AMÉRICAS

Amenzas y muerte: el alto riesgo de ser periodista

En la reunión anual de la Sociedad Internacional de Prensa (SIP) se pidió mayor protección para el ejercicio del periodista

Las amenazas y agresiones contra los periodistas parecen ir en aumento

En el marco de la septuagésima cuarta reunión de la Sociedad Internacional de Prensa que se celebró en Salta, Argentina, se expresó una profunda preocupación por la seguridad de los periodistas en el ejercicio de su oficio. Según el documento final que contiene las conclusiones de la asamblea, 20 periodistas han sido asesinados en el cumplimento de sus funciones desde abril, y 30 han sido asesinados en el último año.

Read in english: Threats and attacks against journalists seem to be increasing

Además, "ocho profesionales fueron muertos en México, siete de Estados Unidos, dos en Brasil, dos en Colombia y uno en Nicaragua". Entre las razones que produjeron los asesinatos, la SIP resaltó que la labor de estos periodistas contribuyó a sus respectivas comunidades e incomodó a algunos sectores, lo que resultó en amenazas y hostigamientos para los comunicadores.

De acuerdo con el portal de Reporteros Sin Fronteras (RSF), entre 2003 y 2017, 1035 periodistas profesionales fueron asesinados, siendo ese último año el menos mortífero para el gremio. La SIP considera que "el ciclo de amenazas, agresiones y muertes en contra de los periodistas, lejos de amainar, parece ir en aumento". En términos de asesinatos, cincuenta víctimas fueron producto de la violencia contra periodistas en 2017, según RSF.

Si bien la comparación se hace desde un contexto de estadísticas mundiales (RSF) frente a unas que consideran al continente americano (SIP), estas resultan ser contradictorias. Si se consideran las cifras de asesinatos que la RSF proporciona, desde 2015 se han reducido los asesinatos a periodistas. Hace 3 años fueron 81 las víctimas; en 2016, 62; y el año pasado, 50.

Así, se puede considerar que la violencia letal contra periodistas se está reduciendo. Sin embargo, la SIP también hace referencia a las "amenazas y agresiones" que estos puedan estar sufriendo. ¿Estas se han reducido también? El problema es que son difíciles de medir.

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Cuando se trata de diagnosticar, esto se hace a través de encuestas de percepción, como el proyecto Antonio Nariño de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano; o a través del número de denuncias que se hacen sobre agresiones. Esto sugiere que los casos no denunciados ayudan a distorsionar la realidad de la seguridad de los periodistas.

La SIP reconoce también un auge de leyes en países como Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y República Dominicana, donde están en proceso de aprobación de normas que introducirían trabas para el periodismo. Asimismo, el documento de la SIP alude a la polarización política que impide a los periodistas realizar su labor apropiadamente.

Ejemplos como el de Donald Trump, quien constantemente acosa a medios como CNN y los tilda de fake news, sirven para ilustrar cómo se obstaculiza el ejercicio del periodista en el contexto de las tecnologías de la información.

Las nuevas tecnologías de la información fueron el otro eje de análisis para la asamblea de la SIP. La necesidad más urgente alrededor de estas condiciones es el de adecuar la seguridad de los periodistas y de la información frente a las amenazas que supone la tecnología. Ejemplo de esto es el llamado a la no regulación del internet, permitiendo el acceso de la información y el tráfico de datos libres.

LatinAmerican Post | Iván Parada Hernández

Copy edited by Diana Rojas Leal

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