Final de Champions 2023: nuevamente podría cambiar de sede

Estambul es recordada como la sede de una de las finales más espectaculares de la UEFA Champions League: la de 2005 entre el Milan y el Liverpool, denominada como “el Milagro de Estambul”. Ahora, la popular ciudad turca se prepara para recibir una vez más el partido definitorio de la máxima competición europea de clubes. Sin embargo, Estambul podría perder la sede de la final por tercera vez en cuatro años. ¿Por qué cambió la sede en los últimos años y por qué peligra nuevamente en 2023?

Estambul y los acontecimientos históricos que la alejaron de la Champions

El Estadio Olímpico Atatürk de Estambul fue designado como escenario de la final de la Champions en la temporada 2019/2020. Sin embargo, la pandemia por la COVID-19 no solo obligó a la UEFA a suspender la competición, sino también a cambiar la sede de la final, designando al Estádio da Luz de Lisboa, Portugal. Esto, debido a que se instaló una burbuja sanitaria en dicha ciudad portuguesa, permitiendo disputar allí el resto de la competición sin riesgos de contagio.

En la temporada 2020/2021 la UEFA decidió otorgar la final de la Champions League nuevamente al Estadio Olímpico Atatürk de Estambul para compensar la contingencia de la temporada anterior. Sin embargo, los finalistas fueron el Manchester City y el Chelsea de Inglaterra, por lo que las fuertes medidas sanitarias del Reino Unido y el aumento de casos de COVID-19 en Turquía obligaron a trasladar nuevamente la final a Portugal, pero esta vez al Estadio do Dragão de Oporto.

La final de la Champions League de la temporada 2021/2022 estaba programada en un principio para jugarse en el Allianz Arena de Múnich, Alemania. Sin embargo, por el aplazamiento de sedes por la pandemia de la COVID-19, la final le correspondía finalmente al estadio Gazprom Arena de San Petersburgo, Rusia. No obstante, la sede se modificó una vez más debido a las sanciones a Rusia por la invasión bélica a Ucrania. Finalmente, la final se jugó en el Stade de France de Saint-Denis, Francia.

En consecuencia, se estipuló que la final de la temporada 2022/2023 se jugara en el Estadio Olímpico Atatürk de Estambul, la final de 2024 en el Estadio de Wembley de Londres y la final de 2025 en el Allianz Arena de Múnich. Sin embargo, la final de Estambul corre peligro nuevamente debido al proceso electoral de Turquía el 14 de mayo, que podría desatar serias revueltas sociales. Por su parte, la UEFA prepara planes de contingencia, pero observa atentamente la situación social y política de Turquía hasta el 10 de junio, cuando se debería jugar la final.

EE.UU. surge como candidata a futuras finales

La inestabilidad en la designación de sedes para la final de la Champions League y la comercialización del evento hicieron barajar nuevas opciones. Por tal razón, el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, abrió la posibilidad de disputar partidos decisivos en Estados Unidos. “¿La Champions en Los Ángeles, Nueva York o tal vez Atlanta? Es posible. Empezamos a hablar sobre eso, pero entonces llegó el Mundial, en 2024 es la Eurocopa, este año la final es en Estambul, en 2024 en Londres y en 2025, en Múnich. Y después de eso, veremos. Es posible, es posible”, sostuvo el dirigente en entrevista con el medio norteamericano Men in Blazers.

Llevar la final de la UEFA Champions League a Estados Unidos significaría tener sus 300 millones de espectadores en territorio donde el evento deportivo más visto es el Super Bowl, con 208 millones de personas aproximadamente. En consecuencia, la repercusión mediática y la adherencia de espectadores podría significar un impulso importante para la Champions League y un beneficio importante para Estados Unidos como escenario deportivo.

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Por otra parte, la UEFA facturará a partir del 2024 alrededor de 3.700 millones de euros por temporada, de acuerdo con el medio El Confidencial. Allí, se estima que los derechos de televisión aporten más de 3.120 millones de euros, los patrocinios más de 541 millones de euros, la asistencia a los estadios más de 34 millones de euros y las zonas VIP más de 31 millones de euros. Finalmente, la totalidad del dinero se reparte en un 79% para los clubes participantes, 5,5% se lo queda la UEFA y el restante se destina a la organización y realización de las competiciones.

Esta inmensa generación de dinero supone que llevar la competencia a Estados Unidos potenciaría aún más las ganancias para la UEFA y sus clubes. Además, el país norteamericano también tendría ganancias importantes por patrocinios, derechos y activación de comercio. No obstante, Ceferin advierte que aún deben plantear bien las bases del acuerdo debido a que la comercialización de diferentes aspectos es distinta en Europa, comparándola con EE.UU. Por lo pronto, la final de la Champions de la temporada 2025/2026 podría ser en un territorio inexplorado pero altamente lucrativo.