El tenista serbio Novak Djokovic mostró su lado más político, ya sea en temas nacionalistas o de salud pública.
Foto: Flickr-Christian Mesiano
LatinAmerican Post | Santiago Gómez Hernández
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Novak Djokovic no solo es uno de los tenistas más grandes en la historia, luego de alcanzar en títulos de Grand Slam al español Rafael Nadal (22) y superar por 2 al suizo Roger Federer. Últimamente, el serbio mostró su lado más político y se perfila como una de las personas más influyentes de su país y del mundo deportivo. Ya sea por sus posturas antivacunas o por sus comentarios nacionalistas, Djokovic pasó de las portadas de deportes a mostrar su faceta más política.
Es que Novak Djokovic siempre se salió del molde. Desde el inicio de su carrera, logró conquistar varios fans por su personalidad y sus reconocidas imitaciones a otros compañeros del circuito. Además, también fue polémico fuera de las canchas. No consume gluten y sigue una dieta vegana, lo que le ha hecho recibir acusaciones de no alimentarse como un deportista de élite (a pesar de ser uno los más grandes en la historia del tenis masculino).
También es considerado como una persona holística, que le gusta la medicina natural, la homeopatía, la meditación y el yoga. Cree mucho en las energías y pensamientos positivos. Se conoce que practica el ayuno intermitente como otros deportistas.
Novak Djokovic y su posición como antivacunas
El tenista serbio Novak Djokovic tomó relevancia mundial, luego de rehusarse a ser vacunado durante la pandemia de la COVID-19. A pesar de que nunca se autodenominó como antivacunas, incluso aseguró que no lo era, siempre fue abierto en que si tenía que vacunarse para jugar diferentes torneos, prefería no participar.
Esto le costó su participación en varios Grand Slam y grandes eventos. En el 2022, no pudo participar en el Abierto de Australia ante un veto que ordenó el gobierno australiano a cualquier persona sin las vacunas en regla. Incluso, el serbio intentó entrar al país oceánico, pero fue detenido en el centro de detención de migrantes y estuvo confinado en su habitación de hotel hasta que se le negó el ingreso.
El mismo año, también debió cancelar su participación en el US Open por los mismos motivos (políticas de restricción de ingreso al país para personas no vacunadas). Esto demostró que defendería sus posturas por encima de su carrera profesional.
Esto causó un gran revuelo internacional, incluso terminó en una crisis diplomática entre Serbia y Australia. El gobierno europeo denunció que, desde Canberra, se había maltratado a su héroe nacional.
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Djokovic es originario de Belgrado y se convirtió en una de las figuras más relevantes en el contexto antivacunas, por esto, fue defendido como un símbolo del movimiento. Esto, incluso a pesar de que el serbio siempre dejó en claro que era una decisión personal, por lo que intentó desmarcarse de todo el fenómeno político antivacunas. Pero era irremediable que muchos manifestantes no demostraran su aprecio al tenista. El político australiano Craig Kelly, líder del Partido Australiano de Libertad, dijo que el deportista era un prisionero político del gobierno australiano.
Djokovic en política interna
Pero el impacto de Novak Djokovic no solo fue en temas del COVID-19. Recientemente, el serbio escribió “Kosovo es el corazón de Serbia. Paren la violencia”. Últimamente, la tensión en el país (no reconocido por Serbia) de Kosovo está en aumento. Las semanas pasadas existió un choque entre la población albanesa y los serbios que viven en el territorio, por lo que está a punto de comenzar un conflicto.
Esto, incluso, generó disturbios y ataques a tropas de la OTAN que se encuentran en el país luego de la guerra de los Balcanes.
Aunque el mensaje de Djokovic aboga por la paz, la primera parte de su llamado puede asociarse a discursos nacionalistas serbios, que defienden la postura de que Kosovo es parte de Serbia y no es un territorio independiente.
Esto debido a que, pese a su declaración de independencia de Serbia en 2008 y a su mayoría de población albanesa, Kosovo guarda una relación fundamental para los serbios. Desde 1389, la Batalla de Kosovo fue considerada el punto de inicio de la nación Serbia y acá también están los principales lugares relevantes de la Iglesia Ortodoxa de Serbia. Adicionalmente, en el territorio todavía hay una minoría poblacional serbia, que ve a los líderes albaneses (de religión musulmana) con sospecha.