El trágico significado de los buses verdes en Siria
Los buses verdes muestran la tragedia de millones de ciudadanos que intentan escapar de la guerra
Quienes han seguido las noticias del conflicto en Siria tal vez reconozcan los buses verdes en los que miles de personas han sido evacuadas de zonas en disputa entre el régimen y diferentes facciones de la oposición armada. El estallido de la revolución hace ya casi siete años y su rápida transformación en una de las peores crisis de nuestros tiempos ha transfigurado el país y ha desplazado millones de personas, además ha cobrado las vidas de cientos de miles de ciudadanos y combatientes.
En el proceso de esta catástrofe, todas las partes han acudido a crudas estrategias para ganar territorio, siendo los estados de sitio a poblaciones civiles una de las más dramáticas, donde las únicas 2 opciones son: morir de hambre o evacuar. Es por esto que los buses verdes se han convertido en el trágico símbolo de la desesperación de civiles y combatientes, obligados a ceder (a rendirse en últimas) en “acuerdos” promovidos por el régimen como gestos de reconciliación.
Filas de buses verdes cubiertos de polvo, donde fueron evacuados miles de civiles y combatientes derrotados de Alepo oriental son quizá unas de las imágenes más representativas de estos simbólicos vehículos. La evacuación fue el resultado de la recaptura de la ciudad por parte del Gobierno de Bashar al-Assad y sus aliados nacionales e internacionales. Entre julio y diciembre de 2016, los civiles de Alepo oriental sufrieron ataques por aire y tierra, y la zona fue fuertemente sitiada. De acuerdo a la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre Siria, fuerzas aliadas al gobierno fueron responsables de atacar deliberadamente hospitales, mercados y diferentes fuentes de subsistencia para los civiles, violando así los derechos a la vida, a la comida, al agua y violando el Derecho Internacional Humanitario.
Desde 2012 se conoce que sitiar áreas bajo el control de grupos de la oposición y privar a los civiles allí atrapados de todas las necesidades básicas, ha sido una táctica del Gobierno. Una táctica de guerra medieval que hoy parece inimaginable, difícil de creer, pero con suficiente documentación para no poder negarlo. Así, el régimen de Bashar al-Assad y sus aliados han logrado ganar y retomar la mayor cantidad de territorio. Amnistía Internacional acaba de publicar el informe “Nos marchamos o morimos” Desplazamiento forzado bajo los acuerdos de ‘reconciliación’ en Siria. En este informe se documenta la situación en las zonas de Daraya, Alepo oriental, al-Waer, Madaya, Zabadani, Kefraya, y Foua, de donde han sido desplazados y evacuados en buses verdes, miles de civiles tras exitosas campañas de asedio y ataques indiscriminados para obligar a los grupos opositores a rendirse.
En medio de la derrota y la hambruna, en medio del encierro, estos buses se han convertido en la única oportunidad para sobrevivir de miles de personas. Sin embargo, las zonas a las cuales llegan son casi tan inseguras o llegarán a serlo. Estos buses ya no son un medio de transporte, representan la Siria de hoy, fracturada y devastada, cuya reconfiguración se cimienta sobre los cuerpos de millones de víctimas. Representan, además, incertidumbre y desesperanza bajo un régimen que llegarán hasta las últimas consecuencias por mantenerse en el poder.
Latin American Post | Érika Alejandra Cortés
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