CIDH insta a países latinoamericanos a reconocer el matrimonio homosexual
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) instó a los países firmantes de la Convención Americana de DD.HH. a reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo y garantizar todos los derechos derivados de un vínculo familiar de esta índole sin discriminación alguna.
La opinión consultiva que marca un momento histórico para la región indica que es obligación de los Estados avalar el matrimonio homosexual bajo las mismas condiciones que la unión heterosexual, asegurando derechos patrimoniales, entrega de herencias, adopción de niños, cambio de nombre por “identidad de género autopercibida”, además de tramitaciones ágiles y efectivas.
"Naciones Unidas Costa Rica felicita el pronunciamiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y su responsabilidad de reconocer los derechos civiles y patrimoniales de las parejas del mismo sexo en el país", indica un pronunciamiento de la oficina de Naciones Unidas en Costa Rica, país que en 2016 había solicitado la opinión de la CIDH respecto al matrimonio igualitario.
"Este pronunciamiento es de acatamiento obligatorio debido a que el país ha ratificado la Convención Americana de Derechos Humanos en 1969. Los principios de igualdad y no discriminación son la base de los Derechos Humanos, los cuales necesitan de garantías y acciones afirmativas y son también principios fundamentales en la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible", agrega el comunicado.
Latinoamérica: Entre leyes progresistas y el rechazo de la comunidad
Aunque durante los últimos años Latinoamérica ha dado grandes saltos en lo concerniente a los derechos de la comunidad LGBTI, aún existen algunos países que pese a la aprobación de leyes en pro de la igualdad de derechos que cuentan con una población que transgrede la individualidad e identidad de género.
Colombia, Brasil, Argentina y Uruguay son las naciones sudamericanas que aceptan el matrimonio igualitario y cuentan con amplias leyes que velan por los derechos de las parejas homosexuales. Ecuador y Chile aceptan las uniones civiles del mismo sexo; en México, la decisión de aceptar o no el matrimonio gay se concede por Estados.
Pese a que gran parte de la población latinoamericana cuenta con políticas de protección para la comunidad LGBT, aún existen naciones en donde prima la homofobia y los homicidios de odio frente a esta condición. De acuerdo a estadísticas presentadas por America´s Quarterly 2016, Paraguay, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica se posicionan como las naciones en donde ser gay representa una alta posibilidad de recibir agresiones, ser discriminado e incluso asesinado. Por el contrario Uruguay y Argentina, encabezan la lista de las naciones más amigables, tanto en leyes como en su población, con la comunidad LGBTI.
Brasil es otro país con amplias normas a favor de los LGBTI y una fuerte aceptación en el resto de la comunidad. Sin embargo, cada 25 horas un homosexual es asesinado en el gigante sudamericano y en Septiembre de 2017, un juez federal concedió una cautelar que le permite a los psicólogos tratar la homosexualidad como una enfermedad y abrir la posibilidad de realizar peligrosas terapias de “reversión sexual”.
Por su parte, Paraguay y Bolivia han instaurado una prohibición constitucional a los matrimonios entre personas del mismo sexo. No obstante este último país permite a las personas transgénero y transexuales cambiar el nombre y género en sus tarjetas de identificación nacional.
Venezuela es también una de las naciones con nulos avances en el reconocimiento de derechos para los miembros del grupo LGBTI. Allí el matrimonio igualitario no está constituido, tampoco existen derechos de protección y no se pueden hacer cambios de identidad de género en los documentos legales. Según una encuesta realizada en 2016 por la Asociación Internacional LGBTI, en el país de Nicolás Maduro, el 9% de la población considera que la homosexualidad debería ser un crimen y el 51% está totalmente en desacuerdo con dicho postulado.
Latin American Post | Krishna Jaramillo
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