¿Qué está pasando en Honduras? ¿Xiomara Castro toma medidas similares a Bukele?
El populismo punitivo pasa a ser el camino escogido por la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, para encarar el desafío planteado por los violentos en su país. ¿Le funcionará la estrategia como a Nayib Bukele o será una apuesta fallida?.
Foto: TW-XiomaraCastroZ
LatinAmerican Post | Julián Andrés Pastrana Cuéllar
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Las imágenes le han dado la vuelta al mundo: decenas de reos en prisiones de Honduras semidesnudos, sentados uno detrás de otro, mientras son custodiados por efectivos de la fuerza pública de esa nación centroamericana. Una escena que parece copiada del vecino país de El Salvador. Esta es la respuesta que le ha dado la presidenta de Honduras, la izquierdista Xiomara Castro, esposa del depuesto exmandatario de ese país, Manuel Zelaya, a la ola de violencia que ha puesto en jaque a su gobierno. Días atrás se registró en una cárcel de Tegucigalpa un enfrentamiento entre pandillas rivales que dejó como saldo 46 reclusas calcinadas y tiroteadas.
Al hecho, calificado por la mandataria hondureña como un “monstruoso asesinato de mujeres”, se sumó un fin de semana violento en el que fueran ultimadas 21 personas. Trece de ellas fueron víctimas de una masacre ocurrida en Choloma, municipio al norte del país.
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Una polémica estrategia
Para contener esta oleada de violencia, la presidenta de Honduras les ha apostado a unas medidas estrictas. A juicio de algunos analistas, parecen calcadas del vecino presidente de El Salvador, Nayib Bukele, célebre por su aparentemente exitosa política de seguridad que no ha estado exenta de críticas por presuntas violaciones a los derechos humanos.
Entre las medidas ordenadas por Castro se incluyó la destitución del ministro de Seguridad Ramón Sabillón, nombrando en su lugar al general Gustavo Sánchez, hasta entonces director de la Policía de Honduras. Precisamente a la Policía Militar se le encargó un operativo en las cárceles del país que arrojó como resultado el decomiso de armas, droga, granadas y teléfonos satelitales. Se espera que las Fuerzas Armadas continúen ejerciendo control en los centros penitenciarios hondureños por un lapso de un año, esto con el fin de que dichos espacios, en palabras del secretario de Estado de Defensa Nacional de Honduras, José Manuel Zelaya Rosales, “dejen de ser escuelas del crimen”.
Aunado a esta estrategia militar, Xiomara Castro también declaró el toque de queda por 15 días en las ciudades de Choloma y San Pedro Sula. Es una medida que se suma al estado de excepción en el que se encuentra el país desde el 6 de diciembre del año pasado y que ha sido prorrogado tres veces.
Serios cuestionamientos
Estas tácticas para hacerle frente a la criminalidad no han sido ajenas a críticas. Evelyn Escoto, Comisionada del Centro Nacional de Prevención contra la Tortura, Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes de Honduras, declaró al medio BBC Mundo que las medidas promovidas por Xiomara Castro “son una involución desde la mirada de los derechos humanos”. Igualmente, agregó que su país no es una isla, sino que, por el contrario, tiene “obligaciones y compromisos en derechos internacionales y estamos obligados a garantizar esos derechos en las cárceles”.
¿Funcionará la estrategia bukelista en Honduras?
Lo cierto es que la experiencia de Honduras emulando las estrategias de El Salvador parece demostrar que el populismo punitivo, ejercido generalmente por regímenes de derecha, reporta más réditos políticos y electorales que el tradicional discurso de algunos líderes de izquierda orientado al antipunitivismo y a combatir las desigualdades sociales. Estas, según ellos, son el caldo de cultivo de la criminalidad y la violencia. Así lo demuestran ejemplos como el de Pinochet en Chile, Fujimori en Perú o Álvaro Uribe en Colombia, que gozaron de gran popularidad pese a estar envueltos en presuntos escándalos de corrupción y violaciones de derechos humanos.
La pregunta es: ¿le servirá a la presidenta Xiomara Castro reeditar las polémicas medidas de su homólogo Nayib Bukele?