Reseña de “Evil Dead: El Despertar”: Una oda a los fanáticos del terror

Cuando se habla de franquicias de terror que se han convertido en todo un clásico del cine, la trilogía de "Evil Dead", que inició en 1981 el director Sam Raimi y protagonizó Bruce Campbell, debe estar entre las pioneras. Ahora, una década después de la última entrega que no tuvo ni a Raimi ni a Campbell en sus respectivos roles, los demonios y el característico humor oscuro han regresado con personajes más modernos, un escenario único y una manera diferente de revivir esta terrorífica experiencia. "Evil Dead: El Despertar" tiene todos los ingredientes para que los fanáticos de la saga y los que se están sumando a este universo, disfruten del verdadero terror que provocan las páginas del Necronomicón.

En esta nueva trama seguimos a una pequeña familia que vive en un antiguo edificio en el centro de la ciudad. Ellie es madre de tres niños (Danny, Bridget y Kassie) y ha sido abandonada recientemente por su esposo. A ellos se les suma la llegada de Beth, hermana menor de Ellie, que es una técnica de guitarras y se acaba de enterar de que está embarazada, por lo que acude al apartamento en busca de algo de tranquilidad. No obstante, el caos comienza a apoderarse del lugar cuando desde las entrañas del edificio emergen unos discos de vinilo junto a un misterioso y tétrico libro.

La quinta entrega de la saga está dirigida por Lee Cronin y también cuenta con el toque especial de Bruce Campbell y Sam Raimi como productores ejecutivos. De hecho, el aporte de estos dos últimos le ha dado a este reebot un aire fresco, al mismo tiempo que le rinde homenaje a los orígenes de la trilogía. Respecto al elenco, tanto Lily Sullivan como Alyssa Sutherland destacaron al punto de recibir excelentes críticas por parte de los especialistas, mientras que los jóvenes Gabrielle Echols, Nell Fisher y Morgan Davies convencieron con sus respectivas actuaciones.

Una experiencia claustrofóbica

"Evil Dead: El Despertar" posee todo lo que esperamos de ella: muertes retorcidas, humor negro, sangre en grandes cantidades, un escenario reducido capaz de generar claustrofobia, y una icónica motosierra. Pero más allá de esos detalles que se han convertido en la base y la fórmula del éxito de la saga, este también consigue llevarnos a través de un camino prometedor con una historia moderna. Desde el mismísimo tráiler, las expectativas eran altas, algo que en pantalla grande cumplió con creces por las secuencias grotescas que se llevaron a cabo gracias al excelso trabajo de los maquilladores.

Si colocamos a un lado el hecho de que esta cinta cuenta con un mayor presupuesto y tecnología de punta, en comparación con la trilogía de Raimi, la mayoría de las escenas aseguran momentos de terror satisfactorios para los espectadores. Para sorpresa de algunos, la trama no deja respirar ni un instante y te embarca en un viaje que va de 0 a 100 en un abrir y cerrar de ojos, todo eso mientras la intensidad y el gore se adueñan por completo del escenario. Gracias a ese ritmo frenético, es difícil decir que su desarrollo sea tedioso o aburrido.

Cabe destacar que el 90% (o más) de la película ocurre en el mismo lugar. Los pequeños vistazos que el director hace del pasillo del edificio y del ascensor descompuesto logran generar una atmósfera inquietante, cuyos ángulos de cámara y planos subjetivos en espacios cerrados mantienen la tensión narrativa en un nivel bastante alto. Sumado a esto, el aporte que le da la banda sonora es otro recurso a resaltar, ya que el sonido anticipa las secuencias más terroríficas del momento.

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Por otra parte, hay que agregar el hecho de que la estructura del film no es el convencional, sino más bien circular, que va narrando los hechos desde el final. En ese sentido, todo el desarrollo se trata de un enorme flashback que explica cómo esas fuerzas malignas se desataron en la ciudad provenientes de un lúgubre edificio. Lo que ofrece visualmente ese sitio es, sin dudas, digno del género, sobre todo cuando atestiguamos el crudo final de una familia a manos de demonios.

A su vez, un punto que pudo haber dejado un mal sabor de boca fue el poco o casi nulo contexto que le dieron al Necronomicón en esta historia. La combinación entre el libro y los discos de vinilo (que fueron muy bien explotados como recursos narrativos) se presentaron como un dúo poderoso capaz de desatar un terror inimaginable. Quizás un viaje al pasado o alguna profundización de sus orígenes hubiera caído de maravilla a los 97 minutos de película.

En definitiva, "Evil Dead: El Despertar" deja en claro su buen balance entre terror y humor. Es una producción absurda, sangrienta y que mantendrá nervioso a más de uno, tal como les gusta a los fanáticos de la franquicia. Ciertamente, muchos pensarán que en realidad no es la mejor historia de terror del año porque todo se trata de mera ficción, pero ¿no se tratan de eso las películas de hoy en día?