Bienestar

Avistamiento de aves: un aliado para tu salud mental

Varios estudios revelan que pasar tiempo al aire libre observando aves resulta muy positivo para la mente y el bienestar. Te contamos más al respecto para que te animes a hacerlo.

Pájaro en un árbol

Foto: Pexels

LatinAmerican Post | Erika Benitez

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Read in english: Birdwatching: An Ally for your Mental Health

¿Sabías que observar aves y estar más conectado con el entorno natural que te rodea puede traer múltiples beneficios para tu salud? Y lo mejor, no tienes que ser un experto en avistamiento de aves para experimentar ese pequeño cambio de perspectiva y apreciar, aunque sea por unos minutos, lo que pasa en la naturaleza y admirar sus diversas especies a través de los sentidos. Solo se necesita ser curioso y atreverse a descubrir un mundo nuevo lleno de formas, colores y sonidos.

Las aves tienen un espectro sensorial similar al de los humanos, basado en la vista y el oído. Por eso tenemos con ellas muchas afinidades que saltan a la vista cuando nos tomamos el tiempo de observarlas. Nunca antes ha sido tan importante recuperar y fortalecer esa relación con lo natural, por lo que prestar más atención y experimentar la necesidad de estar en contacto con la vida silvestre cobra cada vez mayor sentido.  

¿Por qué observar aves?

Para nadie es un secreto que pasar tiempo en la naturaleza es bueno para la mente. Por ejemplo, dar un paseo por un parque puede reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Varias investigaciones sugieren que las aves podrían generar un efecto especialmente beneficioso en la salud mental de las personas. Así lo confirma un estudio realizado por la Universidad de Kiel, que buscaba analizar la importancia de la diversidad de especies para el bienestar humano en Europa.

La investigación en la que participaron 26.000 personas de 26 países europeos demostró que la riqueza de especies de aves está positivamente relacionada con la satisfacción con la vida, un efecto comparable con el que generan los ingresos. Por otra parte, señala que añadir 10% más de diversidad de aves a una comunidad aumenta la sensación vital de las personas.

Hay quienes piensan que el avistamiento de aves es una actividad que se limita a los estudiosos del tema. Sin embargo, es una pasión que cualquiera puede desarrollar. Aunque no vivamos en el campo, hay aves en todas partes y, prácticamente, a cualquier hora, incluso en las grandes ciudades. Se pueden encontrar de camino al trabajo, en la pausa para la comida, yendo hacia la universidad o al colegio. Además, la información recolectada por los “pajareros” se suma al conocimiento global que nutre la conservación de la biodiversidad.

Otro de los beneficios que vale a pena destacar es que la observación de aves requiere de un estado de reflexión e introspección, lo que tiene un efecto similar al de la meditación. El contacto directo con la naturaleza aumenta la circulación de las endorfinas, disminuye los niveles de estrés y nos conecta con el entorno natural.

En ocasiones, esta pasión por las aves requiere de mucha destreza física. Los más curiosos salen al campo a buscar las mejores especies con largas caminatas que hacen de esta actividad toda una aventura. Por eso, el avistamiento de aves también es una manera divertida de mejorar la condición física.

Así mismo, afina los sentidos, la curiosidad y la memoria. Debes tener un buen grado de concentración para aprender a distinguir los diferentes cantos de las aves. Esta educación del oído implica poner en armonía tus sentidos y estar siempre alerta. Otro punto positivo es que puedes realizar el avistamiento de aves en cualquier mes del año. Existen varias rutas y zonas de reserva natural de fácil acceso en las que puedes hacer recorridos y visitar los observatorios.

Latinoamérica es líder en el avistamiento de aves y Colombia su paraíso

El continente americano es ideal para los amantes de las aves, ya que cuenta con varios destinos para disfrutar de avistamientos inolvidables gracias a su inmensa biodiversidad. Este vasto territorio está conformado por bosques húmedos, andinos y secos, extensas sabanas, glaciares, cadenas montañosas, páramos, ríos coloridos, arrecifes de corales, manglares, humedales e islas paradisíacas. Cada región tiene sus propias características geográficas, climatologías y ecosistemas específicos lo cual hace posible que existan distintas especies de animales, donde destacan las aves. Incluso se han encontrado especies endémicas que no se hallan en ningún otro pate del mundo.

Dentro de los destinos más propicios para esta actividad se encuentra Perú, Ecuador, Brasil, Bolivia y Venezuela. Sin embargo, Colombia se lleva el primer lugar, pues es el país con mayor diversidad de aves en el mundo. Cuenta con más de 1900 especies registradas (20% del total global de acuerdo con cifras de WWF Colombia), de las cuales 84 son endémicas, según el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt.

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Su ubicación estratégica, rodeada por dos océanos y sus características topográficas, convierten a Colombia en un verdadero paraíso para las aves residentes y migratorias. Desde el año 2015, el país sudamericano ha sido premiado en 11 ocasiones como la nación con mayor número de especies en el ranking de “Global Big Day: el encuentro de avistamiento de aves más grande del mundo”. Esto ha potenciado el crecimiento del aviturismo y ha posicionado a Colombia como el principal destino internacional para realizar esta actividad, abriendo espacio para una gran oportunidad de desarrollo económico en las regiones del país.

Nos encontramos en un mundo en el que la tecnología abarca gran parte de nuestras vidas y pasamos mucho tiempo pegados a una pantalla, es por ello que las personas deben darse la oportunidad de reconectar con el medio ambiente.  El bienestar humano está vinculado al entorno natural de innumerables maneras, nos ayuda a respirar mejor y a descubrir cosas nuevas. En particular, la observación de las aves nos pone en contacto con gente curiosa y aventurera, definitivamente es una gran ayuda para desconectar un poco de la realidad y de lo urbano.

Ante este potencial que ofrece la naturaleza misma, es importante incentivar a que cada vez más personas puedan vivir estas experiencias. Sin pasar por alto la importancia de seguir unas normas de conducta que minimicen nuestros impactos y ayuden a proteger el medioambiente y a las especies que habitan allí.

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