas especies de vertebrados e invertebrados tras un incendio. Según este informe, además de la muerte directa y la desaparición de hábitats, se puede sumar que la ausencia de algunas especies puede afectar significativamente el índice de recuperación de casi cualquier ecosistema.

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Investigar los incendios, una necesidad urgente

Con el aumento del calentamiento global, y en consecuencia de los incendios, los científicos están preocupados por el impacto que el fuego puede tener sobre los ecosistemas. Situaciones como las vividas en los últimos meses generan intrigas, en especial cuando se trata de espacios tan fundamentales para la vida, por ser fuente de agua.

En este sentido, una investigación de la Universidad Nacional, realizada por el geólogo Ismael Espinoza, intenta explicar cuál es el papel del fuego en estos ecosistemas. Con el uso de técnicas de paleoecología, en el lago Monquentiva en Guatavita – Cundinamarca, buscaba analizar cómo había cambiado la vegetación durante el periodo pos glacial denominado como holoceno.

Uno de los objetivos de esta investigación es averiguar si las transformaciones que actualmente se viven en los páramos, tienen un entramado histórico o si están estrechamente relacionadas con el actuar externo. Tras la recolección de información Espinoza plantea que desde los últimos 10.000 hasta las 4.100 años: “han existido eventos de fuego de baja y moderada intensidad en esta parte de la cordillera Oriental, los cuales se pueden atribuir a factores climáticos”.

Sin embargo desde los 4100 años en adelante, el investigador afirma que existe un claro aumento de las actividades con fuego, este corresponde a la evidente intervención directa de los bosques en la región por parte de asentamientos humanos. Aunque es claro que el fuego puede tener graves consecuencias en casi cualquier ecosistema, Espinoza en su investigación habla de que se puede concebir, en algunos casos, como un agente favorable debido a que históricamente ha sido necesario para la reproducción de algunas especies. Es por ello que ciertos tipos de plantas tienden a incinerarse con facilidad, aprovechando el fuego como el motor de su proceso de adaptabilidad a los cambios del ambiente.

Finalmente el investigador concluye que es indispensable comprender, desde los análisis paleontoecológicos, la función del fuego en estos ecosistemas. Esto puede permitir no solo aprender sobre el comportamiento de cada especie en situaciones de incendios que se dan de manera natural, sino ayudar a prevenir los producidos externamente y que están relacionados con la intervención humana.