“Bodies Bodies Bodies”, la sátira que examina a la Generación Z

Normalmente, todos son inocentes hasta que se demuestra lo contrario; con “Bodies Bodies Bodies”, todos son culpables hasta que se demuestra lo opuesto. En época de Halloween, este filme es la última gran apuesta de A24, la productora que se define a sí misma como la antítesis de Disney.

La premisa no es para nada novedosa: un reencuentro de viejos amigos en una mansión en medio de la nada con un huracán a bordo y un juego de roles que comienza a poner turbio el ambiente. Sin embargo, el fuerte de la película se recuesta en una fórmula predecible que concluye con un trasfondo absurdo, que juega con el sentido común y deja perplejo al espectador.

“Bodies Bodies Bodies” está basada en una historia escrita por Kristen Ropuenian, autora del ‘bestseller’ “Cat Person”. Además, es el debut en lenguaje angloparlante de la neerlandesa Halina Reijn, quien con “Instinct” tuvo la elección de su país para ser representado en los Óscares de 2020, pero no fue nominada. 

¿De qué va la película?

En la trama principal, se presenta a Sophie (Amandla Stenberg de “The Hate U Give”), una adinerada joven que recién salió de rehabilitación, y su pareja Bee (Maria Bakalova), una joven de clase media. Ellas se dirigen a una fiesta que celebra el paso de un huracán en una mansión donde se completa el grupo de amigos con Jordan (Myha’la Herrold), Emma (Chase Sui Wonders), Alice (Rachel Sennott), Greg (Lee Pace) y David (Pete Davidson). Después de una recepción incómoda a Sophie por su pasado, el grupo decide jugar “Bodies Bodies Bodies”, su juego preferido.

Con este juego, se desestabiliza la armonía que venían trayendo y el espectador empieza a recibir ciertos estímulos de suspenso. El juego consiste en que una de las personas interpreta el rol de asesino y tiene que tocar por la espalda a otra persona, que será la víctima, mientras los demás deberán descubrir quién es el asesino. En medio de dicha discusión salen a la luz varias verdades incómodas y David, el dueño de la casa, decide abandonarlos. 

Desde entonces, empiezan a desintegrarse como grupo. Con el primero de ellos muerto, todos tienen un culpable obvio, pero sigue ocurriendo muertes -incluso mutuas- derivadas de la primera víctima. 

La obviedad y el sentido común terminará siendo el enemigo del espectador, quien dará por sentado la sospecha de al menos cuatro integrantes del grupo como el supuesto asesino. 

Uno de los puntos para destacar del filme es el equilibrio que encuentra entre el horror, el gore, el suspenso y, sobre todo, la comedia. En este punto, la actuación de Pete Davidson ofrece un plus con sus constantes sarcasmos.

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Retrato de la Generación Z

Hay una representación muy buena de una generación ansiosa (hay Xanax por doquier) y a veces insegura. Casi todos los personajes pretenden crear la apariencia de ser despreocupados, ya que muchos vienen de familias adineradas. La gran paradoja es que la tendencia de aparentar en las redes sociales termina siendo la condena de la mayoría.

El detonante primario es la discusión sobre el término de “gaslight”, término acuñado en los últimos años, que no es más que el hecho de hacer dudar a alguien sobre su juicio desacreditando sus posturas. Como si fuera poco, el trasfondo se ciñe a un juego de roles, tan populares en esta generación, y la peor crisis la tienen cuando se quedan sin señal en medio de la nada con un huracán a bordo.

Estos jóvenes empiezan a tener conversaciones pendientes que debieron tener en el pasado únicamente cuando ven de cerca a la muerte. Por momentos, todos están muy unidos, pero se empiezan a revelar detalles personales de cada uno como la rehabilitación de Sophie, los problemas de pareja de David y Emma, secretos familiares y desacuerdos mutuos. En lugar de hacer una terapia colectiva o escucharse, muchos empiezan a traicionarse o a pasarse de mano en mano la responsabilidad.

Cada espectador decidirá desde qué perspectiva ve la película. Muchos se inclinarán por el terror y el suspenso, otros disfrutarán la comedia y muchos analizarán las discusiones que reflejan entre líneas las principales problemáticas de una generación que todavía está en fase de definirse.