AMÉRICAS

La súplica de El Pollo: Cómo un jefe de espías venezolano desenmascaró un narcoestado dentro del Estado

Un silencio atónito cayó sobre Caracas cuando se supo que Hugo “El Pollo” Carvajal —antiguo e inquebrantable jefe de inteligencia militar de Venezuela— se presentó en un tribunal de Nueva York y confesó haber traficado cocaína. No solo por lucro, sino como un arma del Estado.


Del círculo íntimo de Chávez a prófugo de la justicia

Su ascenso fue improbable. Su caída, shakesperiana.

Hugo Armando Carvajal, mejor conocido como “El Pollo”, estuvo alguna vez en el núcleo del poder venezolano. Como director de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) del país entre 2004 y 2011, no era solo un jefe de espías. Era, en palabras del politólogo de Oxford Laurence Whitehead, “indispensable para el esfuerzo de Hugo Chávez de fusionar partido, Estado y cuarteles”.

Carvajal ayudó a construir la imagen de la Venezuela chavista como el desafiante epicentro del socialismo bolivariano. Pero detrás de los eslóganes antiimperialistas, los fiscales alegan ahora que también estaba construyendo un estado en la sombra—uno que movía toneladas de cocaína con total impunidad.

Pieza central del caso es el Cártel de los Soles, una red informal bautizada por los soles en las charreteras de los generales venezolanos. La declaración de culpabilidad de Carvajal—reportada primero por la BBC—confirmó lo que muchos sospechaban: el cártel no era un mito. Era un método.

La lealtad comenzó a desmoronarse tras la muerte de Chávez en 2013. Carvajal tuvo enfrentamientos tempranos y frecuentes con el sucesor Nicolás Maduro, especialmente después de la sangrienta represión de las protestas antigubernamentales en 2017, que dejó más de cien muertos. En 2019, Carvajal rompió públicamente con el régimen y apoyó al opositor Juan Guaidó en un fallido llamado a la insurrección militar.

Se emitió una orden de arresto. Carvajal huyó a España, disfrazado con peluca y bigote postizo, con 20.000 euros en efectivo y una maleta llena de teléfonos desechables. Capturado en Madrid en 2021, luchó contra la extradición durante dos años, hasta que finalmente fue trasladado a Manhattan en 2023.


Cocaína como arma: no solo ganancias, sino estrategia

Dentro de la sala del tribunal, el tono fue clínico. Las palabras, devastadoras.

Los fiscales federales acusaron a Carvajal de usar la cocaína no solo para su beneficio personal, sino como lo que llamaron un “arma geopolítica”. Argumentaron que era una forma de desestabilizar ciudades estadounidenses mientras se financiaba el colapsado régimen venezolano.

Para Paul Gootenberg, historiador en Rutgers y autor de Andean Cocaine, la acusación no es descabellada. A lo largo de la historia, gobiernos revolucionarios han usado los narcóticos como herramientas de presión. En el caso de Carvajal, eso implicó proteger convoyes de las FARC en la frontera venezolana a cambio de millones en efectivo y cargamentos de fusiles de asalto.

Los documentos judiciales detallan cómo construyó una red financiera a través de empresas fantasma y cuentas en bancos suizos, siguiendo un patrón documentado por el sociólogo Edgardo Buscaglia, quien lleva años rastreando redes de narco-corrupción en América Latina.

¿Y las pruebas? Incluyeron una conversación interceptada—reproducida en el tribunal—en la que Carvajal supuestamente se jactaba de que la cocaína destinada a Nueva York llegaría marcada con pequeñas imágenes del sol militar.

El símbolo de la defensa nacional, usado para marcar veneno.

EFE@Víctor Lerena


Lo que sabe podría derribar gigantes

La confesión de Carvajal llegó justo antes de la selección del jurado, lo que llevó a muchos analistas a pensar que se está gestando un acuerdo de cooperación.

“Es un archivo ambulante”, dijo Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA, a la BBC. Vigil sostiene desde hace tiempo que Carvajal posee secretos que podrían sacudir las altas esferas del gobierno de Maduro.

No es una especulación. Desde 2020, el Departamento de Justicia de EE. UU. ha acusado a Maduro y a 14 altos funcionarios de narcoterrorismo. Ninguno está bajo custodia estadounidense. Pero Carvajal podría tener las claves—planes de vuelo, comunicaciones codificadas, rastros bancarios offshore—para hacer que esos casos prosperen.

Maduro ha descartado las acusaciones como ficción imperialista. “Puras mentiras para robarnos el petróleo”, declaró en 2020.

Pero el momento no podría ser peor para Caracas. Los ingresos petroleros han caído un 80% desde 2015, y con la economía devastada, el contrabando—de cocaína, oro y diésel—se ha convertido en un salvavidas.

Como escribió el politólogo Javier Corrales en Latin American Politics and Society, el régimen de Maduro no solo ha tolerado las economías ilícitas. Ha dependido de ellas.


Ondas regionales—y lo que viene

La confesión de Carvajal no es solo una bomba en Venezuela. Es un terremoto en toda América Latina.

En Colombia, donde el proceso de paz con las FARC sigue siendo frágil, la revelación de que la inteligencia militar venezolana protegía convoyes de droga es explosiva. María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz en Bogotá, advirtió que tales revelaciones podrían tensar aún más la ya delicada cooperación en seguridad fronteriza.

Dentro de Venezuela, las familias de presos políticos temen represalias. “Nos preparamos para ello,” tuiteó la abogada Tamara Suju el día después de la confesión. “Y tenemos miedo.”

En Washington, el caso ya se ha convertido en herramienta política. Mientras el Congreso debate si aliviar las sanciones petroleras para bajar el precio del combustible, el testimonio de Carvajal da nueva munición a los sectores más duros. Bruce Bagley, académico de Georgetown y autor de Drug Trafficking and International Security, lo resumió así: “Cuando los insiders de alto nivel se quiebran, la diplomacia se congela.”

Carvajal será sentenciado en octubre. Los cargos podrían acarrearle cadena perpetua, pero su cooperación podría reducir considerablemente esa pena.

En la corte, habló con voz baja, reconociendo solo que había movido cocaína. Pero al finalizar la audiencia, los fiscales revelaron un último detalle: la voz del propio Carvajal, alardeando de que los cargamentos hacia EE. UU. llevaban el sello del sol.

Lea Tambien: La caída de Fito: la guerra contra el narcotráfico en Ecuador llega a un punto de inflexión

Fue un momento punzante—porque reveló cuánto del colapso venezolano fue orquestado desde dentro.

Como dijo Will Grant de la BBC frente al tribunal, la confesión fue más que un ajuste de cuentas personal:

“Fue una confesión de que partes del Estado venezolano convirtieron el narcotráfico en propósito.”

Lo que ocurra ahora dependerá de cuánto decida compartir Carvajal—y hasta dónde se le permita viajar a la verdad.

Related Articles

Botón volver arriba