G7: ¿les falta decisión y compromiso ante el cambio climático a los siete grandes?
Los ministros de Energía y Medioambiente del G7 se reunieron en Japón. Aunque han acordado acelerar los esfuerzos para abandonar el uso de combustibles fósiles y carbón, no establecieron un plazo fijo para ello. Te contamos sobre esta reunión y las decisiones tomadas.
Foto: TW-G7
LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos
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El foro intergubernamental del G7, o el Grupo de los Siete, que reúne a los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, tuvo una sesión en la ciudad de Sapporo, Japón. En este encuentro se reunieron los Ministros de Medio Ambiente de estas potencias económicas. Si bien los líderes han acordado acelerar los esfuerzos para abandonar el empleo de combustibles fósiles, como el carbón, no se estableció un método o plazo concreto previo al ya establecido de 2050.
El comunicado oficial que se emitió tras la reunión contiene 92 puntos. “Subrayamos nuestro compromiso, en el contexto de los esfuerzos globales, por acelerar la eliminación gradual de los combustibles fósiles para alcanzar sistemas de energía con emisiones netas cero para 2050”, indicaron los países en esta declaración conjunta. Un acuerdo destacado es el de reducir las emisiones de CO₂ al menos en un 50 % para 2035 de sus vehículos, teniendo como referencia los niveles del año 2000. Así se espera que en el 2035 todos los vehículos a la venta en estos países sean eléctricos.
El uso de energía nuclear fue uno de los puntos más problemáticos de la reunión. Mientras que el país anfitrión pretende impulsarla, Alemania desconectó sus últimos 3 reactores en la misma semana. "La energía atómica ha dado electricidad a 3 generaciones, pero sus residuos seguirán siendo peligrosos a lo largo de las próximas 30.000 generaciones", señaló Steffi Lemke, Ministra de Medio Ambiente de este país. Así, el documento final del G7 se limita a señalar que los países que implementen este tipo de energía cumplirán con los estándares de seguridad.
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No todos están contentos
Desde la institucionalidad, se han celebrado los acuerdos alcanzados en esta reunión del G7. Sin embargo, no todo es conformidad. Representantes de la sociedad civil, activistas y organizaciones ambientalistas han señalado la falta de decisión y el "lavado de cara" que pretenden hacer las grandes potencias.
La campaña por un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, conformada por una red de más de 1800 organizaciones de la sociedad civil, ha respondido al comunicado del G7 poniendo en cuestión sus decisiones. "Una vez más, las economías más avanzadas demuestran su falta de voluntad política para abordar la causa fundamental de la crisis climática”, señala el comunicado de prensa. Asimismo, señala que a pesar de los anuncios de apoyo a energías renovables: "La decisión de los ministros del G7 incluye tácticas de escapatoria para permitir la nueva producción de carbón con tecnologías de captura y almacenamiento de carbono no probadas, y utiliza el argumento de las consecuencias energéticas de la invasión rusa de Ucrania para apoyar nuevas empresas de gas".
De hecho, en el punto 74 el comunicado oficial titulado "Financiación internacional de los combustibles fósiles", se habla de la reducción de inversiones en ese sector, pero no señala específicamente que se prohibirá. De hecho, indica que se ha realizado "excepto en circunstancias limitadas claramente definidas por cada país y coherentes con un límite de calentamiento de 1,5°C". Además, se habla de que en ese punto es crucial la "seguridad" y los "intereses geopolíticos". Y estos suelen llevarse bien con los intereses económicos más que con los ambientales y científicos.
También es preciso recordar que países como Japón, Alemania o Estados Unidos están entre los que más basura exportan a otras regiones, generalmente empobrecidas.
Algo evidente en las recientes reuniones del G7 ha sido su contante crítica a Rusia y a China. Aunque dichas críticas tienen razones de peso, parece que la situación mundial se ha convertido en la excusa para tener a alguien más a quién señalar y evadir las propias responsabilidades. La invasión de Rusia a Ucrania ha actuado como un telón para ocultar y justificar diversas acciones perjudiciales para el medio ambiente, que han tomado los gobiernos del G7.
Por otra parte, la organización Green Peace ha denunciado que en el G7 se ha tomado una decisión contraria a la ciencia, la protección ambiental y el derecho internacional. Las naciones del G7 han apoyado la descarga en el Océano Pacífico de aguas residuales radiactivas de Fukushima. "El entorno marino está bajo una presión extrema por el cambio climático, la sobrepesca y la extracción de recursos. Sin embargo, el G7 cree que es aceptable respaldar planes para verter deliberadamente desechos nucleares en el océano", señala Shaun Burnie, especialista nuclear sénior de Greenpeace East Asia, en el comunicado oficial. Este hecho sería una violación Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar. Por otra parte, Green Peace argumenta que se trata de un intento de Japón por hacer un "lavado" a la catástrofe nuclear, para seguir impulsando este tipo de energía.