Desechos micro-plásticos: la nueva amenaza para los océanos
Los impactos reales de este tipo de contaminación son transversales para todo el ecosistema.
Científicos en el mundo están en alerta por el creciente registro de impactos ambientales producidos por los desechos plásticos encontrados en los océanos y mares, lo que pone en riesgo absolutamente no solo la vida marina, sino la terrestre.
Los desechos plásticos tienen variaciones dependiendo de su origen: macro-plásticos, meso-plásticos y nano-plásticos, son ejemplos de estas composiciones nocivas. Los micro-plásticos, por otro lado, son partículas con un diámetro que no supera los 5 milímetros, lo cual hace que advertir su presencia sea muy complicado y que se puedan filtrar dentro de cualquier organismo marino.
Los contaminantes químicos tienden a adherirse a estos elementos, aumentando su toxicidad. Por esta razón, son considerados como una de las formas de contaminación más peligrosa para el ecosistema y la sociedad en general. Actualmente se están desarrollando estudios en el campo de la biología marina y otras ciencias con el fin de mitigar los impactos ambientales, y ya existen campañas orientadas a la concientización del público sobre las formas de reducir su producción.
Existen dos tipos de micro-plásticos; el primero, conocido como “primario”, proviene de las microfibras y micro-cápsulas producto de la industria humana. El segundo tipo proviene de la desintegración de piezas de plástico más grandes (macro-plásticos), debido a su contacto con el sol una vez son desechados.
Un estudio realizado para un informe de la ONU reveló que las fuentes del micro-plástico primario son, principalmente, los productos de belleza, los productos de aseo personal e industrial, fibras sintéticas de ropa y textiles, residuos del caucho y fabricadoras de productos de plástico. Las fuentes de macro-plásticos se deben a los residuos de construcción, artículos de uso doméstico, empaques industriales, turismo en las costas, pesca comercial y envolturas de alimentos y bebidas. Aunque algunos de estos desechos pasan por sistemas de tratamiento de aguas, esto depende en gran medida de las políticas locales y tecnologías disponibles, que infortunadamente suelen ser deficientes en muchos países. El uso de plástico se ha incrementado de 5 millones a 250 millones de toneladas desde la década de 1950 hasta 2006, y teniendo en cuenta las múltiples fuentes de este tipo de contaminante, se puede concluir que se trata de una problemática económica y social muy difícil de erradicar.
Los impactos reales de este tipo de contaminación son transversales para todo el ecosistema. El micro-plástico puede ser ingerido por animales marinos, causándoles saciedad falsa, inanición o la muerte; además de subir en la cadena alimenticia hasta el ser humano. Las partículas micro-plásticas transportan toxinas y químicos que pueden afectar la biodiversidad, la economía de la industria pesquera y el turismo, y la salud pública por la contaminación alimentaria.
Más de 663 especies animales se ven amenazadas por este fenómeno. Productos de aseo personal contienen 1147 micro-partículas de plástico. 8 de 10 desechos sólidos encontrados en las costas de Estados Unidos son producto de una envoltura de alimentos o bebidas. Una sola partícula plástica puede absorber químicos tóxicos 1’000,000 de veces más que una partícula de agua, y se estima que en la actualidad existen 5 trillones de micro-plásticos en los océanos.
LatinAmerican Post | Juan Felipe Guerrero C.