AMÉRICAS

Experto considera “deseable” la participación de España en la exploración científica colombiana del San José

La exploración colaborativa de los restos del galeón español San José por parte de Colombia, con la posible participación de España, ejemplifica un enfoque pionero de la arqueología marítima, que honra el patrimonio compartido al tiempo que promueve la cooperación científica y respeta la santidad de los sitios culturales submarinos.

Revelando la historia en las profundidades

Ubicado en las profundas aguas del Mar Caribe, los restos del galeón español San José son un testigo silencioso de la tumultuosa historia que una vez envolvió a América Latina. Descubierto frente a la costa colombiana, este relicario submarino, cargado de tesoros y secretos del siglo XVIII, ha encendido una chispa de interés que trasciende fronteras, atrayendo a partes interesadas desde Colombia hasta España y cautivando a la comunidad global. Explorar San José no es sólo una inmersión en las profundidades del mar, sino en las profundidades de la historia, que promete conocimientos sobre nuestro pasado compartido y ofrece lecciones para el futuro.

El galeón San José, hundido en 1708 durante una escaramuza con corsarios británicos, era más que un barco; era un microcosmos flotante de la riqueza del imperio español y sus intrincadas conexiones a lo largo de América. El anuncio de su descubrimiento en 2015 por parte del gobierno colombiano reavivó un viejo debate sobre la custodia y preservación del patrimonio cultural sumergido. España, citando convenios internacionales, reclama el galeón como barco de Estado. Mientras tanto, Colombia lo ha declarado bien cultural, enfatizando sus derechos soberanos sobre los restos del naufragio.

Ecos en toda América Latina

Este escenario no es exclusivo de Colombia. En toda América Latina, las naciones luchan con los legados de su pasado colonial, sumergidos a lo largo de sus costas. La rica historia de los galeones españoles de México, las flotas hundidas de Cuba y los restos navales de Argentina comparten historias similares de descubrimiento, pérdida y búsqueda de preservación. La historia de San José es un microcosmos de una narrativa más amplia que abarca la región y destaca los desafíos y oportunidades en la gestión del patrimonio cultural subacuático.

La potencial colaboración entre Colombia y España, como destaca el arqueólogo marítimo Arturo Rey da Silva, representa un modelo innovador de cooperación internacional en arqueología marina. Rey da Silva, ciudadano español y profesor de la Universidad de Edimburgo, subraya la importancia de este tipo de empresas conjuntas, destacando la experiencia de España en arqueología de aguas profundas y su compromiso con la preservación del legado histórico compartido.

La exploración de San José está preparada para sentar un precedente sobre cómo las naciones pueden trabajar juntas para proteger y estudiar los sitios culturales subacuáticos. El proyecto subraya la importancia de la investigación científica sobre la explotación comercial, alineándose con los principios descritos por la Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático. Este enfoque garantiza la preservación de los restos del naufragio no sólo como sitio arqueológico sino también como monumento a las vidas perdidas en el mar.

El enfoque holístico de Colombia

La estrategia inclusiva de Colombia, que da la bienvenida a la cooperación internacional y al mismo tiempo involucra a las comunidades locales e indígenas, ofrece un modelo holístico para la arqueología subacuática. Este método respeta la naturaleza multifacética del patrimonio marítimo, reconociendo sus dimensiones científicas, históricas y emocionales.

Mientras Colombia y España navegan por las complejidades de su patrimonio compartido a través del San José, se embarcan en un viaje que trasciende el mero interés arqueológico. Esta colaboración es un testimonio del poder de la diplomacia cultural y el papel del patrimonio en la creación de conexiones entre naciones. Sirve como un faro para otros países latinoamericanos que luchan con problemas similares, demostrando que a través de la cooperación, el respeto y el compromiso compartido, las historias de nuestro pasado pueden iluminar el camino hacia un futuro más inclusivo y comprensivo.

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El proyecto San José, por tanto, es más que una empresa arqueológica; es un símbolo de reconciliación, un puente a través del tiempo y las mareas que une en lugar de dividir. Ejemplifica cómo, al honrar el pasado y abrazar nuestra herencia cultural compartida, podemos construir una base para una paz y cooperación duraderas entre Colombia y España, América Latina y el mundo.

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