Medio ambiente

El derretimiento del permafrost: una amenaza invisible del cambio climático

El derretimiento del permafrost implica una gran amenaza para el medio ambiente e, inclusive, para la salud humana.

Permafrost

Foto: Boris Radosavljevic

LatinAmerican Post | July Vanesa López Romero

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En las últimas semanas, se ha popularizado el permafrost debido a la noticia del hallazgo de un virus “zombi” que fue revivido recientemente por científicos en un laboratorio. Si bien es cierto que en el permafrost se han hallado virus, y uno de estos fue revivido volviéndolo infeccioso, esto sucedió por primera vez en 2014. Este se cultivó en amebas tras haber comprobado que solo podía atacar a estos organismos unicelulares y no a animales o humanos. El equipo, liderado por el virologista Jean-Michel Claverie, volvió a repetir el ejercicio en 2015. Su más reciente publicación fue en febrero de este año, en donde se documentaron 5 nuevas cepas de virus halladas en Siberia, las cuales también infectan amebas. Sin embargo, Claverie asegura que eventualmente esto podría significar un riesgo de salud pública.

¿Qué es el permafrost y por qué es peligroso su derretimiento?

El permafrost es una capa de suelo congelado que se encuentra en regiones frías del mundo, como en Siberia, el Ártico y Alaska. Esta capa se mantiene congelada durante todo el año y actúa como una especie de "almacén de carbono" natural, ya que contiene grandes cantidades de materia orgánica congelada; además, funciona como hábitat para microbios y bacterias.

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Las altas temperaturas generadas por el cambio climático provocan el derretimiento del permafrost, por lo que este fenómeno es considerado como una amenaza más de la crisis ambiental. Cuando el permafrost se descongela, se produce una liberación de sustancias tóxicas que se han almacenado durante décadas e incluso siglos, como el mercurio, que pueden contaminar fuentes de agua potable y el suelo. Asimismo, dicha materia orgánica comienza a descomponerse y libera grandes cantidades de dióxido de carbono y metano a la atmósfera, lo que contribuye significativamente al calentamiento global, convirtiendo a este en un proceso cíclico.

Por otro lado, este fenómeno afecta directamente a la biodiversidad en el permafrost, pues este es el hogar de una variedad de especies animales y vegetales adaptadas a las condiciones extremas del clima ártico.

¿Existe un riesgo para la seguridad y salud humana?

La inestabilidad del suelo producida por el derretimiento también puede provocar deslizamientos de tierra y catástrofes geológicas que afectan directamente a las comunidades locales. Además, aunque el virus hallado por Claverie y su equipo no es peligroso para los humanos, su descubrimiento ha aumentado la preocupación sobre la liberación de otros patógenos y microbios peligrosos que pueden estar atrapados en el permafrost. La liberación de estos patógenos podría tener consecuencias graves para la salud humana y el medio ambiente. El permafrost es un caldo de cultivo ideal para los microbios, ya que los niveles de oxígeno son bajos y la temperatura es constante. Además, algunos patógenos, como el Bacillus anthracis, la bacteria que causa el ántrax, pueden sobrevivir en el permafrost durante cientos de años.

Una amenaza silenciosa a la que debe prestarse más atención

En definitiva, el derretimiento del permafrost es una amenaza silenciosa pero contundente en el cambio climático. Es esencial tomar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que significa reducir la quema de combustibles fósiles y fomentar la transición a fuentes de energía renovable.

Además de estas medidas a largo plazo, también se están tomando medidas para proteger el permafrost existente. Los científicos están trabajando para desarrollar formas de cubrir el permafrost con materiales aislantes para reducir su exposición al calor. También se están explorando soluciones de ingeniería para fortalecer las infraestructuras que se encuentran en regiones con permafrost, como carreteras y edificios.

El permafrost es un componente importante del sistema climático global, y cualquier cambio significativo en su estado podría tener implicaciones importantes para el clima, la biodiversidad y las comunidades que dependen de él.

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