AMÉRICAS

Colapso del Jet Set Dominicano: Luto, Resiliencia y Unidad

El colapso del club nocturno Jet Set en Santo Domingo ha sacudido a toda la República Dominicana, dejando un saldo de más de cien muertos. Entre las víctimas se encontraba la gobernadora Nelsy Milagros Cruz Martínez, quien logró alertar al presidente Luis Abinader momentos antes de morir.


La tragedia que estremeció a una nación

El derrumbe nocturno del icónico club Jet Set en Santo Domingo ha dejado al país sumido en el dolor. Antiguamente un lugar vibrante donde se celebraban el merengue y otras tradiciones musicales, el Jet Set fue reducido en segundos a un montón de escombros y metal retorcido. Lo que comenzó como una noche festiva terminó convirtiéndose en una de las peores tragedias que recuerde el país, desatando pedidos urgentes de respuestas y rendición de cuentas.

Testigos presenciales relatan que una noche normal de celebración se convirtió en caos cuando el techo del club colapsó repentinamente. El lugar, considerado un pilar de la vida nocturna dominicana, estaba repleto de personas ansiosas por bailar al ritmo del querido merenguero Rubby Pérez, quien se encontraba en pleno espectáculo cuando ocurrió el derrumbe. Segundos después, el bullicio fue reemplazado por los gritos de los sobrevivientes y las sirenas de emergencia que convergían en el lugar.

Según cifras preliminares de las autoridades de gestión de emergencias del país, la tragedia ha dejado al menos 113 muertos y numerosos heridos o desaparecidos. Los equipos de rescate acudieron de inmediato, emprendiendo una peligrosa operación bajo reflectores potentes y con el retumbar de maquinaria pesada. Los rescatistas continúan removiendo los escombros, con la esperanza —cada vez más tenue— de hallar sobrevivientes. Familiares y amigos esperan con angustia, recorriendo hospitales y buscando noticias.

Ante la magnitud del desastre, el presidente Luis Abinader declaró tres días de duelo nacional. Las banderas en instalaciones militares y edificios públicos fueron izadas a media asta. Mientras tanto, las comunidades locales se han movilizado para ayudar, ofreciendo donaciones de sangre y alimentos a los rescatistas. Aunque aún no está claro si el colapso se debió a fallas estructurales, sobrecupo o una combinación de ambos, los ciudadanos, destrozados por el dolor, se unen en un clamor por una investigación exhaustiva.


Los rostros detrás de los titulares

Esta pérdida inconmensurable se ha llevado consigo a personas cuyas historias y aportes reflejaban la riqueza cultural de la República Dominicana. Una de las figuras más destacadas fue la gobernadora Nelsy Milagros Cruz Martínez, quien dirigía la provincia de Monte Cristi. Con solo 41 años, era conocida por su compromiso con el desarrollo comunitario y los servicios sociales. Además, era hermana del exjugador de Grandes Ligas Nelson Cruz, un héroe local cuya labor filantrópica ha sido ampliamente celebrada.

Trágicamente, Cruz Martínez quedó atrapada entre los escombros cuando colapsó el techo. A pesar de sus heridas graves, logró comunicarse directamente con el presidente Abinader desde los restos, advirtiéndole de la magnitud del desastre. Poco después fue trasladada al Hospital General de la Plaza de la Salud, donde los médicos intentaron salvarle la vida. La inestabilidad hemodinámica, el trauma pélvico severo y un gran hematoma resultaron letales. Su fallecimiento ha dejado una profunda tristeza en Monte Cristi, donde se ha organizado un acto institucional en su honor. Posteriormente, será sepultada en su pueblo natal, Las Matas de Santa Cruz.

Igualmente devastadora fue la muerte del legendario merenguero Rubby Pérez, quien era la figura principal del evento aquella noche. Conocido por éxitos que se escuchan en toda América Latina, Pérez era el alma de la cultura dominicana. Inicialmente, hubo informes contradictorios sobre su paradero; algunos medios lo daban por desaparecido, mientras que fuentes oficiales no confirmaban su fallecimiento. Su cuerpo fue hallado por rescatistas en la madrugada, apagando las últimas esperanzas de que estuviera con vida.

La tragedia también se llevó a figuras del béisbol profesional como Octavio Dotel y Tony Blanco, exjugadores de Grandes Ligas que alguna vez llenaron de orgullo a la nación. Su presencia en el Jet Set demuestra el prestigio del lugar como punto de encuentro para celebridades locales. Para las familias de los fallecidos, el dolor es indescriptible. Para el país, la pérdida de estas figuras resalta la magnitud del desastre y aviva la exigencia de mayores medidas de seguridad en lugares de entretenimiento.


Una comunidad unida en el dolor

En los días siguientes al colapso, los esfuerzos de rescate se han mantenido activos las 24 horas del día, descritos por un funcionario como una operación “24/7”. Más de 300 trabajadores de emergencia, voluntarios y unidades especializadas, acompañados por perros de búsqueda, trabajan entre los escombros. Las grúas remueven el metal retorcido mientras se mantiene la esperanza de encontrar sobrevivientes.

El impacto ha trascendido las fronteras dominicanas. Gobiernos como los de El Salvador, Panamá y Cuba han expresado sus condolencias y solidaridad, un reflejo del fuerte lazo que une a las comunidades latinoamericanas. Llamadas, mensajes y ofrecimientos de ayuda evidencian un espíritu de apoyo regional en tiempos de crisis.

En el país, la respuesta ciudadana ha sido abrumadora. Las filas para donar sangre en los hospitales crecen cada día, y los voluntarios reparten alimentos y bebidas a quienes trabajan entre los escombros. Líderes religiosos de diversas creencias brindan consuelo espiritual a las familias afectadas. Velas encendidas en vigilias públicas iluminan las noches en homenaje a los fallecidos. Para muchos, estas muestras de solidaridad evocan la herencia dominicana de resiliencia, fe y unidad ante la adversidad.

A pesar de que aún se desconocen las causas exactas del derrumbe, crecen las preguntas sobre las regulaciones edilicias, los límites de ocupación y los estándares de cumplimiento. Expertos insisten en la necesidad de una investigación transparente que permita prevenir futuros desastres. Los ciudadanos, entre el luto y la indignación, exigen responsabilidades a los propietarios, ingenieros estructurales y autoridades locales encargadas de la seguridad pública. En un país donde la música y el baile son expresiones esenciales de identidad nacional, surge una pregunta inevitable: ¿cómo garantizar que estos espacios culturales sean lugares seguros y no escenarios de tragedia?


A pesar del dolor, el espíritu dominicano se mantiene firme. Las familias de las víctimas se apoyan mutuamente, los comercios locales donan recursos a los equipos de rescate y el gobierno promete reformas concretas para evitar otra catástrofe. En este momento de profundo pesar, las comunidades del país se mantienen unidas, demostrando compasión y hermandad.

Lea Tambien: Nubes que Desaparecen mientras Monteverde en Costa Rica Enfrenta Amenazas Climáticas

El desgarrador colapso del club Jet Set no será olvidado. Desde la emotiva llamada final de la gobernadora Cruz Martínez hasta la pérdida de íconos culturales queridos, el país debe enfrentarse a una catástrofe que arrebató vidas y oscureció el corazón de la vida nocturna capitalina. Pero entre la devastación surge una voluntad inquebrantable de reconstruir y proteger la forma de vida dominicana, ofreciendo un rayo de esperanza hacia un futuro cimentado en bases más sólidas y un compromiso firme con la unidad.

Related Articles

Botón volver arriba