Medio ambiente

Minería marina: ¿qué es y por qué es tan controvertida?

Buscar minerales en el fondo del océano es una idea que ya no suena tan descabellada como en los años 60 y que ya empieza a causar a preocupación entre los defensores del planeta. ¿Qué tan peligroso puede ser para la biodiversidad excavar en el mar?.

Mineria marina

Foto: Camiper

LatinAmerican Post | Christopher Ramírez

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Read in english: Marine Mining: What is it and Why is it so Controversial?

Desde hace algunos años, en el mundo se ha venido escuchando un término que para la mayoría de la población se puede considerar como desconocido, aunque se conforme de dos palabras muy famosas: minería marina. Sin embargo, no es muy complicado deducir el significado de lo que muchos científicos consideran “será el próximo peligro medioambiental”.

¿Qué es la minería marina?

De acuerdo con la Asociación Interamericana para la Defensoría del Ambiente (AIDA), “la minería oceánica (o minería marina) consiste en el aprovechamiento de depósitos minerales ubicados más allá de los 200 metros de profundidad en el océano”.

En pocas palabras, es una iniciativa que desde 1960 se viene abordando, con el fin de poder extraer minerales del mar como manganeso, hierro, calcio y otros metales que pueden ser útiles en la fabricación de algunos productos electrónicos.

“En los fondos oceánicos, existen principalmente tres tipos de recursos de gran interés económico: nódulos polimetálicos; costras ferromagnesianas y depósitos masivos de sulfuros, generados por las fumarolas hidrotermales”, añaden desde AIDA.

 

¿Por qué se ha vuelto a hablar de esto?

Para entender el resurgir del debate de las formas y efectos que traería la minería marina para el planeta, basta con citar al francés Serge Latouche, un ideólogo del decrecimiento económico, quien aseguró que “un crecimiento infinito no es posible en un planeta finito”.

En un principio, no fue necesario ahondar en la necesidad de buscar minerales en lo profundo del océano, precisamente porque no existía dicha necesidad.

“Las ideas iniciales nunca se llevaron a cabo por factores como los bajos precios de los metales, el acceso relativamente fácil a materias primas en los países del Sur Global, múltiples dificultades técnicas e incertidumbre jurídica”, indicó Esteban Ibarguren, investigador de AIDA en Uruguay, por medio de una entrada en un blog.

No obstante, según la explicación del propio Ibarguren, al ser la Tierra un planeta finito, era lógico que los minerales que se extraían en la superficie empezaran a escasear, por lo que la idea de los gobiernos fue excavar en el fondo del mar.

“Actualmente, el interés por estos recursos ha retomado fuerza debido a cambios geopolíticos y a una mayor demanda desde el sector de las energías renovables no convencionales”, añade.

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¿Qué problemas trae la minería marina?

Por supuesto, considerar esta práctica como peligrosa para el medioambiente es precisamente porque existen razones de peso que hacen ver que lo negativo es mucho más que lo positivo.

Bajo esa tesis, la ONG Greenpeace desarrolló un artículo en el que comentan, según su propia investigación, cuáles son las cinco grandes razones para considerar la minería marina como “un problema para el planeta”.

Para empezar, esta organización asegura que saquear el fondo del mar afectará a la biodiversidad que habita esta zona del planeta, con daños que “probablemente duren para siempre en escalas de tiempo humanas”. Bajo ese punto, es importante destacar que se afectarían especies que simplemente no existen en otra parte de la Tierra; lo que deriva a su vez en un tercer argumento: impactar negativamente la cadena alimenticia. “Se podría dar la posible extinción de especies únicas que forman el primer peldaño de la cadena alimenticia”, es lo que dicta un (irónico) documento que se habría repartido en medio de una reunión de personas interesadas en iniciar la minería marina.

En cuarto punto, Greenpeace resalta el hecho de que las profundidades del océano son “nuestro mejor aliado en contra del cambio climático, pues “el fondo marino es un importantísimo almacén de “carbono azul” (…) que permanece almacenado en sus sedimentos durante miles de años cuando la fauna muere, lo que ayuda a frenar” esta situación.

Así, con la minería se afectaría de forma considerable las formas cómo el fondo oceánico almacena el carbono, además de quizá liberarlo en cantidades que acelerarían el cambio climático en el planeta.

Por último, se llega a la triste conclusión de que la minería marina cohibiría al ser humano de adquirir nuevos conocimientos en cuanto a las profundidades de los océanos se trata. “Solo conocemos el 0,0001% del profundo fondo marino (…) y las empresas ya están buscando extraer y destruir estos recursos. Sin la protección adecuada de las profundidades marinas, podríamos destruir especies y ecosistemas aún por descubrir”, concluyen desde Greenpeace.

¿Qué tan legal es la minería marina?

En 1994, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar creó la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés), un organismo que se encarga de regular la minería marina; o que al menos lo ha intentado.

Actualmente, no existe una legislación clara o siquiera real que determine quiénes, cuándo, cómo y dónde se pueden extraer los minerales de las profundidades del mar, porque las partes involucradas en el debate (gobiernos, empresas, académicos y activistas) no han logrado llegar a un acuerdo sobre lo que se puede o no hacer con la minería marina.

Según reportó la revista Science, en septiembre de este año, en total han sido cinco veces que la Conferencia Intergubernamental de la ONU ha sesionado con el fin de, precisamente, generar un tratado internacional que permita “proteger la biodiversidad de alta mar y garantizar que las presiones humanas se mantengan en un nivel que sustenten esta variedad”. Nuevamente, no se logró.

Esta indecisión ha hecho que la minería marina se convierta en una situación contrarreloj contra la que no se podrá luchar si la ISA no toma una decisión antes de finalizar el próximo año.

En 2021, un representante de la isla de Nauru (en el Pacífico) envió una carta a la ISA diciendo que no podrían esperar más tiempo para poder extraer los minerales del mar, y que si no había una ley que le impidiera actuar, este país, con ayuda de la minera canadiense The Metals Company, empezaría a hacerlo. Las pruebas ya iniciaron.

Es necesario actuar pronto, pues cuando se empiece masivamente, la guerra por los minerales será prácticamente imposible de acabar.

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