¿Cómo fue la conversación entre Gustavo Petro y Antony Blinken y a qué acuerdos llegaron?
En una reunión que tuvo lugar en Bogotá, el presidente de los colombianos y el secretario de Estado de EE.UU. hablaron sobre temas importantes para ambos países y las posturas de cada gobierno frente a estos.
Foto: TW-petrogustavo
LatinAmerican Post | Christopher Ramírez
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Read in english: What Did Gustavo Petro and Anthony Blinken Discuss About the War on Drugs?
El pasado 3 de octubre, el presidente colombiano Gustavo Petro recibió en la Casa de Nariño (sede del Gobierno), en Bogotá, al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, con el fin de hablar de varios temas álgidos en la relación entre ambos países como el narcotráfico, la extradición y el medioambiente.
Durante un poco más de dos horas y media, el mandatario y el máximo representante del país norteamericano en el ámbito internacional se sentaron, en presencia de la vicepresidenta Francia Márquez y el canciller colombiano, Álvaro Leyva, no solo para hablar de este tipo de problemáticas que hoy afectan en gran parte al país sudamericano, sino también para llegar a prontos acuerdos que puedan darle una solución clara a las mismas.
¿Cuáles fueron los acuerdos?
En la conversación, la lucha contra las drogas fue sin duda alguna el tema más importante y sobre el cual se tendió una serie de propuestas, tanto por el lado de Petro como por el de Blinken, con el primer mandatario de los colombianos explicando, según él, cómo debería afrontarse esta lucha, quiénes son delincuentes y quiénes no y, por supuesto, sobre quiénes debería recaer todo el peso de este flagelo que se cobra decenas de vidas cada año en el país sudamericano.
De acuerdo con Petro, contrario a cómo habían abordado en otrora los gobiernos de derecha la lucha antidrogas de la mano con Estados Unidos, en esta ocasión se hizo “desde otra óptica más flexible”, con la cual se busca tener “una visión más integral del problema del consumo y la producción de drogas”.
Así, por ejemplo, para el presidente es necesario que, tanto en su país como en el exterior, dejen “de ver como criminal al campesino productor de hoja de coca” y se empiece a “perseguir a los dueños del narcotráfico” por medio de “aparatos de inteligencia capaces” de dar con el paradero de estas cabecillas.
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De hecho, Petro fue aún más tajante al manifestar que lo más seguro es que dichos personajes ni siquiera “visten camuflado (…) quizás no portan un fusil y posiblemente han estado en estos salones del Palacio de Nariño, como han estado en el conjunto del Poder Político de Colombia y quizás hoy en otros poderes políticos fuera de Colombia”.
En respuesta, tal como lo demostró el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hace algunas semanas, Blinken dijo apoyar “firmemente el enfoque holístico que está adoptando el presidente Petro a través de justicia, desarrollo, protección ambiental, reducción de la oferta, reducción de la demanda”.
“Estamos invirtiendo en la prevención de quienes tienen adicciones en nuestros países y en otros sitios. Para reducir los daños de las drogas ilícitas y para reducir la demanda en particular de los Estados Unidos, que da lugar a tanta actividad delictiva. Es el enfoque integral que define nuestra alianza a través de cada una de las prioridades compartidas”, añadió.
Ahora bien, otro de los temas que se trataron y sobre el cual no hubo un acuerdo claro entre ambos países, fue el de la extradición. Mientras que Petro defiende a capa y espada su proyecto de la ‘Paz Total’, en el que ofrece garantías de no extradición a los miembros de grupos al margen de la ley que decidan acogerse a la justicia colombiana, dar su versión de la verdad y se comprometan a no volver a delinquir, Blinken aseguró, a regaña dientes, que respeta la soberanía colombiana, pero que aún es un tema que su país seguirá manejando como lo ha hecho hasta ahora.
Frente al tema, Kristina Rosales Kostrukova, vocera en español del Departamento de Estado, fue más enfática en aclarar que en EE. UU. “Todavía mantenemos nuestro proceso de extradición, no ha cambiado en absoluto. Es una herramienta importante para desarticular las mayores organizaciones de criminalidad trasnacional”.
Finalmente, el tema de la migración venezolana también se conversó ampliamente en esta reunión, teniendo en cuenta que es una situación que no solo afecta a Colombia y Estados Unidos, sino a la mayor parte de los países de la región.
Sobre esto, Blinken manifestó todo su apoyo a los procesos sociales y políticos con los que el Gobierno colombiano ha venido abordando el ingreso de ciudadanos venezolanos a su territorio, haciendo una mención especial a la política conocida como Estatuto Temporal de Protección para Migrantes venezolanos (ETP), el cual fue considerado por el diplomático norteamericano como “un modelo para la región”.
No obstante, para Blinken, sin mencionar a Nicolás Maduro, es sumamente relevante y necesario que Venezuela pueda volver a la democracia, dejando en claro que para Estados Unidos ese país aún sigue bajo un régimen político, económico y social.
¿Apoyo en duda?
Sin embargo, todos estos acuerdos, apoyos y demás compromisos a los que ha llegado, tanto Blinken como Biden con Colombia, podrían quedar en un limbo político, según los resultados que se den el próximo 8 de noviembre tras las elecciones intermedias en EE. UU. Ese día, los norteamericanos saldrán a las urnas a elegir a sus nuevos representantes a la Cámara y 33 o 34 senadores, así como 34 de los 50 gobernadores del país.
Lo que parecen unas elecciones legislativas normales, lo cierto es que podrían tornarse en un referéndum sobre Biden y la forma cómo debería abordar su gobierno, tal como lo asume el 46 % de los votantes que participaron en una encuesta relacionada con esta situación.
En la investigación, desarrollada por Ramussen Reports, el 50 % de los encuestados aseguran que si los republicanos se quedan con las mayorías del Congreso, “Biden debería cambiar de rumbo”, lo que, por supuesto, significaría también ver con otros ojos los compromisos hechos con Colombia en términos de lucha antidrogas, migración e incluso cuidado del medioambiente.
Así, frente a esta situación, no es descabellado preguntarse: ¿serán las elecciones de medio mandato en Estados Unidos un golpe a la estrategia internacional del Gobierno colombiano con ese país?