Bolivia: voto nulo alcanzo el 65% en elección judicial
La oposición vela por la independencia del sistema
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El domingo 3 de diciembre se llevaron a cabo las elecciones de autoridades judiciales por medio de voto popular obligatorio, la jornada que duró ocho horas, transcurrió con normalidad. Participaron alrededor de 4,5 millones de ciudadanos bolivianos, de los 6 millones habilitados para votar, y se contó con la supervisión de cuatro misiones internacionales de verificación UNIORE, OEA, UNASUR y AWEB.
Fue sorprendente el resultado de la votación, puesto que el total de votos nulos y en blanco sumaron más del 65%. Los datos del Tribunal Supremo Electoral muestran que, aproximadamente, 53,75% de los votos fueron nulos, el 33,3% fueron válidos y el 12,9% fueron en blanco. Esto demuestra que el llamado de la oposición boliviana afectó el resultado, pues los votos nulos fueron utilizados como una herramienta de protesta ante lo que ellos consideran como una manipulación del sistema judicial. Así mismo, se envió un mensaje de descontento social al respecto de los esfuerzos del presidente Evo Morales por prolongar su mandato al cuarto periodo y cuya candidatura fue avalada por los jueces salientes.
Ante los resultados, el presidente Evo Morales declaró que estos no representan una derrota política, “estas son elecciones en la parte jurídica para una buena administración de justicia boliviana, no son elecciones de autoridades políticas”.
Por su parte, el ex presidente Carlos Mesa expresó en su cuenta de Twitter “presidente, es un mensaje sobre la deriva de nuestra democracia y el descrédito de nuestra justicia. Se impone que respete la soberanía popular, expresada de nuevo con contundencia”. Con estas palabras, la oposición celebro el resultado de la elección en ciudades como Santa Cruz y Cochabamba.
¿Cómo funcionan las elecciones?
Las elecciones llevadas a cabo tienen como objetivo seleccionar a los 28 representantes, así como a los suplentes, de los entes judiciales de la nación por un periodo de 6 años. Se eligen 5 representantes del Consejo de la Magistratura (CM), 7 representantes al Tribunal Agroambiental (TA), 9 representantes al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y 7 representantes al Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP). Los candidatos se presentan en listas separadas para cada órgano judicial y no deben estar afiliados a ningún partido político.
A los comicios de este año se presentaron casi 600 candidatos de los cuales 96 fueron preseleccionados por el Parlamento, que es de mayoría oficialista. El proceso de preselección contó con el apoyo del Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana, quienes realizaron una evolución de méritos de los postulantes.
El proceso electoral estaba inicialmente programado para el 22 de octubre, pero debió ser agendado nuevamente para el pasado 3 de diciembre puesto que en un comienzo del total de candidatos inscritos el número de mujeres e indígenas era insuficiente para cumplir con los requisitos legales. Este sistema de preselección ha sido criticado por diversos sectores pues consideran que el reglamento no garantiza la independencia del sistema de justicia.
Una elección única
Este tipo de elección es único en Latino América y el Caribe, o “Sui Géneris”, como lo mencionaron representantes de UNASUR y la OEA. “En ese sentido es único, por lo que es de suma importancia analizarlo y estudiarlo a fondo”, afirmó Dijo Guillaume Long, el jefe de la misión de la OEA.
El gobierno boliviano ha apostado con esta elección a democratizar el sistema judicial y eliminar algunos de los problemas que tiene, como la dificultad de acceso a la justicia y los retrasos. Así mismo, se busca evitar la corrupción existente en donde los funcionarios públicos no son juzgados por sus delitos y evitar que las magistraturas se conviertan en cuotas políticas.
Esta es la segunda vez que se lleva a cabo esta elección. En el 2011, se instaló el sistema y en aquella ocasión los resultados fueron similares, ninguno de los candidatos logro superar el 10% de la votación y la mayoría fueron votos nulos o en blanco, tal como en esta segunda oportunidad.
Dos posibles problemáticas pueden evidenciarse en los resultados. Primero que este sistema, que es único en el mundo, no ha tenido la popularidad suficiente y que los llamados de la oposición han tenido efecto. Segundo, los resultados pueden implicar que al ser un sistema nuevo y sin precedente, hace falta educación política para que los votantes tomen su decisión al respecto de los principales jueces del país. Esto es especialmente importante si se tiene en cuenta que bajo esta modalidad el principal ente de vigilancia es la sociedad civil.
Si bien, en términos democráticos, una elección por voto popular puede implicar mayor nivel de participación y de representación directa, la modalidad en la cual se preseleccionan los candidatos puede implicar riesgos. Esto se debe a que es el Parlamento quien realiza la elección primaria sobre quién se puede presentar a las elecciones, y este cuerpo colegiado está conformado en su mayoría por el partido Movimiento Al Socialismo (MAS) del presidente Evo Morales. Lo anterior implica que existe una alta probabilidad de que los sesgos políticos del Parlamento se vean reflejados en los candidatos.
En la práctica, una medida que busca la democratización del sistema judicial puede llevar a limitar la independencia entre poderes propia de una democracia. No obstante, dicha separación no parece ser la principal preocupación del presidente Morales puesto que este menciono que “La independencia de poderes, para mí, es una doctrina norteamericana” refiriéndose a que dicha separación es una estrategia para evitar que el pueblo llegue al poder político.
Latin American Post | Diana Cárdenas
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