Galería: Día de la Familia: estás son las licencias de paternidad y maternidad en América Latina

Las licencias parentales, de maternidad y de paternidad son los permisos que se dan para ausentarse del trabajo cuando nace un hijo y encargarse de los cuidados de los recién nacidos. Asimismo, tienen que ver con la lactancia y la crianza del infante. De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) “La protección de la maternidad y la paternidad es un derecho humano y un elemento indispensable de las políticas integrales del trabajo y la familia que promueven no sólo la salud materna e infantil y el bienestar de las familias, sino también la igualdad de género”.

No obstante, entre los países del mundo hay grandes diferencias entre los tiempos que se dan a las madres y los padres, así como en los beneficios y garantías que se les ofrece. Mientras que algunos países, como los nórdicos, ofrecen en torno a 10 y 14 meses pagos a los progenitores, otros apenas dan 12 semanas. Sin embargo, la Organización Internacional del Trabajo, sugiere que la madre debería recibir por lo menos 14 semanas pagas. En este sentido, Latinoamérica no es una región que destaque por sus garantías parentales. A continuación, te mostramos el panorama actual en algunos países de la región

   

Sin lugar a dudas, las licencias de maternidad y paternidad amplias y con un respaldo sólido por parte de los empleadores constituyen una medida efectiva para la protección de las familias. Sin embargo, supone un reto para el sector empresarial, por lo que los Estados deben encargarse de definir las normativas e impulsar su implementación. De acuerdo con ParlAmericas, las licencias pagadas permiten a los progenitores tener la capacidad de satisfacer las necesidades de sus familias y les da tiempo para “Establecer lazos afectivos con su bebé; atender sus propias necesidades médicas, incluyendo la recuperación física y mental del parto; cuidar de su bebé y establecer rutinas de alimentación y de sueño y apoyar a la madre/progenitor(a)”.

Todo esto es fundamental para el desarrollo social y el bienestar de los niños y niñas. No obstante, en América Latina también está el reto de la informalidad, pues los derechos a estas licencias son otorgados a quienes tienen un empleo formal, mientras quienes están en la informalidad deben pasar por situaciones complejas al tener un hijo, sin ninguna protección. Además, también es necesario que las legislaciones sean más inclusivas con las familias homoparentales y para las que deciden adoptar.