“Indiana Jones y el dial del destino”: un final aceptable, pero nada especial

Indiana Jones es una de las franquicias más icónicas de la historia. Si bien nunca tuvo la misma repercusión que otras, como Star Wars, Marvel o Harry Potter, ha dejado huella en la cultura popular. Protagonizada por Harrison Ford, dirigida por Steven Spielberg y musicalizada por John Williams, Indiana Jones ha quedado en el alma de los fanáticos de las aventuras.

Sin embargo, el tiempo ha pasado… y esto es algo que lamentablemente se aprecia en esta nueva entrega. La primera película, estrenada en 1981, había sido un auténtico éxito. Luego, hicieron una segunda (1984) y una tercera entrega (1989), ambas con críticas favorables. El problema llegó con la cuarta, lanzada en el 2008.

Conocida como “Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal”, fue la película más taquillera de la franquicia. Paradójicamente, tuvo una recepción muy negativa, tanto de la audiencia como de la crítica especializada, debido a decisiones incomprensibles, como incluir alienígenas. Incluso, obtuvo el premio razzie a la “peor remake” de ese mismo año.

Entonces, ¿por qué es importante mencionarlo? Simple: porque nadie necesitaba (ni esperaba) una quinta película. 15 años después del estreno de esa cinta, estaba claro que el interés de la audiencia por seguir estas aventuras era muy bajo. Pues bien, aunque es una mejor adaptación que su predecesora, la quinta entrega tampoco recupera el espíritu de la saga.  

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Los problemas (y algunos aciertos) del final de Indiana Jones

Se nos presenta a un Indiana Jones en sus últimos años. Ya no es una persona ágil, que puede escapar de una piedra gigante. A raíz de esta situación, tampoco parece tener deseos de iniciar una aventura. Por eso, se la puede catalogar como una cinta que busca mostrar el camino de la vejez de un ídolo de otra época.

¿Y sobre qué trata la película? Pues sobre una reliquia milenaria que supo crear Arquímedes, que se conoce como el “Mecanismo de Anticitera”. Este es un dispositivo que buscan los seguidores del nazismo, pues creen que puede ser útil para viajar en el tiempo y modificar el transcurso de la historia.

Dirigida por James Mangold, el “sucesor” de Spielberg, logra una narración visual aceptable. Aunque no tiene ningún plano mítico, mantiene el interés de la audiencia a lo largo de las más de 2 horas de película. Incluso, se puede decir que ha logrado un buen trabajo en las diferentes escenas de acción y momentos de tensión que tiene la cinta.

Otro de los enormes aciertos ha sido el villano de esta entrega. Jurgen Voller, interpretado por Mads Mikkelsen, ha conseguido una actuación increíble, posicionándose como uno de los mejores enemigos de toda la franquicia. Lo mismo se observa con Harrison Ford, que mantiene el alma de su personaje, pese a estar en una edad más avanzada.

¡Aunque esto no es algo que sucede durante todo el filme! En algunos momentos, podremos ver un “rejuvenecimiento digital” a Harrison Ford, realizado con un magnífico CGI. Ahí es cuando la película logra su mejor versión, pues nos devuelve, al menos por un rato, a la época de oro de la franquicia.

Sin embargo, estas virtudes no llegaron a ser suficientes para cumplir con el objetivo de Disney: que Indiana Jones vuelva a ser una franquicia de éxito. Esta película parece haberse construido más con el objetivo de pasar “la antorcha” hacia una nueva generación que de darle un cierre digno al personaje de Harrison Ford… y no han conseguido ninguna de las dos cosas. 

Una prueba de ello se ve con la recaudación durante su primer fin de semana de lanzamiento, que ha sido más bajo que lo esperado para un blockbuster de esta magnitud. Pese a esto, los fanáticos de Indiana Jones podrán disfrutar de ciertos aspectos de esta última entrega. Para el resto del público, será una cinta que pasará sin pena ni gloria.

Y tú, ¿verás el cierre de las aventuras del emblemático arqueólogo?