El principal proyecto de Gustavo Petro: una Reforma Agraria mayor al área de El Salvador

La semana pasada, el presidente colombiano, Gustavo Petro, comunicó lo que, según él, es un acuerdo histórico. El Gobierno colombiano pactó la compra de 3 millones de hectáreas de tierra con el mayor gremio ganadero del país: Fedegan. Este acuerdo permitiría a la administración del nuevo presidente adelantar su mayor meta, una Reforma Agraria que distribuya la tierra fértil del país andino y permita una mayor eficiencia y producción, según intenciones del líder del Pacto Histórico.

Además de ambicioso, este acuerdo también tiene una importancia simbólica. Fedegan ha sido un gremio tradicionalmente cercano al uribismo y al conservadurismo en Colombia (movimientos políticos diametralmente opuestos). Incluso, la esposa del director de grupo, José Felix Lafaurie, es María Fernanda Cabal, una de las políticas más ortodoxas de la derecha colombiana. Cabal es reconocida por su fiel seguimiento al expresidente Álvaro Uribe, su cercanía con Donald Trump, Jair Bolsonaro y diferentes líderes de la extrema derecha; y de su férrea oposición a Gustavo Petro y todos los partidos socialistas.

La foto en la que aparecen Lafaurie y Petro representa también una “tregua” entre el poderoso sector ganadero opuesto al presidente Petro, y la nueva administración. Será vital contar con un gran apoyo social en toda Colombia para que la mayor propuesta del presidente colombiano sea viable.

Pero este acuerdo no solo es importante para lograr una equidad en el uso de tierras. La Reforma Agraria que planea Petro es la base de varias (si no de todas) sus promesas de campaña y gobierno.

Por ejemplo, el mismo presidente Gustavo Petro ha insistido en que una redistribución de tierras es necesaria para lograr lo que él ha llamado la Paz Total. No solo porque el conflicto en Colombia ha estado históricamente ligado al acceso a la tierra, sino porque la reforma agraria es una de los puntos acordados en el Acuerdo de Paz entre el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Farc.

Adicionalmente, el presidente colombiano tiene una política climática bastante progresista. Entre sus planes está aumentar la transición energética a energías limpias. Incluso, el presidente, en campaña, y varios miembros del gabinete han asegurado que Colombia no aprobará más permisos de exploración para proyectos minero-energéticos. Esto supone una reducción a futuro de uno de los principales productos de exportación de Colombia en la actualidad (carbón, petróleo y otros productos mineros). Al respecto, Gustavo Petro propone un aumento en la producción agrícola que supla las exportaciones que hoy tienen otros sectores. 

Precisamente, la ministra de Agricultura, Cecilia López, ha manifestado que la meta de convertir a Colombia como potencia agrícola necesita de un cambio en la posesión de tierras. Según la política, hay tierras en Colombia que están siendo sub explotadas y son solo utilizadas a manera de especulación de precios para su posterior venta, pero estas áreas hacen parte de la frontera agrícola y pueden entrar a producir alimentos para garantizar la seguridad alimentaria del país y aumentar las exportaciones.

Según López, en entrevista con el Canal Institucional: Hoy, la agricultura en Colombia solo representa el 8% del PIB, cuando antes producía hasta el 20%. La idea, según la ministra, es “distribuir tierra productiva a sectores que no tienen y aumentar la producción de tierra sub utilizada (…) estamos explotando un poco más de 5 millones de hectáreas, cuando se puede hacer entre 22 y 25 millones de hectáreas que tienen vocación agrícola”.

El pacto con Fedegan es una de las formas en que se recuperará esta área a la producción agrícola, ya que, según el Ministerio de Agricultura, Colombia tiene 15 millones de hectáreas que se reconocen como vocación ganadera, pero hay 34 millones dedicados a la ganadería. 

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¿Cómo pretende el gobierno pagar las 3 millones de hectáreas?

Las 3 millones de hectáreas que piensa comprar el Estado colombiano a la Federación de Ganaderos, equivalen a 30.000 km², una área mayor a países como Albania, Guinea Ecuatorial, El Salvador o Haití. ¿Cómo tiene planeado el Estado Colombiano comprar esa cantidad de tierra a privados? El mismo presidente Petro había manifestado que el plan le costaría al país entre 30 y 60 billones de pesos (entre 6.5 mil y 13 mil millones de dólares). El precio por hectárea dependerá de su avalúo catastral que se actualizará próximamente.

El dinero disponible provendrá de títulos de deuda pública que emitirá el Banco de la República. Sin embargo, no se ha detallado si esta será única forma de pago, ni las condiciones que estos títulos de deudas tendrán. Pero el presidente sí detalló que esta compra será de manera progresiva y que se podrá dividir en 500 mil hectáreas anuales.