¿Qué es el síndrome del impostor y cómo superarlo?

El síndrome del impostor hace referencia a una serie de sentimientos que impiden a las personas destacadas o con un alto rendimiento reconocer sus éxitos y logros. Asimismo, quienes lo padecen tienen dudas constantes sobre sí mismos y un miedo generalizado a fracasar o ser vistos como un fraude. 

Al respecto, también se le conoce como síndrome del fraude o fenómeno del impostor. No obstante, es preciso aclarar que no es propiamente un síndrome, pues no es un diagnóstico clínico como tal, como señala la Asociación Estadounidense de Psicología, APA por sus siglas en inglés. Por tal razón, es más apropiado llamarlo fenómeno del impostor, aunque la palabra síndrome sea un uso coloquial.

De acuerdo con una investigación publicada en el 2020 por el Journal of General Internal Medicine, que revisó 62 estudios del tema, existen tasas estadísticamente significativamente más altas de sentimientos de impostor en mujeres que en los hombres. 

Otra de las características de quien tiene este síndrome es que le cuesta reconocer sus cualidad y aptitudes, y atribuir los éxitos de su desempeño a sus competencias reales. Por el contrario, suelen atribuir sus logros a cuestiones de suerte o a la ayuda de otros. En este sentido, también suelen ser muy duros con sus defectos y equivocaciones.

Pese a que el reconocimiento de los errores es algo positivo, en tanto permite mejorar y solucionar problemas, desconfiar en exceso de las propias capacidades es perjudicial. En este sentido, el fenómeno o síndrome del impostor puede afectar la salud mental y aumentar la ansiedad o la depresión. Asimismo, puede contribuir a deteroriar las relaciones interpersonales, ya que las creencias de sentirse inferior, pone un freno al intercambio de ideas y el relacionamiento con los demás. 

Por otra parte, de acuerdo a una publicación del Journal of Counseling Psychology, los grupos minoritarios o vulnerados tienen tendencia a presentar más estos sentimientos de impostor. En este sentido, el contexto, con la interculturalidad y la discriminación son un factor fundamental a tener en cuenta.  

Asimismo, este fenómeno puede manifestarse en las relaciones amorosas. De esta forma, las personas se suelen sentir indignas del amor de su pareja y temen que esta piense que no son tan buenos.

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Claves para superar el síndrome del impostor 

Es conveniente señalar que a veces es normal sentirse inseguro o incomodo, lo importante es que no sea una sensación constante que impida asumir retos y responsabilidades. Al respecto, Harvard Business Review señala que “el síndrome del impostor tomó un sentimiento bastante universal de incomodidad, dudas y ansiedad leve en el lugar de trabajo y lo patologizó, especialmente para las mujer”. No obstante, si identificas que la falta de reconocimiento hacia ti mismo, así como el sentirte insuficiente o avergonzarte por tus logros son un patrón en tu vida, te sugerimos tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

Valora los hechos sin exagerar

Es fundamental separar los sentimientos de los hechos. Está bien reconocer las propias emociones e identificarlas, pero conviene saber hasta qué punto están naciendo de hechos reales y no de la imaginación. De esta forma, a veces conviene “dar un paso atrás para ver el panorama general. ¿Qué hechos respaldan que usted merece estar en su rol?”, como señala la APA.

Evita la comparación

Compararse es una mala idea y aún más si identificas que tienes tendencia a tener sentimientos de impostor. En este sentido, la Clínica Cleveland señala “Concéntrese en medir sus propios logros en lugar de compararlos con los de los demás”.

Acepta tus fracasos y celebra tus éxitos

Reconocer que los fracasos son parte de la vida es importante porque además ayuda a no sobredimensionarlos. Sin embargo, también es muy importante reconocer los éxitos y celebrarlos, pues se consiguen con esfuerzo y dedicación.

Consulta a un experto 

Si en algún momento sientes que tus emociones te desbordan y los sentimientos de impostor interfieren con tus actividades normales, por un exceso de preocupación o temor, lo mejor es que acudas a visitar un psicólogo.