El renacer de Nicolás Jarry, el tenista chileno que superó una dura sanción
Nicolás Jarry vivió unos últimos años bastante complicados, pero se supo sobreponer a tiempo y este 2023 lo ha iniciado quedándose con el Chile Open 2023 tras un impecable torneo. Te contamos su historia de superación.
Foto: Diliff
LatinAmerican Post | Nicolás Donoso Álvarez
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Dicen que el camino al éxito tiene muchas dificultades, y este es justamente el caso del tenista chileno de 27 años, Nicolás Jarry. El nacido en Santiago fue en su momento una de las principales promesas del tenis chileno, alcanzando dos finales de ATP 250 y dos semifinales de un ATP 500, quedándose con siete Challenger en dobles y alzándose con la medalla de oro en los Juegos Panamericanos del 2015. Inclusive ofreció su mejor nivel en 2019, cuando logró su mejor ubicación en el ranking ATP, posicionándose en el puesto 40. Su historia se cruzaba con el éxito de otro tenista nacional, Christian Garín. Sin embargo, una sanción en 2020 lo mantuvo alejado de las canchas y lo dejó en el ostracismo hasta el renacer que ha tenido este 2023, cuando se coronó campeón del Chile Open.
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Nicolás Jarry Fillol nació el 11 de octubre de 1995 en Santiago de Chile, es nieto del histórico tenista chileno Jaime Fillol (el cual alcanzó en 1974 el decimocuarto puesto del ranking ATP). Sus padres también fueron deportistas, aunque ellos optaron por dedicarse al voleibol. En su etapa juvenil, tuvo importantes logros, siendo lo más destacado su participación en el Torneo de Roland Garros juvenil en dobles, donde alcanzó la final. Lo que le significó culminar en la decimoctava ubicación a nivel juvenil mundial.
Posterior a ello, su etapa profesional ya lo posicionaba como una de las principales esperanzas de Chile, país que a lo largo de la historia ha tenido a destacados tenistas como Marcelo Ríos (llegó a ser el número 1 del ranking ATP), Nicolás Massu (ganador de dos oros olímpicos) y Fernando González (ganador de tres medallas olímpicas). Llegó a finales de Challenger, siendo subcampeón y campeón entre 2015 y 2017, y en 2018 llegó a su primer final ATP, consagrándose campeón en dobles, junto a su compatriota Hans Podlipnik. 2019 fue su consolidación y cuando alcanzó su mejor nivel, quedándose con el primer lugar del Torneo de Ginebra 2019, consiguió su mejor victoria hasta la fecha, tras derrotar al alemán Alexander Zverev, posicionándose en el puesto 40 del ranking ATP.
Una sanción que le "cortó las alas"
No obstante, su carrera recibió un golpe inesperado. El 14 de enero del 2020 (previo a que la OMS declarara la COVID-19 como una pandemia global), se confirmó su doping debido a la presencia de ligandrol y estanozol en los exámenes de orina que se realizó. Si bien la Federación Internacional de Tenis (FIT) confirmó su inocencia, le cayó un castigo de 11 meses, inhabilitándolo de las canchas por once meses y reintegrándose el 23 de noviembre, lo que lo llevó a perder ritmo competitivo, nivel y puntos en el ranking ATP.
En ese momento, y tras conocerse la sanción, Jarry comentó en sus redes sociales que "Han sido meses de profundo dolor y, aunque a veces se siente algo injusto, estoy tratando de aprender lo más posible de esta situación". Y es que el regreso fue difícil, tanto por la pandemia como por el largo periodo en el que había estado sin jugar. Sin embargo, supo sobreponerse a las adversidades poco a poco, con victorias en torneos de un nivel más bajo que serían un presagio de lo que estaba por conseguir.
A fines del 2022, y tras un alza en su rendimiento, Jarry volvió a referirse al doping que lo complicó. Dijo, entre otras cosas, que tuvo "la suerte de encontrar un muy buen equipo que me ha ayudado a salir adelante, a pelear y a trabajar muy duro para volver a estar donde yo estaba al principio, es decir, antes del castigo".
El renacer de Jarry
Dicen que todo lo malo en algún momento llega a su fin, y así fue. Este 2023, Jarry inició en el puesto 154 den Ranking ATP, bastante alejado de sus mejores épocas, pero ya en la Copa Davis, cuando fue determinante para que Chile venciera a Kazajistán, y tras llegar a las semifinales del ATP 500 de Río, confirmó su alza. El Chile Open, torneo que organiza su familia, en su país y con todo el público local, Jarry terminaría por consumar su regreso al top 100.
Con sendas victorias ante el peruano Juan Pablo Varillas (77), el argentino Diego Schwartzman (37), el alemán Yannick Hanfmann (152), el español Jaume Munar (66) e imponiéndose en la final al trasandino Tomás Etcheverry (76) tras conseguir la tan ansiada remontada por 6-7, 7-6 y 6-2. Así fue como Jarry consiguió su segundo título ATP en Chile, escaló 100 lugares en menos de dos meses y alcanzó el puesto 52 en el ranking ATP; muy cerca de regresar al top 50 en el que alguna vez estuvo.
Porque la suya es una historia de resiliencia, superación y determinación, y lo mejor para él es que el 2023 recién comienza y quedan casi diez meses más por delante. En algún momento, Jarry fue considerado como una de las principales promesas de Chile en el tenis, luego decayó y la sanción parecía hundirlo; a pesar de ello, no se rindió, renació como el ave fénix y ahora aspira a dejar nuevamente su nombre en lo más alto del tenis mundial.