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¿Se están replicando en Latinoamérica patrones violentos de Estados Unidos?

Con la toma del Congreso, la divulgación de teorías de conspiración y los últimos tiroteos en escuelas en Brasil, parece estar repitiéndose un modelo violento de Estados Unidos en Latinoamérica. Analizamos qué está pasando y por qué es preocupante.

Jair Bolsonaro, José Antonio Kast, María Fernanda Cabal, Javier Milei

Fotos: Gustavo Lima, Mediabanco Agencia, CanalCNC, La Libertad Avanza

LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos

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En lo corrido del año, se han presentado en Brasil una serie de actos violentos que parecen un espejo de Estados Unidos en Latinoamérica. La toma del Congreso, el no reconocimiento del resultado de las elecciones presidenciales o el incremento en los ataques violentos a escuelas son una muestra de esto. De hecho, la crisis de violencia escolar tiene alarmadas a las autoridades, pues en el último año se han presentado 9 ataques.

Una de las historias más impactantes de violencia en las escuelas se presentó en 2019 cuando dos exalumnos asesinaron a siete personas, luego uno mato al otro y después se suicidó. A estas personas les encontraron conexiones con grupos racistas y extremistas que celebraban este tipo de masacres. Otras de las dos masacres más recientes (febrero 2023 y noviembre 2022) fueron cometidas por jóvenes neonazis, según señala el Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo. 

En una investigación de El Hilo, el reportero Mauricio Savarese contó que la reacción de muchas personas ante la situación actual es exigir respuestas violentas, como pedir pena de muerte o tortura. "Estamos involucrados en una situación que no tiene respuestas listas y rápidas para nadie", aseguró.

Aunque claramente no toda la violencia o ataques armados tienen una inspiración de extrema derecha, sí es cierto que este tipo de violencia está en aumento. Los mensajes de odio que se difunden, racistas, xenófobos, antimigración y que invitan a tomar "justicia" o garantizar la seguridad por mano propia, están haciendo eco en Brasil y otros países de Latinoamérica.

Discursos de odio de la extrema derecha: un incentivo a la violencia

Los discursos y formas de actuar de Donald Trump, una figura de relevancia mundial, han servido de ejemplo para otros políticos. Pese a sus opiniones cuestionables y a sus investigaciones ante la justicia, Trump se ha visto apenas afectado en su popularidad. De hecho, es preciso recordar que el 70% de los republicanos pensaban que la elección de Biden había sido un fraude. Así, Trump se ha convertido en la figura prominente de la "alt-right". 

La extrema derecha en Latinoamérica, impulsada por figuras como Jair Bolsonaro en Brasil, Jose Antonio Kast en Chile, María Fernanda Cabal en Colombia o Javier Milei en Argentina, mantienen discursos que enarbolan la seguridad, la libertad, el patriotismo y el crecimiento económico, que los hacen atractivos para los votantes. No obstante, sus discursos constantemente también son xenófobos, homófobos, racistas y misóginos, así como negacionistas (o, por lo menos, reduccionistas) del cambio climático. Así, han tomado distancia de la derecha tradicional, para adoptar posiciones más radicales y, en muchas ocasiones, violentas. 

Un rasgo común en sus posturas ha sido la defensa del porte de armas. En Brasil, donde ya ha gobernado la extrema derecha, hubo un crecimiento de casi 500% en el registro de armas durante el mandato de Bolsonaro. De 2018 a 2022, pasaron de 117.467 a 673.818 personas registradas como portadores de armas, de acuerdo con el Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP). 

Esta facilidad para acceder a las armas también explica, en parte, la proliferación de tiroteos. Para Amnistía Internacional, "una estricta regulación de las armas de fuego junto con iniciativas estratégicas de reducción de la violencia son la forma más eficaz de reducir la violencia armada".

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Claves para entender los discursos de odio 

Para entender este fenómeno, hablamos con Jose Luis Salido Medina, politólogo e investigador en la Fundación Euroárabe, quien ha estudiado los discursos de odio y la violencia en la extrema derecha. Para el experto, existen tres claves para comprender sus narrativas extremistas: las redes sociales, los medios de comunicación y el propio contenido de sus discursos, en el contexto actual de los sistemas democráticos. 

En cuanto a las redes sociales, facilitan la difusión de los mensajes y la conexión entre diferentes personas a lo largo del país, y del mundo. Asimismo, el uso de bots ha aumentado la capacidad de difundir contenidos y sobredimensionar el apoyo recibido, según explica el experto. Por su parte, los medios de comunicación también son claves en la difusión de estos mensajes "gracias a la financiación que los grupos y candidatos de extrema derecha reciben de grandes empresarios y otras personalidades, en algunas ocasiones consiguen crear sus propios canales y emitir en televisión", asegura Salido.

Las extremas derechas ha encontrado cómo llenar vacíos identitarios con sus discursos y han definido a sus comunidades nacionales en torno a las diferencias frente a un "otro". Jose Luis Salido Medina explica que han encontrado enemigos exteriores (a través de posturas nacionalistas) y enemigos interiores personificados en las diferentes identidades que conviven en las sociedades (cualquier persona no blanca, comunidad LGTBI, el feminismo, etc). 

Una de las particularidades de estos partidos es que utilizan un discurso que no rechaza la democracia frontalmente, sino que se erigen como defensores de esta frente a ese “otro” que definen e identifican con el establishment. "Ello también les dota de un carácter 'revolucionario' o 'alternativo' frente a un progresismo que supuestamente hegemoniza las naciones y las está destruyendo. Sin embargo, este discurso en defensa de la democracia y de la 'tolerancia' suele venir acompañado de un lenguaje profundamente belicista, de faltas de respeto y de fake news; lo cual es altamente efectivo en contextos donde la sociedad está polarizada, y donde ellos mismos están contribuyendo a incidir en esa brecha", asegura. 

La teoría de la conspiración es otro elemento fundamental de los mensajes y de los discursos que estos grupos difunden. Para el investigador: "el éxito de este tipo de teorías no está tanto en la mentira y en la dificultad de diferenciar la información falsa de la verídica, sino que reside en la capacidad que tienen estos grupos para articular debates en torno a qué es 'la verdad', y sobre la 'tiranía e imposición' del conocimiento científico que 'busca establecer un pensamiento único'". Además, estos grupos están interconectados a nivel global y existen relaciones y comunicación entre ellos.

Finalmente, el experto aclara que existe una relación conflictiva entre las acciones violentas y los discursos de odio: "No necesariamente un discurso de odio lleva a la perpetración de un acto violento, y un acto violento no necesariamente conlleva la difusión de más discursos de odio". Sin embargo, ambas son expresiones violentas (una verbal y una física). Por esta razón: "Cuando el discurso de odio clama abiertamente hacia la acción violenta, es muy probable que termine llegando a producir violencia física, como es el caso de los asaltos al Capitolio en EE.UU. y al Palacio Presidencial y el Congreso en Brasil" señala Salido.

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