Medio ambiente

Francia Márquez: ¿qué se espera de una vicepresidenta ecofeminista?

El triunfo de Francia Márquez es también una victoria para los movimientos feministas y ambientales. Su nueva posición como vicepresidenta, y posible ministra de igualdad, da esperanza a diversos movimientos sociales que la han respaldado. 

Francia Márquez, vicepresidenta de Colombia

Foto: TW-FranciaMarquezM

LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos

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La nueva vicepresidenta de Colombia está marcando un hito en la historia del país y de la región. Su rostro e historia han dado la vuelta al mundo y hay muchas expectativas sobre su gestión. No es para menos, esta mujer de 40 años ha obtenido una serie de logros y reconocimientos de altísimo nivel. 

Su campaña la realizó bajo el lema de "Soy porque somos", mediante la cual buscaba representar a "los nadies y las nadies", como ella misma los referencia. Se trata de aquellas personas del común, de las comunidades que han sido excluidas y vulnerabilizadas, y que, en suma, no se han sentido representadas por las élites colombianas que tradicionalmente han ostentado el poder. En su discurso, tras el anunció de la victoría, agradeció especialmente comunidad diversa LGTBIQ+, las mujeres, los jóvenes, los niños, las personas con discapacidad, los pueblos indígenas, los campesinos y la comunidad afrodescendiente, racial y palenquera.

Asimismo, señaló que se va a trabajar en erradicar el racismo estructural, el patriarcado, promover los derechos de la comunidad LGTBQ+ y proteger "los derechos de nuestra madre tierra, de la casa grande". Será la primera mujer afrodescendiente en ser vicepresidenta del país sudamericano, así como la primera feminista que llega al cargo. Esto es fundamental, pues no por el hecho de ser mujer y "romper el techo de cristal" se hacen cambios significativos en favor de la disminución de las brechas de género. 

De hecho, la candidatura de Francia Márquez fue apoyada por reconocidas feministas y ambientalistas. Entre ellas, se destacó el apoyo de Angela Davis, una de las feministas y activistas por los derechos de la comunidad negra más destacadas de la historia reciente. No obstante, no se trató solo de un apoyo coyuntural, sino que se remonta a una relación de más de 10 años para respaldar las luchas de la colombiana contra el extractivismo y los derechos de las comunidades negras.

Una esperanza basada en hechos

A diferencia de otros políticos tradicionales, la candidatura de Francia Márquez movió la mayoría de los colectivos feministas, afrodescendientes, sociales y ambientales porque su candidatura no representaba solo promesas, sino que estaba respaldada en una lucha y un trabajo de más de una década. Asimismo, durante la campaña, en su precandidatura, también fue crítica con Gustavo Petro, especialmente en los temas de género.

Su inteligencia, carisma, formación y capacidad de liderazgo están reflejados en sus reconocimientos y logros. Fue presidenta del Comité Nacional de Paz Reconciliación y Convivencia del Consejo Nacional de Paz, donde trabajó por los acuerdos de paz;  fue reconocida en 2019 como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo según la BBC; en 2018 obtuvo el Premio Goldman Environmental y en 2015 recibió el Premio Nacional a los defensa de los Derechos humanos en Colombia por liderar “La marcha de los Turbantes”. 

Además, lideró diversas organizaciones en el departamento del Cauca por la defensa de la vida digna de las comunidades y la protección del medio ambiente ante la entrega de títulos mineros a empresas multinacionales. En este sentido, ha trabajado por la defensa de los territorios y denuncia cómo la explotación de los recursos naturales se une a otros factores para generar violencia contra la población.  En su discurso y propuestas, da cuenta de cómo hoy es imposible separar la lucha medioambiental de las cuestiones sociales, aún más en los territorios latinoamericanos que cuentan con una amplia población que se ve afectada por la explotación indiscriminada de los recursos. 

De esta forma, si alguien conoce los problemas de las comunidades olvidadas por el Estado en Colombia, es ella. En Francia Márquez confluyen una serie de factores que el feminismo ha llamado la interseccionalidad, que le permiten conocer los procesos de discriminación y exclusión como a nadie. Es mujer, negra, madre soltera, tuvo a su primer hijo a los 16 años, lideresa social y ambiental, víctima de atentados y miembro de una comunidad minera, entre otros factores

Desde su visión ecofeminista, la vicepresidenta electa ha promovido la defensa de la biodiversidad y el medio ambiente para garantizar la calidad de vida de las comunidades y las mujeres. Por eso, su discurso gira en torno de la dignidad, la protección del territorio, la promoción de los cuidados y la necesidad de promover una vida "sabrosa", en armonía con el medio ambiente. 

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¿Qué se puede esperar? 

Petro anunció que además de vicepresidenta, Márquez estará a la cabeza del nuevo Ministerio de la Igualdad, desde el cual se buscará cerrar las brechas que crean desigualdad para las comunidades que históricamente han sido excluidas. No obstante, para que esto se haga realidad, primero deberá crearse dicho ministerio y pasar ante el Congreso de la República. Esto último es clave, pues para que las propuestas ambientales y de género (y de otros temas) que plantea la vicepresidenta sean una realidad necesitarán ser aprobadas en el Congreso. 

Como un voto no es un cheque en blanco, la ciudadanía que la eligió exigirá también el cumplimiento de aquellas promesas de campaña. No obstante, el camino no será fácil, pues cada proyecto requiere de financiación. En este sentido, si se pretende transitar hacia economías verdes, para dejar de lado la economía extractivista, habrá que encontrar financiación en otras fuentes. Es preciso tener en cuenta que, de acuerdo con información del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, alrededor del 32% de las exportaciones de Colombia en 2021 fueron de petróleo y un 7% de oro. 

Al respecto, es preciso recordar que estos cambios estructurales y ambiciosos requieren de una transición y que, con seguridad, necesitarán tiempo. No obstante, lo importante es que se accione desde ya en función de proteger el medio ambiente y que se creen las garantías necesarias para la sostenibilidad.

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