¿Puede México beneficiarse con una regulación de armas en Estados Unidos?

Parece ser que en Estados Unidos lamentablemente la historia se repite una y otra vez, las portadas de los principales medios parecen relatar algo que ya se ha leído con anterioridad en innumerables oportunidades. En esta ocasión, el escenario fue Uvalde, el asesino un joven de 18 años y las víctimas 19 niños y dos profesores. A raíz de esta nueva masacre en un establecimiento escolar, el debate gira en torno al libre acceso a las armas de fuego, a la salud mental y a la inseguridad que las personas sienten ante hechos que se repiten pasen los años, los meses, las semanas y los días.

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Pero este tiroteo masivo no ha sido el único de los últimos años, tan solo hay que retroceder al 2017 cuando 58 personas murieron y más de 500 resultaron con lesiones en lo que fue un atentado ocurrido en el Harvest Music Festival de Las Vegas. Y en 2016 un ataque en el club nocturno Pulse, de Orlando, terminó con la vida de 49 personas muertas, en lo que fue considerado como un ataque homófobo 

De acuerdo a los datos entregados por la organización suiza Small Arms Survey (SAS), durante la pandemia la compra de armas se disparó. En 2020 las personas compraron 22,8 millones de armas y en 2021 fueron 19,9 millones de unidades las que se vendieron. Estas cifras entregadas por SAS se respaldan por la información que otorga el FBI y revelan que no se escatima en la tenencia de armas.

El tráfico de armas en la frontera

Pero el debate cruza la frontera y condiciona a más de un país, ya en 2021 desde el gobierno de México demandaron a un grupo de empresas de armas estadounidenses, en donde señalaron que en Estados Unidos estas compañías promueven prácticas "negligentes e ilícitas, que facilitan el tráfico ilegal de armas a México". Meses más tarde, ambas naciones se suscribieron a un plan de seguridad que se denominó Entendimiento Bicentenario, en donde ambos países establecieron un plan gradual para poder reducir la violencia y los asesinatos que se cometen en la frontera y en medio de un narcotráfico que no se detiene.

Este año, el pasado 1 de abril la subsecretaria de la oficina de Asuntos Antinarcóticos de Estados Unidos, Heide Fulton, indicaba en una entrevista realizada por el medio El País que tanto México como Estados Unidos están trabajando para "encontrar formas de fortalecer los controles fronterizos para reducir el flujo de armas, y también en mecanismos como extradiciones y otras medidas judiciales, como penalizar a quienes están importando armas ilegalmente a México".

Esto quiere decir que, en el diagnóstico de las autoridades, queda claro que hay complicaciones no solo al interior del país dirigido por Joe Biden con la compra y tenencia de armas, sino que también en sus países vecinos. Y es que saben que hay un lobby de las armas, pero no saben cómo combatirlo y lo más complejo es que esto afecta también a México, un territorio que denunció por medio de su canciller que desde Massachusetts 250.000 armas que venían de ese estado habían sido confiscadas en México. Y es más, desde el Gobierno señalaron que en 2019 la venta ilegal de estas armas produjo, por lo menos, 17.000 asesinatos ese año.

¿Posibles soluciones para México?

Reducir el flujo ilícito de armas se hace urgente, pero se plantea como un objetivo utópico, más en México, país en donde el 80% de los homicidios están vinculados al narcotráfico, según los números que muestra la ONG Semáforo Delictivo. Ahora bien, una reforma a la ley de armas que impera en Estados Unidos podría beneficiar a México a largo plazo, o eso es lo que por lo menos se podría pensar.

Restringir el acceso a las armas de fuego en Estados Unidos o hacer que su compra sea ilegal haría que el comercio ilícito del tráfico de armas que se lleva a cabo en la frontera tuviera mayores dificultades, y esto a su vez podría significar que a México lleguen menos armamentos para evitar que sean comercializados en el país azteca. De esa forma se abriría una posible solución para México, pero no se conocería con detalles qué tan efectivo sería esto en un país en donde el narcotráfico tiene una presencia gigantesca e incalculable.

Como sea, mientras Estados Unidos lamenta un nuevo atentado y se enfrasca en discusiones eternas que no llegan a ninguna solución, en México ven con atención todo lo que está sucediendo con sus vecinos. Porque si hay algo que comparten ambos, es que las armas han acabado con la vida de muchas personas inocentes, y esto queda en la historia negra de ambos países norteamericanos. Si es que las autoridades quieren actuar, es momento de que lo hagan y que sea con la urgencia y con la inteligencia necesaria, o por enésima vez habrá que lamentar una tragedia.