Así se definirá la segunda vuelta en las presidenciales de Brasil
A propósito de la cerrada primera vuelta en la elección brasileña, analizamos los escenarios para la segunda vuelta donde no hay nada definido.
Foto: AFP
LatinAmerican Post | Luis Ángel Hernández Liborio
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El 2 de octubre los brasileños salieron a las urnas para sus elecciones generales en las que se elige al presidente de la república, gobernadores, diputados y senadores. Desde luego el foco se lo lleva la elección presidencial, donde Jair Bolsonaro y Lula da Silva revalidaron los números arrojados en las encuestas con un 48.4% y 43.2% respectivamente, sin embargo, el resultado fue más cerrado de lo esperado, lo que ha transformado notablemente el panorama para el balotaje, que hasta el momento no se encuentra definido para ninguno de los dos proyectos de nación.
Bolsonaro logró su cometido
Hasta mediados de agosto la brecha entre Lula da Silva y Jair Bolsonaro era casi de 10 puntos porcentuales, parecía que el expresidente podría en algún momento el 50% definitivo que terminara con la batalla de inmediato. No obstante, aunque Bolsonaro no crecía en números, Lula tampoco alcanzaba la ansiada cifra que le garantizaría la victoria en la primera vuelta. Para el 2 de octubre dos panoramas parecían benéficos para da Silva: el primero ganar la primera vuelta con la misma ventaja que mostraban las encuestas, es decir, mantener la ventaja que para la segunda vuelta le permitiría casi asegurar la victoria. El segundo panorama era, obviamente, obtener la victoria directa con el 50%. Por su parte, Bolsonaro solamente tenía un escenario útil: evitar que Lula llegara al 50% y dejar todo para la segunda vuelta.
Este escenario fue el que ocurrió y con una ventaja adicional para el actual presidente: la brecha con Lula resultó más cerrada de lo que las encuestas mostraron, y aunque no es un empate, sí es un rayo de esperanza para la derecha brasileña que hasta hace unas semanas parecía derrotada. Con el momento político a su favor, Bolsonaro buscará arrebatar la victoria a Lula da Silva, algo que en la realidad no luce imposible. Ninguna encuesta puede atreverse a definir a un claro ganador, al menos a tres semanas del balotaje, estos días serán cruciales para saber si la brecha se abre o se convierte en un empate que tendrá en jaque a Brasil, donde dos proyectos de izquierda y de derecha radicalmente distintos tendrán la responsabilidad de levantar a la economía más grande de la subregión de su letargo.
¿Tebet y Gomes inclinarán la balanza?
Otra sorpresa de la elección presidencial se dio entre el tercer y cuarto lugares, las encuestas mostraban a Ciro Gomes, del Partido Democrático Trabalhista (PDT), por encima de Simone Tebet del Movimento Democrático Brasileiro (MDB), pero en realidad intercambiaron puestos. Tebet obtuvo el tercer puesto con 4.16% mientras que Gomes el cuarto con 3.04% de los votos. El resto de candidatos superó apenas el 1% en conjunto. El papel de Tebet y Gomes ya era importante antes de la elección, ante una eventual segunda vuelta su responsabilidad era la de cerrar filas con uno u otro candidato para definir al ganador. Con una brecha muy cerrada entre Bolsonaro y Lula da Silva su importancia es más decisiva que nunca, a lo largo de la campaña la posición de los candidatos y sus partidos fue variable al hablar de la segunda vuelta. El PDT por momentos se mostró reacio a apoyar a Lula da Silva, pese a que es con quien es más cercano ideológicamente, además de que Ciro Gomes fue ministro durante el gobierno del expresidente da Silva. No obstante, para evitar un segundo gobierno de Bolsonaro, el PDT ha anunciado ya formalmente su apoyo al expresidente Lula, algo que da oxígeno a su campaña y un golpe ya esperado a la de Bolsonaro.
Simone Tebet proviene del partido del expresidente Michel Temer, crítico de Lula da Silva y quien gobernó Brasil tras la destitución de Dilma Rousseff. En otras circunstancias, el apoyo a Lula estaría condicionado y sería mucho más crítico. Sin embargo, el perfil feminista y ambientalista de Tebet ha generado un rechazo automático de su parte hacia Jair Bolsonaro. Tebet considera a Bolsonaro alguien misógino y contrario a los valores democráticos y de protección al ambiente, así que también ha manifestado formalmente su apoyo a la candidatura de Lula da Silva. Este segundo golpe a las aspiraciones de Bolsonaro podría ser el que defina la elección, aunque en la realidad no se suman simplemente los porcentajes, sí podría ser suficiente para superar al proyecto del actual presidente.
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El control de las cámaras
Lula y Bolsonaro han prácticamente dividido a Brasil en dos mitades, el norte para el expresidente y el sur para el presidente. Da Silva ganó también en Minas Gerais, un estado cabalístico para las victorias de los presidentes brasileños, un buen augurio para el exmandatario. Si el apoyo del tercer y cuarto lugar a la candidatura de Lula parecían un golpe decisivo a Bolsonaro, la elección de gobernadores parece ser un golpe contundente para Lula. De los 27 estados que eligieron gobernador, la derecha de Bolsonaro ha obtenido 9 victorias por apenas 5 de Lula, mientras que Minas Gerais fue ganado por el partido liberal NOVO. Los otros 12 estados están por definirse en balotaje, con aparentes victorias para el bolsonarismo.
Para cerrar el golpe a Lula, las cámaras tendrán bancadas con mayoría de derecha: la cámara de diputados tendrá 96 de 513 escaños afines a Bolsonaro, y la de senadores, 14 de 81. Pese a que parecen bancadas pequeñas, las cámaras en Brasil tienen numerosos partidos que reparten los escaños, a diferencia de otros sistemas con bancadas de mayor tamaño. Por último, no puede dejarse fuera los votos en blanco, nulos y el abstencionismo que sumaron en la primera vuelta casi 5.4 millones de votos, casi los mismos logrados por Simone Tebet. De convertirse en "votos útiles" podrían también tener un impacto en la elección, más allá del apoyo ya logrado por Lula. A pocas semanas del balotaje nada está escrito.