Las mujeres católicas mexicanas redefinen la fe adoptando la elección y los derechos LGBTQ+
En Ciudad de México, un grupo de activistas católicos desafía las normas tradicionales, entrelazando su fe con la defensa del derecho al aborto y el apoyo LGBTQ+, remodelando las perspectivas religiosas .
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The Latin American Post Staff
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Católicos por el Derecho a Decidir en la Ciudad de México
En el bullicioso corazón de la Ciudad de México, una fusión única de fe y activismo prospera dentro de las oficinas de Católicos por el Derecho a Decidir. Aquí, una imagen de la Virgen María aparece junto a un pañuelo verde que lleva un poderoso mensaje: "María fue consultada para ser la madre de Dios". Esto simboliza el compromiso del grupo de entrelazar el catolicismo devoto con el apoyo incondicional al acceso al aborto y los derechos LGBTQ+.
Fundada en 1994, siguiendo el modelo de Catholics for Choice en Estados Unidos, esta organización se ha convertido en un faro del catolicismo progresista en América Latina. Operando en 10 países, sus miembros desafían la tradicional invisibilidad de las mujeres en contextos religiosos, abogando por una reinterpretación feminista de los textos sagrados.
Redefiniendo la maternidad: una postura provocativa en México
Un elemento central de su creencia es la noción de que la Virgen María eligió activamente la maternidad en lugar de simplemente aceptar el mandato divino. Esta postura es excepcionalmente provocativa en México, una nación donde los grupos conservadores a menudo visten prendas azules para protestar por la despenalización del aborto. La Iglesia católica, encabezada por figuras como el arzobispo Carlos Aguiar Retes de la Ciudad de México, sigue abiertamente en contra del aborto, y a menudo moviliza el simbolismo religioso en su activismo.
Al reconocer la agitación emocional y espiritual que enfrentan muchas mujeres en estas circunstancias, Católicas por el Derecho a Decidir estableció un grupo de acompañamiento espiritual. Este equipo, compuesto por teólogos y líderes religiosos de varias denominaciones cristianas, ofrece apoyo a las mujeres que luchan con las complejidades morales del aborto.
Las mujeres se acercan a través de llamadas telefónicas o redes sociales, buscando orientación durante o después de un aborto o cuando se sienten abrumadas por la culpa y las preguntas existenciales sobre el pecado y la condenación. La organización mantiene la confidencialidad y utiliza estas interacciones para perfeccionar su enfoque y profundizar su comprensión del contexto social.
Este apoyo espiritual implica reexaminar los textos bíblicos y participar en meditaciones y rituales de curación para aliviar los sentimientos de culpa y remordimiento. A través de este proceso, las mujeres son guiadas a reconciliar su fe con sus elecciones.
Más allá del ámbito espiritual: participar en el discurso público
Más allá de este apoyo espiritual, los Católicos por el Derecho a Decidir participan activamente en el discurso público. Realizan conferencias universitarias, ofrecen capacitación a profesionales médicos que pueden resistirse a realizar abortos legales debido a creencias personales y producen "Catolicadas", una serie animada que explora temas religiosos.
El impacto de su trabajo resuena más allá de los límites de su organización. Los testimonios personales dan fe del profundo efecto de su enfoque. Una persona LGBTQ+ encontró consuelo y autoaceptación a través de su reinterpretación de la Biblia. Al mismo tiempo, una mujer, después de un aborto, expresó haber encontrado paz y reconexión con su fe, capaz de participar en la comunión y dormir profundamente después de años de agitación.
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Los Católicos por el Derecho a Decidir representan un cambio fundamental en el panorama del activismo religioso en América Latina. Su trabajo no se trata sólo de defender los derechos sino de redefinir la relación entre fe, elección personal y justicia social. Son un testimonio de la posibilidad de un catolicismo compasivo e inclusivo que abrace la elección y la diversidad manteniendo al mismo tiempo una profunda devoción a sus raíces espirituales. El viaje de este grupo es un faro para muchos, iluminando un camino donde la fe y los derechos coexisten armoniosamente, ofreciendo una nueva perspectiva sobre lo que significa ser católico en el mundo moderno.