¿Es América Latina una región post-racial?
Un informe publicado por el Barómetro de las Américas evidencia la relación entre tono de piel, nivel educativo y bienestar económico en la región
Cuando se trata de abordar la discusión acerca de cuáles son las políticas públicas más efectivas para combatir la desigualdad, derivada de la discriminación racial en América Latina, suele ser complejo encontrar datos comparables y de alcance regional. Por consiguiente, con el objetivo de producir información acerca de si existe relación entre desigualdad social y discriminación, basadas en el tono de piel, desde 2010 el Barómetro de las Américas (LAPOP) pidió a sus entrevistadores que calificaran, en una escala de 11 puntos, el tono de piel de los entrevistados.
La escala es una herramienta desarrollada por el Proyecto de Etnicidad y Raza en América Latina (PERLA), de Princeton University. La herramienta fue utilizada recientemente, en México, por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que publica cada año la Encuesta Nacional de Hogares (ENH).
Luego de la polémica generada por la publicación de sus resultados y con la intención de obtener información acerca de la magnitud de la discriminación racial en México, comparándola con otros países de la región, los investigadores Daniel Zizumbo e Iván Flores utilizaron los datos de LAPOP. El resultado es el estudio titulado ¿Es México un país post-racial? La desigualdad y el tono de piel en las Américas. Aunque la investigación hace énfasis en el caso mexicano, también arroja indicadores relevantes para todos los países de América Latina y el Caribe.
Las principales preguntas de la investigación fueron las siguientes:
• ¿Existe una relación entre color de piel y el nivel educativo en los países latinoamericanos?
• ¿Viven en peores condiciones económicas aquellos individuos con un tono de piel más oscuro y viceversa?
En este sentido, los datos más relevantes evidencian la influencia entre color de piel y resultados educativos, por un lado, así como entre color de piel y bienestar material, por el otro.
Así, los países peor ubicados –en los cuales hay una mayor relación entre tono de piel y bienestar material–, son Trinidad y Tobago, Ecuador y México (en ese orden). Perú, Colombia y Venezuela se encuentran en un nivel intermedio y, finalmente, los mejor ubicados son Costa Rica, San Cristóbal y Nieves y Panamá.
Del mismo modo, respecto de la desigualdad educativa -entendida como las diferencias en el nivel de escolaridad de acuerdo con el tono de piel-, el informe aporta evidencia acerca de que existe una relación negativa entre tono de piel y el desempeño educativo. Los países en los cuales esta relación es más fuerte son Ecuador, Uruguay, Bolivia y México (en ese orden). En un nivel intermedio se ubican Granada, Colombia y República Dominicana. Finalmente, se ubican aquellos en los cuales la influencia es menor: Venezuela, Guyana y Belice.
En países como México, Ecuador y Trinidad y Tobago el tono de piel es un factor determinante de la riqueza y el nivel educativo que tienen sus ciudadanos. Los individuos con tonos de piel más claro completan en promedio alrededor de 11 años de escolaridad, mientras que aquellos con un tono de piel más oscuro, terminan aproximadamente 5. Cabe resaltar que la escolaridad se encuentra estrechamente relacionada con la posibilidad de aumentar su bienestar material y obtener movilidad social.
Los datos del Barómetro de las Américas dibujan un diagnóstico acerca de la discriminación racial a nivel regional. Sin embargo, al mismo tiempo, sirven de hoja de ruta para impulsar el debate sobre cuáles son las políticas públicas adecuadas, en aras de construir sociedades más equitativas.
En América Latina, si bien en algunos países la situación es mayor que en otros, la discriminación racial no es cosa del pasado, sino que representa un problema estructural, así como una tarea pendiente, indispensable para la existencia de sociedades democráticas.
LatinAmerican Post | Cristian Márquez Romo
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