El efecto trump en latinoamérica
La tensión en los países del hemisferio sur es cada vez más evidente en la medida en que aumentan las declaraciones del actual presidente de Estados Unidos Donald Trump en materia comercial y migratoria.
Las promesas de su campaña electoral, acompañadas siempre de un fuerte discurso nacionalista y una fuerte crítica a las supuestas relaciones comerciales asimétricas que mantiene con socios como China, tuvieron el pronto cumplimiento que algunos temían y que muchos otros no creían. La deportación, la construcción de un muro para evitar el ingreso acelerado de inmigrantes a Estados Unidos y su pobre interés en las políticas ambientales, son solo algunas de las estrategias del presidente para poner en marcha la reestructuración económica del país.
¿Pero cómo afecta la tensión a los países Latinoamericanos? La principal preocupación recae sobre la visión antiglobalización y proteccionista que adoptó Donald Trump para su mandato, la cual afecta directamente a México. Las oportunidades laborales de las empresas estadounidenses que buscan disminuir sus gastos fijos en términos de pagos salariales, se han convertido en un atractivo para los nacionales mexicanos que buscan mejorar su calidad de vida, por lo que aceptan cargas laborales exageradas a cambio de pagos mínimos. Esto significa menos trabajo para los Norteamericanos y una masiva migración de mexicanos a Estados Unidos.
De ahí, la principal motivación de Donald Trump para deportar una gran cantidad de indocumentados en el país que no pagan impuestos y de cerrar las fronteras de su nación con su idea del “Muro de Paneles Solares”. Lo que lleva indudablemente a la revisión de los acuerdos comerciales del NAFTA para evitar que la inversión de los capitalistas norte americanos fugue en grandes proporciones para la realización de proyectos de inversión en México.
Imposiciones como un arancel de 35% a la inversión y producción de empresas estadounidenses en el país hispanoparlante nos dictan una pronta renegociación de los acuerdos comerciales entre los estados.
Para Colombia, el panorama continúa estable debido a que el tratado del TLC firmado en 2012 genera grandes beneficios para Estados Unidos sobre todo cuando hablamos en términos de la industria minero energética.
Sin embargo, la atención gira en torno a las posibles restricciones que puedan establecerse para Colombia en términos de acceso al visado y el respaldo al proceso de paz actual.
Lo que sí es realmente preocupante es que la lucha de Trump contra la inmigración musulmana y mexicana a Estados Unidos termine por extenderse a todos los países de la región. Esto terminaría por estancar el desacelerado proceso de desarrollo de los países del hemisferio sur.
Concretamente, los efectos de la política de Donald Trump en Latinoamérica podrían traducirse en una creciente xenofobia, el daño ambiental en la zona fronteriza con la construcción del muro, la deportación de una gran cantidad de personas que residen en Estados Unidos ilegalmente y, en consecuencia, la disminución de su calidad de vida por falta de oportunidades laborales en México, la caída del peso Mexicano (un 13 % aproximadamente), bajas de la inversión de capital extranjero en el país norteamericano y, básicamente, la caída una de las potencias regionales más importantes para el hemisferio sur.
LatinAmerican Post | Paola Andrea Paz
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