Cárceles en Latinoamérica: ¿cómo enfrentar el hacinamiento?
Han sido denominadas como “cárceles del infierno” y tienen un problema en común: no dan abasto
La realidad dentro de las cárceles es que se desarrollan verdaderas sociedades paralelas. Por ejemplo, están los recIGNORE INTOs penitenciarios que se han convertido en reales escuelas del crimen que operan y delinquen desde adentro con ayuda de sus redes, celulares, etc.
En Brasil nacieron dentro de las cárceles grupos de crimen organizado como el Primer Comando de la Capital y el Comando Vermelho, que se extendieron cruzando las fronteras y llegaron a Bolivia y Paraguay. Estos grupos han llegado a tener enfrentamientos con tropas del Gobierno Federal, que dejaron más 140 muertos durante el año pasado. Otro es el caso de la cárcel en donde se encontraba Joaquín “El Chapo” Guzmán, donde había fugas constantes, túneles, engaños y sobornos.
Delincuencia en Latinoamérica
Se estima que 1 de cada 3 delincuentes en la región reincide, con niveles que tienden a crecer. Si bien es solo el 9% de la población mundial, la región registra cerca de un tercio de los homicidios, mientras que 6 de cada 10 robos son violentos.
El tema de la inseguridad es el más recurrente en programas de gobierno de Latinoamérica. Los postulantes al gobierno de los países que conforman la región tienen las más diversas ideas de cómo lograr disminuir el número de reclusos en los centros de detención.
Los delitos más frecuentes son el robo e infracciones a las leyes de droga, seguidos de extorsión, homicidio y violación sexual. Según el director del Centro de Estudios Latinoamericanos, Marcelo Bergman, al ser abordado por la “Inseguridad y Violencia” el problema está en que los gobiernos no resuelven la delincuencia desde su raíz, sino que se enfocan en detener a un delincuente que no tarda en ser reemplazado por otro.
Por otro lado, hay un gran porcentaje que se encuentra en prisión preventiva, o sea con un procesamiento en curso y que puede durar años. Cerca de un 34% de los reclusos en la región está en esta situación.
**En Venezuela los privados de libertad aquí llegan a ser 4 veces superior a la capacidad de los recIGNORE INTOs.**
El problema del hacinamiento también se ha explicado con la metáfora de una “masacre silenciosa”. Se juntan delincuentes por ejemplo que cumplen condena por hurto, con criminales que han cometido problemas más serios como violaciones y muerte, lo cual genera hacinamiento, según estudiosos del tema.
Chile también posee un gran porcentaje de hacinamiento en sus recIGNORE INTOs. Esto sumado a una mala infraestructura y descontrol dentro de ellas, ocasionó por ejemplo la tragedia en que murieron más de 80 reclusos en un incendio por no contar con un buen sistema de evacuación.
Una frase célebre del mismo ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, resume la situación de las cárceles en su país (y en gran parte de Latinoamérica): “Del fondo de mi corazón, si tuviera que cumplir una condena en alguna de nuestras cárceles, yo preferiría morir”.
Elenza Azaola es una investigadora mexicana que realizó un detallado informe en el que da cuenta sobre la situación de las prisiones en Latinoamérica con presidiarios que no paran de crecer. Entre las soluciones para acabar con la gran cantidad de presos en las cárceles, no es aumentar el número de centros si no: “Reducir el uso excesivo y desproporcionado de la pena de prisión incluyendo penas alternativas por delitos menores”.
“En El Salvador en una celda duermen en tres niveles: en el suelo los recién llegados, sobre unas tablas horizontales los siguientes y los más importantes en unas hamacas que ya casi pegan al techo y donde es casi imposible respirar” dice Gustavo Fondevila especialista argentino, que ha estudiado por mucho tiempo el tema de las cárceles latinoamericanas.
La sobre población en Perú llega al 132% en promedio, el penal de Jaén ubicado al norte del país en Cajamarca, es el segundo más hacinado del país superando en un 500% su capacidad. Diversas autoridades plantean soluciones atractivas para la población como las cárceles amazónicas propuestas por el ex presidente Alan García, o prisiones a más de 4 mil metros sobre el nivel del mar, propuesta por la ex candidata presidencial Keiko Fujimori, para evitar las señales telefónicas. El actual presidente PPK propuso reducir la sobrepoblación en un 30% para reducir estas cifras, con métodos alternativos a la privación de libertad como los grilletes electrónicos para delitos “no muy graves”.
Suecia: ¿un ejemplo?
Las cárceles suecas, las pocas que existen para los cerca de 2 mil presos, no son instituciones de castigo sino de rehabilitación. Su director, Nils Öberg, explica: “Nuestro rol no es castigar. El castigo es la sentencia de prisión. Los convictos han sido privados de su libertad. El castigo es que ellos estén con nosotros.”
Las sentencias también son menores: no exceden a 10 años y la reincidencia en sumamente baja. También el gobierno implementa medidas alternativas a la privación de libertad, como la libertad condicional, monitoreo electrónico, servicios comunitarios, entre otros.
Las soluciones ya existen
En algunos centros penitenciarios de la región han optado por entregar a los reclusos herramientas con las cuales pueden desarrollar actividades lucrativas y así poder sustentar de alguna manera a sus familias.
Perú (más específicamente en Cuzco) es uno de los países que ofrece posibilidad de trabajar a sus reclusos, lo cual además de permitirles a los reclusos ayudar a sus familias, los ayuda a la reinserción social. “Penal-Escuela Taller” es el nombre del proyecto del Instituto Nacional Penitenciario del Perú, que impulsa capacitación en trabajos de artesanía, textiles y otros. En Chile también se está incentivando el trabajo penitenciario: más e 16 mil presos han tenido acceso al trabajo, siendo la artesanía la que lidera los trabajos realizados.
Latin American Post | Daniella Páez Otey
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