Los daños colaterales de las giras de conciertos en la salud mental de los artistas

Si bien el confinamiento obligó a limitar la música en vivo a formatos virtuales, después de superada esta etapa hubo una explosión a gran escala de conciertos. Esto ha generado una recuperación del sector, pero también ha tenido daños colaterales, especialmente en los artistas que hacen giras maratónicas.

Desde el año pasado hemos visto cómo Arlo Parks canceló su gira debido a problemas de salud mental. Lo mismo sucedió con artistas de la talla de Justin Bieber y Shawn Mendes. Incluso Santigold explicó en una carta que cancelaba su gira por ansiedad, insomnio, fatiga, vértigo y para compartir más tiempo con sus hijos. En otros casos como los de Drake o Roger Waters se habla de un retiro definitivo.

Con el ‘streaming’ en auge, el factor más atractivo para que los artistas obtengan más rentabilidad de sus carreras musicales está en las giras. Por eso, la oferta de conciertos ha aumentado en el mundo y muchos incluso buscan la penetración en nuevos públicos. América Latina ha demostrado ser un destino rentable para actos que probablemente no se hubieran imaginado en el pasado.

Daños colaterales de las giras de conciertos

Como bien lo expuso Santigold, la carga que puede recibir un artista durante una gira de conciertos es amplia. El insomnio se da casi que por sentado, de la fatiga ni hablar cuando el público se hace cada vez más exigente. Gastar múltiples horas de vuelo, atención a medios de comunicación y lo que conlleva la previa de un show con los nervios, impactan en el bienestar físico de cada cantante y, por ende, repercute en lo mental.

Con un contundente “no quiero dormir en un bus”, Miley Cyrus explicó por qué no hará una gira con su más reciente álbum. Por otro lado, Alejandro Sanz le contó a sus fanáticos que contempló cancelar su gira por inconvenientes personales. Sin embargo, él decidió refugiarse en el cariño que recibe en las giras para superar el momento que atraviesa.

Otros como Ozzy Osbourne han optado por cancelar giras por cuestiones físicas. En la que tenía programada por Europa afirmó que aún no se siente bien para someterse a la rutina que conlleva una gira. Esto repercute en lo mental, ya que él resaltó que tiene la voz y la capacidad de ofrecer un show óptimo, pero no para el estrés de viajar de ciudad en ciudad o de país en país.

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¿Cómo lo recibe el público?

Por mucho que un fanático diga querer a su artista favorito, no está del todo dispuesto a tener la suficiente empatía de ponerse del otro lado. Uno de los ejemplos más notables se dio con Kali Uchis cuando ella intentó cancelar su presentación en Bogotá porque no se sentía bien. Después se retractó, en parte forzada por la cantidad de críticas que recibió de la mayoría de fans que pagaron su entrada para verla en su espectáculo.

En otro ejemplo de diferente naturaleza, es claro que el asedio al que están expuestos como artistas también les afecta. Un caso notable fue lo que Bad Bunny vivió en Medellín cuando después de su presentación quiso relajarse en una discoteca y al salir estaban cientos de fans de los que con suerte se libró rápidamente. La misma Miley Cyrus vivió lo mismo en Bogotá cuando a su comitiva casi no le dejan ingresar su automóvil al hotel.

El papel de la industria

Los mismos artistas han dicho que la plusvalía de su arte depende básicamente de las giras de conciertos. De hecho, en la más reciente serie de HBO Max, “The Idol”, se representa la preocupación de las promotoras por vender entradas a como dé lugar y la presión que ejercen en los artistas para conseguirlo.

El tema ya genera tal preocupación que para este año se conoció de la publicación de “Giras y Salud Mental: El Manual de la Industria Musical”, libro de Tamsin Embleton. La intención de esta guía es ofrecer consejos de músicos como Nile Rodgers, psicólogos, 'coaches' motivacionales y expertos en el bienestar mental para sobrellevar una gira con pocos inconvenientes.