AMÉRICAS

El implacable viaje transfronterizo del fentanilo entre México y EE.UU. al descubierto

Mientras una letal ola de fentanilo recorre Norteamérica, las autoridades a ambos lados de la frontera luchan por contener una epidemia que cobra decenas de miles de vidas. Desde casas de seguridad de los cárteles hasta comunidades estadounidenses devastadas, la tragedia en desarrollo revela profundas fracturas sistémicas.

Una breve mirada al territorio del cártel

Una pequeña casa sin distintivos en el lado mexicano de la frontera está cargada de una tensa calma. Según reportes de la BBC, los hombres dentro forman parte de un cártel de drogas conocido y preparan meticulosamente miles de píldoras de fentanilo en un automóvil discreto. Un soldado vigila, atento a cualquier señal de peligro. Los demás desmontan el asiento trasero para acceder al tanque de combustible, donde introducen paquetes de píldoras verde pálido marcadas con una “M” y selladas en plástico. Al sumergirlas en el combustible, el líquido aceitoso apenas deja rastro. Un solo error podría despertar sospechas en los agentes fronterizos de EE.UU., que podrían detectar signos de manipulación o un olor inusual a gasolina.

Jay (seudónimo), un traficante de Los Ángeles de unos 30 años, cruzó a México anteriormente para coordinar esta entrega. En declaraciones a la BBC, cuenta cómo moviliza regularmente grandes cantidades de píldoras de fentanilo—hasta 100,000 por semana—para abastecer la creciente demanda en el noroeste de EE.UU. “No las envío todas en un solo vehículo”, dice en voz baja. “Las distribuyo en varios autos para minimizar el riesgo”. La eficiencia de esta operación contrasta con su devastador costo humano: el fentanilo es responsable de decenas de miles de muertes por sobredosis cada año en Estados Unidos.

Los hombres aquí admiten breves momentos de remordimiento. Pero uno de ellos, captado por las cámaras de la BBC mientras coloca otro paquete en el tanque, se encoge de hombros ante cualquier sentimiento de culpa. “Tenemos familia también; claro que sentimos culpa”, dice. Pero añade que, aunque él dejara el negocio, este continuaría. Su indiferencia ilustra cómo la búsqueda de ganancias supera cualquier consideración moral. Con miles de millones de dólares en juego, el flujo de drogas desde laboratorios mexicanos hasta las calles de EE.UU. parece inagotable. Washington lucha por contenerlo con presión diplomática y medidas legales.

A pesar de la enorme oferta, los cárteles han perfeccionado sus métodos logísticos para reducir el riesgo de detección en la frontera. Muchos de los transportistas son ciudadanos estadounidenses, quienes estadísticamente tienen menos probabilidades de ser inspeccionados a fondo. Conductores como Charlie—también entrevistado por la BBC—portan pasaportes que les facilitan el paso. Al preguntarle sobre sus motivaciones, responde sin rodeos: “Necesito el dinero”. Ha hecho “demasiados” viajes de este tipo. Ese día, las 5,000 píldoras que llevaba en su auto cruzaron sin inconvenientes, según supo más tarde la BBC.

Un epicentro de muerte en EE.UU.

Al otro lado de la frontera, las consecuencias de estos paquetes ocultos son devastadoras. El fentanilo es un opioide sintético extraordinariamente potente—hasta 50 veces más fuerte que la heroína—y ha destruido comunidades, especialmente desde que los precursores químicos baratos de Asia permitieron a los cárteles producirlo en enormes cantidades. Según datos del gobierno de EE.UU. citados por la BBC, las sobredosis de opioides matan ahora a más personas que las armas de fuego o los accidentes automovilísticos.

