Con Pedro Castillo y Congreso de enemigos, crisis en Perú se agudiza
Pedro Castillo no ha cumplido un año en el Gobierno y parece no tener control. Las voces que piden su renuncia cada vez son mayores en Perú.
Foto: TW-PedroCastilloTe
LatinAmerican Post | Santiago Gómez Hernández
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Parece ya lejano aquel 28 de julio del 2021 cuando Pedro Castillo llegaba sorprendentemente al poder. El humilde pero controversial profesor de Puña lograba imponerse en segunda vuelta a la poderosa Keiko Fujimori. Pero su presidencia ha sido todo, menos tranquila. Ahora enfrenta una crisis debido a las protestas de sectores civiles que han generado un alza en los alimentos y que pone en riesgo la alimentación de gran parte de la población que vive en extrema pobreza.
Con un Congreso fragmentado, en donde la oposición tiene la mayoría y ya ha intentado sacarlo del cargo en 2 ocasiones, Pedro Castillo intenta maniobrar. Sumándole a esto la poca estabilidad que ha logrado conseguir dentro de su mismo Gobierno. En lo que va corrido de su mandato ha sufrido la renuncia de varios miembros de su gabinete o, como en el caso de Hernán Condori, ministro de salud, que el Congreso removió hace apenas una semana.
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La actual crisis de transportistas inició ante la subida de los precios de la gasolina. A esta, se le sumaron otros grupos de sectores económicos, como los agricultores. Han desarrollado una serie de bloqueos que han puesto en aprietos al mismo Pedro Castillo y el Gobierno. Pese a ser un presidente que se hizo elegir bajo las banderas de las luchas sociales y de movimientos sindicales y de izquierda, su respuesta a esta crisis no ha sido muy distante a la de gobiernos de derecha. En primera medida, ordenó un toque de queda general y el estado de emergencia en la capital, Lima, y en el municipio aledaño del Callao.
Según el mandatario, esta medida se tomó "para resguardar los derechos fundamentales de todas las personas, lo cual no impedirá el abastecimiento de los servicios esenciales". No obstante, luego debió echar marcha atrás en su decisión ante el aumento de la crítica dentro de incluso sectores cercanos al presidente.
Esta pelea que han tenido oposición y Gobierno es una clara muestra de que los intereses propios de cada uno de los partidos no ha brindado las soluciones necesarias para los peruanos. La pelea por destituir a un presidente que no lleva ni un año y la incapacidad de Castillo de encontrar puntos intermedios para trabajar y dar un parte de tranquilidad para la gente, son la muestra de que la crisis política en Perú no parece tener un fin cercano.
Esto quedó nuevamente demostrado en la más reciente reunión que tuvo el ejecutivo con el legislativo para intentar encontrar soluciones a las demandas de los protestantes.
Por ahora, las voces que piden la renuncia del presidente se hacen cada vez más fuerte. Mientras un comité del Congreso peruano y el presidente Pedro Castillo se reunían, varios manifestantes pedían el puesto de Castillo.
Es verdad que el Congreso ha demostrado poco interés de ayudar a un Castillo sin el apoyo necesario (ni en el Congreso ni en la gente), pero Castillo mismo tampoco ha sabido maniobrar de manera adecuada su presidencia. Con un gabinete en principio controversial y con decisiones impopulares como la del toque de queda, está en una posición bastante precaria.
Es posible que, incluso, miembros de partidos de la coalición de Gobierno consideren salir de esta y dejar a Castillo cada vez más solo y ante un riesgo latente de impeachment. La misma Sigrid Bazan, del partido Juntos por Perú, dejó claro en su cuenta en Twitter, el descontento de las medidas tomadas por el presidente.
Señor presidente, siendo prácticamente la media noche, no hace sentido una medida inacatable, que no responde solución alguna y que más bien va a afectar a todos los trabajadores que en breve madrugarán para sus actividades diarias. Soluciones de fondo y no anuncios de madrugada.
— Sigrid Bazán (@sigridbazan) April 5, 2022
Es momento de que el presidente peruano empiece a tomar decisiones acertadas y que la oposición entienda que la salida de un mandatario más (Perú ha tenido presidentes en menos de 5 años) tampoco solucionará la crisis y no brindará respuestas a la ciudadanía. Incluso, esto puede poner en riesgo las instituciones y demeritar la ya golpeada confianza que tienen los peruanos en su Gobierno.