¿Está el mundo acercándose a la legalización de la eutanasia?
La mayoría de países en el mundo aún no se acercan a una discusión sobre la eutanasia que permita a los pacientes decidir sobre la forma en la que desean morir.
Persona llenando una jeringa con medicamento. / Imagen de referencia / Pixabay
LatinAmerican Post | Juliana Suárez
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El pasado 26 de septiembre se conoció la decisión del Tribunal Constitucional de Italia que permite realizar la eutanasia a pacientes cuyo enfermedad y dolor sea irreversible.
Esta decisión es un hito en la actualidad. En primer lugar, porque Europa es uno de los continentes que, a pesar de ser muy progresista en otros aspectos, en cuanto a la eutanasia no ha dado grandes avances. Por otro lado, Italia en sí es un país de gran influencia católica, sin mencionar que dentro de éste se encuentra el Vaticano.
En el mundo, pueden ser contados con los dedos de las manos los países que tienen la eutanasia legal y reglamentada bajo ese nombre en particular. Holanda fue el primero en Europa en legalizarla, a lo que después se unieron otros como Bélgica y Luxemburgo. Algunos otros permiten ciertos tipos de “muerte asistida” y otros varían dependiendo de la administración de turno. En otros, no está legalizada pero tampoco penalizada. En todo caso, es un tema que aún requiere de mucho debate.
En América, los únicos países en los que está permitida y reglamentada bajo el nombre de Eutanasia es en Canadá y Colombia, más algunos estados de Estados Unidos.
¿Suicidio asistido o culminación voluntaria?
El procedimiento como tal, que incluye la asistencia de un médico para inyectar un líquido que termina por detener el corazón –sin dolor alguno–, sigue siendo un tema tabú. A nivel global se reconoce también con el nombre de suicidio asistido. Este término, según afirmó Gustavo Quintana, médico que practica eutanasia en Colombia, hace aún más difícil el avance de la práctica, pues el hecho de que contenga la palabra “suicidio”, comprende una connotación peyorativa.
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Para Quintana, el término correcto debería ser culminación voluntaria, pues, así como cada quien tiene el libre albedrío de vivir como quiere, también debería tenerlo al morir. Esto, teniendo en cuenta siempre una asistencia médica y psiquiátrica válida.
Este mismo problema, que terminan por ser únicamente tecnicismos del lenguaje, ocurre en todo el mundo y es lo que, en algunas ocasiones, ha frenado la práctica con el nombre de eutanasia. Por lo mismo, en muchos países no es concebible un suicidio asistido, pero sí una muerte digna.
Sin embargo, la muerte digna no se refiere únicamente a la eutanasia. En el caso de la mayoría de países, ésta significa que el paciente puede decidir si no quiere vivir de forma artificial (por ejemplo, si quieren retirar los equipos que mantengan ciertos órganos en funcionamiento).
Meses atrás, la esposa del francés Vincent Lambert estuvo luchando para poder practicarle la eutanasia, tras 10 años de estar en estado vegetal. Esto reavivó el debate de la muerte digna en Francia y se convirtió en un dolor de cabeza entre juicios y apelaciones, lo que hizo que el caso llegara incluso a presentarse ante la ONU. Finalmente, se aprobó terminar su tratamiento y, aunque no se le practicó la eutanasia, sí se le dejó morir al retirarle también alimento e hidratación.
Eutanasia en América Latina
Colombia es uno de los países más avanzados en este tema a nivel mundial, pues no solo está reglamentada, sino que también tiene especificaciones para ciertos casos, como es en los niños menores de 7 años, que suponen un debate aún más complejo y poco tocado. Después de que en 1997 fue despenalizada la eutanasia, en 2015 terminó por permitirse, convirtiéndose el primer –y hasta ahora único—país latinoamericano en permitir el procedimiento.
La normativa que permite acceder a esto cuenta con tres puntos principalmente:
- Que el paciente sea un enfermo terminal desahuciado.
- Que manifiesten su deseo de no querer vivir.
- Que la practique un médico registrado en el método de no causar dolor.
Mientras tanto, otros países latinoamericanos apenas comienzan el debate, pero están muy lejos de lograr una reglamentación.
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Países como Argentina, Brasil, Uruguay, Chile México son de los pocos empiezan a dar pasos lentamente hacia la legalización de lo que se llama la muerte digna, aunque aún están lejos del procedimiento de la eutanasia.
Estos países tienen diferentes reglamentaciones en las que se permite la muerte digna. Como se mencionó antes, en estos casos el paciente puede solicitar que ya no reciba más asistencia médica que prolongue sus vidas, lo que terminaría tarde o temprano en su muerte. Bajo distintos nombres, como “ley del buen morir”, el paciente puede elegir someterse o no a tratamientos o máquinas para salvar su vida.
Aunque la discusión de la eutanasia en estos países no ha sido abordada, Argentina sí ha sido enfático en que no se discutirá sobre ese procedimiento como tal.