Medio ambiente

Incendios en Chile, monocultivos y resiliencia: ¿Qué desafíos vienen para el futuro?

Los incendios en Chile se están controlando poco a poco, aunque permanezca el estado de emergencia. Sin duda dejan lecciones para la planificación del uso de la tierra y la necesidad de desarrollar resiliencia.

Bomberos apagando un incendio

Foto: Pixabay

LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos

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Los incendios descontrolados tienen al sur de Chile ardiendo. Miles de familias han tenido que salir de sus casas y huir para resguardarse del fuego. Asimismo, miles de especies de fauna y flora están siendo afectadas. Así, los incendios están dejando un alto coste social, ambiental y económico. De acuerdo al último balance entregado por el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), perteneciente al Ministerio del Interior, el incendio ha dejado 25 personas fallecidas y 1.500 viviendas calcinadas. Por otra parte, se ha confirmado que han sido abrasadas 425.000 hectáreas de terrenos, entre los que había bosques y zonas de cultivo. La última muerte reportada fue la de Félix Pérez, un brigadista que estaba trabajando en la contención de los incendios y sufrió un accidente.

Se mantienen activos alrededor de 300 incendios, con al menos 60 de ellos en combate, según informó el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve en declaraciones públicas. No obstante, esta es una cifra que cambia constantemente, pues se trata de un fenómeno que se combate día a día y que puede resultar imprevisible. “La emergencia no ha terminado. Las condiciones de riesgo se van a mantener”, señaló Monsalve. 

De hecho, Camila Vallejo Dowling, ministra secretaría general y portavoz del gobierno, ha dicho en una rueda de prensa que se estima que los incendios serán totalmente controlados hacia la primera quincena de marzo. Es decir, que la lucha para apagar los incendios aún tiene un largo camino por recorrer. No obstante, han llegado al país diversas ayudas internacionales, con recursos humanos y técnicos. El gobierno de Chile está haciendo un reporte constante y ha activado un plan de recuperación, con 13 puntos, para atender la situación. El plan contempla dar un bono de recuperación a 1,742 familias afectadas, asignar viviendas transitorias y atender a los animales. Y aunque en este momento la prioridad es controlar los incendios y atender a los afectados, es preciso hacer una planeación a futuro. Por otra parte, el cambio climático es un factor que juega en contra y que está haciendo que este tipo de situaciones se repliquen en todo el mundo con mayor frecuencia y magnitud.

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El problema de los monocultivos y el modelo económico

Diversas investigaciones han demostrado que los monocultivos están relacionadas con mayores riesgos ambientales. En especial, cuando no hay una planificación correcta y las especies plantadas son introducidas desde otras zonas, causando daños en los suelos, o cuando se derriban los bosques nativos para sembrar alimentos como soja, aguacate o trigo. En resumen, se causa un desequilibrio en los ecosistemas. Si a esto sumamos que el cambio climático está ocasionando que se desertifiquen grandes extensiones de tierra, se da un resultado nada favorable para prevenir y hacer frente a fenómenos como los incendios. 

A esto podemos añadir que las poblaciones y gobiernos no se adaptan con la rapidez que deberían a estos desafíos ambientales. Además, se suelen priorizar factores económicos por encima de temas sociales, de sostenibilidad o de responsabilidad ambiental. El medio investigativo chileno Ciper publicó una columna opinión de Juana Palma, Presidenta de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo y de Andrés Meza, vicepresidente de la misma institución. Los expertos analizan las razones y situación de los incendios y hablan de la necesidad de cambiar el enfoque del manejo forestal. Si bien señalan que los cultivos son positivos y necesarios, señalan que no se suele hacer un buen manejo de los monocultivos, que favorecen el tipo de situaciones como las que se viven hoy con los incendios. "Las conclusiones sobre el impacto de los monocultivos forestales podría ser totalmente distinta si existiera la capacidad de fomentar y regular la gestión integral de territorios y sus recursos bajo un prisma de manejo sustentable de los recursos madereros o no madereros, respetando al mismo tiempo las necesidades básicas de la población local, conservando la diversidad biológica, los bosques nativos, los suelos, las aguas y recuperando aquellos sitios o ecosistemas afectados por la degradación".

Alejandro Miranda, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) y del Laboratorio de Ecología del Paisaje Forestal de la Universidad de la Frontera, coincide en que las zonas de cultivos extensivos, en este caso de árboles para madera, son un factor que Chile debe controlar. "Las plantaciones forestales extensivas generan paisajes homogéneos, con alta carga de combustible y con especies (como el pino y el eucalipto) que en su desarrollo evolutivo se han adaptado al fuego, permitiéndoles incluso regenerarse rápidamente luego de un incendio", señaló en una entrevista para Mongabay.

Sin duda alguna, lo que está sucediendo en Chile, que se une a una serie de incendios muy fuertes que han vivido países como España, Estados Unidos, Australia o Brasil, prende las alarmas sobre la necesidad de acelerar los planes de adaptación y mitigación ante el cambio climático. Asimismo, pone en evidencia lo importante del desarrollo de capacidades en las comunidades para hacer frente a estas situaciones y la necesidad de tener estrategias de resiliencia ante los cambios. Esto incluye, revisar los modelos de la agricultura y el uso de la tierra, para una planificación sostenible y segura a largo plazo. 

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