Epigenética y hábitos: ¿Cómo influye tu estilo de vida en tus genes?
Las condiciones del entorno, la alimentación y los factores ambientales alteran la expresión genética, evitando incluso el desarrollo de enfermedades hereditarias.
Foto: Freepik
LatinAmerican Post | Yenny Rodríguez Barajas
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Desde la concepción, el feto trae consigo información genética transmitida de sus padres/madres, que influyen en ciertas características físicas como la estatura, color del cabello, de piel y de los ojos, entre otros. Incluso genes asociados a la predisposición a sufrir alguna enfermedad crónica. Sin embargo, según los investigadores, el ser humano tiene el poder de producir cambios en el organismo -positivos o negativos- de acuerdo con sus hábitos alimenticios, la exposición a factores ambientales y experiencias traumáticas o positivas que viva. A esto se le conoce como epigenética.
De esta forma, realizar actividad física al aire libre como caminar, correr o jugar; tener una dieta equilibrada -rica en frutas y verduras-, y, evitar situaciones de estrés, permiten modificar la información genética sin afectar la secuencia del ADN y así, prevenir el desarrollo o disminuir la aparición de enfermedades cardiovasculares, diabetes, colesterol, o diferentes tipos de cáncer, entre otras. De hecho, incluso inciden en la longevidad.
Según el Center on the Developing Child de la Universidad de Harvard, durante el desarrollo, el ADN que compone los genes acumula marcas químicas que determinan qué cantidad de genes se expresa. Es decir, que las diferentes experiencias que tienen los niños reorganizan esas marcas químicas. Lo que explica por qué los gemelos genéticamente idénticos tienen diferentes comportamientos, habilidades, salud y logros. Según esta misma fuente, el epigenoma puede verse afectado por experiencias positivas, como relaciones de apoyo y oportunidades de aprendizaje, o influencias negativas, como toxinas ambientales o circunstancias de vida estresantes, que dejan una “firma” epigenética única en los genes. Estas firmas pueden ser temporales o permanentes y ambos tipos afectan la facilidad con la que los genes se activan o desactivan.
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Epigenética desde el desarrollo fetal
Según explica Tatiana Manrique Zuluaga, psicóloga especializada en Psicología Experimental y Neurociencia del Comportamiento, y directora de Colpsic (Campos, Programas y Proyectos del Colegio Colombiano de Psicólogos), la epigenética está presente desde el momento de la concepción, durante el desarrollo fetal, así como en la infancia, la adolescencia y la vida adulta.
“Los estudios coinciden en que las etapas más tempranas del desarrollo fetal son particularmente sensibles a los factores ambientales que pueden afectar la epigenética, teniendo un impacto significativo en la calidad de vida. Por ejemplo: se ha demostrado que la exposición prenatal a productos químicos, tóxicos, sustancias psicoactivas o malnutrición cambian la forma en que se expresa el ADN aumentando el riesgo de enfermedades crónicas”, explica la especialista.
Durante la infancia y la adolescencia, la exposición a experiencias estresantes como la negligencia o maltrato modifica las marcas en las células, aumentando el riesgo de trastornos psicológicos y respuestas emocionales alteradas, cuyos efectos se extienden a los hijos e incluso los nietos. También pueden influir en la expresión de genes que regulan la función cerebral y el comportamiento. “Se ha encontrado que ciertos cambios epigenéticos están asociados con trastornos psiquiátricos y neurológicos, incluyendo depresión, trastornos de ansiedad, esquizofrenia y trastornos del neurodesarrollo”, afirma la psicóloga. Es decir, mientras que los factores genéticos ejercen influencias potentes, los factores ambientales tienen la capacidad de alterar los genes heredados.
Algunas recomendaciones
De acuerdo con Manrique Zuluaga, la epigenética es un campo en constante evolución, y aún se están investigando los efectos precisos de diferentes factores ambientales y estilos de vida en la regulación epigenética en las diferentes etapas de nuestra vida.
Sin embargo, “la promoción de un estilo de vida saludable que incluya una dieta adecuada, ejercicio regular, sueño adecuado y reducción del estrés ayudan a prevenir enfermedades hereditarias y reducir el riesgo de enfermedades crónicas”. Algunas estrategias que se pueden implementar son:
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Mantener hábitos de vida saludable: Una dieta sana (balanceando ingestión de frutas, verduras, grasas saludables, carbohidratos y agua), ejercicio regular y la reducción del estrés pueden ayudar a reducir los efectos de la epigenética en los trastornos emocionales. La actividad física regular también puede tener efectos positivos en el cerebro y la función cognitiva. Por ejemplo, los estudios han encontrado que la actividad física puede reducir la metilación del ADN en genes relacionados con la inflamación y el estrés oxidativo, lo que puede mejorar la salud metabólica y el dolor crónico.
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Evitar el consumo de sustancias tóxicas: El consumo de sustancias tóxicas, como el alcohol y las drogas, puede aumentar la metilación del ADN y la modificación de las histonas (mecanismos epigenéticos que pueden afectar la expresión génica), lo que puede aumentar el riesgo de trastornos emocionales.
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Mantener una buena higiene del sueño: la calidad y la duración adecuada del sueño también se han asociado con cambios positivos en los factores epigenéticos, por ejemplo, mejorando la calidad de vida en personas con obesidad, diabetes y cáncer. También se han relacionado con mejores condiciones para el aprendizaje, con gran impacto durante las primeras etapas de la vida.
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Buscar ayuda profesional: Si se experimentan síntomas de trastornos emocionales, es importante buscar ayuda profesional de un psicólogo o un psiquiatra, quienes a través de la intervención terapéutica pueden ayudar a reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida.
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Mantener apoyo social: Un fuerte apoyo social puede ayudar a reducir el impacto de los factores ambientales en la epigenética y los trastornos emocionales. Es importante tener un sistema de apoyo fuerte y confiable de amigos, familiares y otros seres queridos.