Reseña de “Merlina”: Un ingenioso y gótico spin-off a la altura de la franquicia

La industria cinematográfica se ha inspirado de libros, cómics e inclusive tiras cómicas para llevar a la pantalla historias capaces de cautivarnos. En la década de los sesenta, la cadena de televisión ABC emitó la telecomedia "Los Locos Addams", basada en las caricaturas de Charles Addams, que con el tiempo se convirtió en un fenómeno cultural. Películas, series televisivas y animadas agigantaron la imagen de la macabra familia, cuyos integrantes resaltaban por características peculiares. De ahí surge "Merlina", serie original de Netflix que se desprende de lo ya visto en la franquicia al presentar un trama enfocada solo en Merlina Addams.

Alfred Gough y Miles Millar son los creadores de esta producción de 8 episodios, cuyos 4 primeros fueron dirigidos por Tim Burton. Cabe mencionar que la serie no es exactamente lo que muchos esperan sobre los Addams, pero no deja de tener esos pequeños detalles que logran atrapar tanto al fanático del material antiguo como a las nuevas generaciones. El humor inexpresivo, el estilo gótico y los juegos de palabras clásicos se mezclan con cosas un poco más modernas e inéditas en este universo, como poderes sobrenaturales, una ambientación escolar, y un guiño al subgénero slasher.

La premisa de "Merlina" sigue a la hija (Jenna Ortega) de Morticia y Homero Addams en sus años de estudiante de secundaria. Al ingresar en la Academia Nevermore, no solo intentará dominar sus poderes psíquicos, sino que también se verá inmiscuida en una ola de asesinatos que aterroriza la ciudad. Como es de esperarse, la joven opta por resolver el misterio sobrenatural, todo esto mientras vive momentos típicos de adolescentes como enredos estudiantiles y uno que otro romance.

Tan espeluznante como llena de encanto

El verdadero negocio de las plataformas de streaming pasa por las series, y Netflix conoce muy bien ese terreno. En principio, la idea que rige a "Merlina" hubiese caído perfecto para una película con secuelas incluidas, pero la imaginación de sus creadores llevó este proyecto a sacarle todo el jugo posible a una de las figuras más icónicas de la familia Addams. Un toque de misterio, una pizca de lo sobrenatural, guiños hacia los slashers y los infaltables problemas que surgen en la secundaria, son los ingredientes del nuevo (¿y último?) éxito del 2022.

Como ya se sabe, la trama gira alrededor de Merlina, con las novedades de que tiene poderes psíquicos y está ambientada en una academia llena de freaks como ella (licántropos, sirenas, vampiros, etc). Eso sí, la esencia de la joven se mantiene tal como la conocemos: su conducta asocial, un humor negro, la carencia de afecto y gestos, así como el gusto por la muerte capaz de perturbar a cualquiera. Por esa parte, el planteamiento funciona a la perfección.

Con el pasar de los episodios, la serie podría explicar la difícil integración de la protagonista en la secundaria. Incluso, la relación con su compañera de habitación (Enid) es algo cortante, pero ese no es el centro de la trama. La realidad es que hay una conspiración y un crimen de por medio que Merlina se dedica a resolver, ignorando toda clase de distracciones como posibles romances o las típicas aventuras escolares. Acá, la historia se despega de los clichés adolescentes para embarcarse en algo más serio y sobrenatural.

¿Qué será aquello que causa tanto terror en la población? Solo Merlina parece interesada en llegar hasta el fondo y para ello saca a relucir una faceta de detective violenta y poco convencional, que al espectador termina convenciendo. Por si fuera poco, la puesta en escena es realmente espectacular, digno del trabajo de Burton, y además se mezcla con una banda sonora tenebrosa que te deja retumbando los oídos.

A su vez, la actuación protagónica de Jenna Ortega está a la altura de lo visto años atrás por Christina Ricci. Su compromiso con el personaje es magnífico y termina notándose en cada una de sus escenas, desde su destreza con el violonchelo hasta su épico baile que ha dado mucho de qué hablar en redes sociales. Si bien aún no se ha hecho oficial ningún anuncio de una segunda temporada, la actriz ya ha confesado su deseo de retomar el papel para mostrar una versión mucho más gótica.

Lee también: Reseña de "1899": La nueva joya de ficción de Netflix

El éxito y las referencias detrás de "Merlina"

Netflix no para de romper sus propios récords. A principios de año, la cuarta temporada de "Stranger Things" se posicionó como la serie de habla inglesa más vista de la plataforma de streaming, con poco más de 335 millones de horas de visualización. Meses después, "Monstruo: La Historia de Jeffrey Dahmer" hizo lo propio al superar también la barrera de las 300 millones de horas visualizadas. Pero cuando ambas cifras parecían inalcanzables, un título extravagante se abrió paso de manera inesperada.

Y es que la particularidad de las series mencionadas anteriormente es que llegaron a dichos registros durante su segunda semana de estreno, cuando ya eran parte de las recomendaciones de la plataforma y estaban asentadas en la clasificación. Con "Merlina", el fenómeno inició en su semana de estreno, acumulando cerca de 341 millones de horas de visualizaciones, según datos internos de Netflix.

Asimismo, cabe mencionar que la serie de misterio sobrenatural cuenta con varias referencias a las producciones anteriores de "Los Locos Addams". La primera y principal tiene que ver con la actriz Christina Ricci, quien saltó a la fama por su interpretación de Merlina en la década de los noventa. Su presencia en la trama va más allá de un simple cameo, ya que su personaje es el de una profesora de la Academia que aparentemente busca aconsejar a la joven protagonista.

Otra referencia tiene que ver con los chasquidos dobles que acompañan a la melodía clásica de los Addams. Y es que cualquiera que haya visto algo referente a esta franquicia sabe a lo que nos referimos. Para esta ocasión, esos chasquidos con los dedos no son un adorno, pues tienen un rol importante en la historia cuando Merlina descubre que son el código secreto para ingresar a una especie de guarida.

Por último, la presencia del tío Lucas es un tanto diferente a lo que muchos recordamos, aunque no se aleja de la versión original. El hecho pasa por el poder eléctrico que este posee en la serie de Netflix y que se asemeja a la clásica escena del film cuando se coloca un bombillo en la boca y termina encendiéndose. Al final, esto nos da a entender que al personaje le corre electricidad por todo su cuerpo.