Si bien las cifras recientes muestran una disminución en el total de muertes—87,000 entre octubre de 2023 y septiembre de 2024, frente a las 114,000 del año anterior—la magnitud sigue siendo alarmante. Parte de la reducción se debe a la mayor disponibilidad de naloxona, un fármaco que revierte rápidamente las sobredosis de opioides y que se comercializa como Narcan. Sin embargo, la presencia de fentanilo en drogas ilícitas como heroína, cocaína y cannabis sigue impulsando las sobredosis. Muchas víctimas desconocen su potencia hasta que es demasiado tarde.

La Casa Blanca ha señalado repetidamente al fentanilo como un elemento clave en su estrategia fronteriza, utilizando la amenaza del tráfico de drogas como justificación para imponer aranceles y endurecer medidas. Mientras que el expresidente Donald Trump prometió en múltiples ocasiones librar una guerra contra los cárteles, los traficantes en México parecen seguir operando sin mayores contratiempos. “La última vez que estuvo en el poder intentó hacer lo mismo, y no pasó nada”, comenta Jay. “Siempre habrá demanda. ¿Y dónde está la mayor demanda? En Estados Unidos”.

Los precios de las píldoras de fentanilo han caído drásticamente en lugares como Los Ángeles, pasando de $5–$6 por pastilla a aproximadamente $1.50, según los hallazgos de la BBC. Esta caída sugiere un exceso de oferta que supera incluso la insaciable demanda estadounidense. Jay asegura que nunca faltan contrabandistas o redes de distribución para mantener el flujo de ganancias. Por cada gran decomiso en la frontera, dice, muchas otras cargas pasan desapercibidas.

La lucha de México: redadas, promesas y vigilancia

Para aplacar la creciente presión estadounidense, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha implementado una serie de medidas para controlar la producción y el tráfico de fentanilo. Según la BBC, México ha desplegado 10,000 miembros de la Guardia Nacional en la frontera para frenar las rutas de contrabando. Desde octubre, se han realizado más de 900 arrestos en Sinaloa, bastión del narcotráfico. Además, se han incautado cantidades récord de fentanilo, incluida una tonelada en un solo operativo en diciembre.

México también ha endurecido las restricciones sobre los envíos de precursores químicos desde China, lo que ha obligado a los cárteles a reducir la potencia de sus pastillas. Esto podría haber contribuido a la ligera caída en las muertes por sobredosis en EE.UU., pero también evidencia la constante adaptación de los narcotraficantes para evadir las medidas en su contra. Además, la BBC informa que México ha permitido la expansión de misiones de vigilancia con drones estadounidenses para detectar laboratorios clandestinos y ha extraditado a 29 líderes de cárteles a EE.UU.

En un discurso cubierto por la BBC, Sheinbaum responsabilizó a los reguladores estadounidenses por la crisis del fentanilo, señalando que la aprobación “irresponsable” de analgésicos potentes en los años 90 desencadenó la epidemia de opioides. Ha insistido en que Washington debe asumir su parte de responsabilidad, dado el insaciable consumo estadounidense. “El gobierno de EE.UU. debería hacerse responsable de la crisis de consumo de opioides que ha causado tantas muertes”, declaró.

El costo humano y un futuro incierto

En EE.UU., el impacto es inmediato. En Kensington, Filadelfia—conocido como el mayor mercado abierto de drogas de la costa este—, la BBC documentó escenas de personas sufriendo sobredosis en las calles, niños intoxicados accidentalmente y rescatistas administrando naloxona a diario.

Rosalind “Roz” Pichardo, fundadora de Operation Save Our City, lleva seis años salvando vidas y ha revertido casi 3,000 sobredosis. Señala un nombre en su Biblia desgastada: un niño de siete años que sobrevivió tras ingerir fentanilo de sus padres.

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A pesar de los operativos, el tráfico de fentanilo sigue en auge, impulsado por la demanda insaciable y la indiferencia de quienes lo distribuyen. Para miles de personas en México y EE.UU., la próxima dosis o el siguiente cargamento están a solo un paso. El costo real se mide en vidas al borde del abismo.

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