Legión de Libertad, el grupo disidente que está luchando por el fin de la invasión rusa en Ucrania

El movimiento Legión de Libertad inició el 27 de febrero con un centenar de voluntarios que arribaron a Ucrania con la consigna de "proteger a sus habitantes de los verdaderos fascistas". El entrenamiento ha sido permanente desde esa fecha y se ha enfocado en prácticas de tiro y manipulación de fusiles. Aunque la mayoría de los integrantes son soldados profesionales, no se deja ningún detalle al azar.

La denominada Legión de la Libertad de Rusia invita a aquellos jóvenes que “odien el régimen de Putin y quieran que Rusia sea un país libre y democrático” a unirse en favor de esta causa. Las solicitudes diarias de nuevos adeptos superan las 300 (aunque la mayoría son descartadas por la inexperiencia militar en los candidatos). Sus razones son muy variadas, pero el sentir de la mayoría afirma que lo ordenado desde el Kremlin es un “crimen” y que no hay ninguna razón de fondo para atacar a un pueblo hermano.

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El estandarte de la legión es la bandera blanca y azul, similar a la bandera rusa, pero se le suprime el color rojo, que simboliza la oposición frente al gobierno de Vladimir Putin. A pesar de su papel cada vez más influyente en el conflicto, sus identidades se guardan con mucho recelo, ya que la mayoría de las familias habitan en Rusia y podrían estar en alto riesgo.

Su principal canal de información ha sido la red social Telegram y mediante una gran cantidad de mensajes propagandísticos han logrado ampliar su influencia y el número de adeptos a su causa. “Descubrimos que estábamos en el bando equivocado, ahora sabemos la realidad de la guerra” decía una de las arengas publicadas por el diario opositor The Moscow Times.

Acerca de las regiones donde han tenido influencia, según testimonios anónimos de soldados, ciudades como Irpin, cercana a la capital Kiev y catalogada como heroica por el propio presidente de Ucrania Volodímir Zelenski, y los centros urbanos e industriales de Severodonetsk y Lisichansk, pertenecientes a la región del Dombas, epicentro del conflicto, han sido lugares donde se han hecho presentes.

Aunque la mayoría de los integrantes de la Legión de la Libertad son rusos, habitantes de Polonia, Bielorrusia y, especialmente, de Georgia también se han venido uniendo a este movimiento. Tradicionalmente, importante porcentaje de la población georgiana consideran que Vladímir Putin no se conformará con los territorios ucranianos en disputa, sino que también querrá extender su influencia en otros países, como sucedió años atrás en Georgia con las autoproclamadas repúblicas de Osetia del Sur y Abjasia, ambas de tendencias prorrusa. Hoy, estos voluntarios creen que derrotar a Rusia en Ucrania sería la forma más segura y efectiva de cuidar el territorio nacional en sus países de origen.

La consigna es clara y es la de no quedarse de brazos cruzados frente a un conflicto que ha desplazado familias y pone en riesgo el futuro de generaciones. Ya son cerca de 10 meses de conflicto, pero la Legión de La Libertad seguirá en pie de lucha por la democracia, defender el derecho que tienen los pueblos por tomar sus propias decisiones y apostar por una Rusia que se libere según ellos del régimen dictatorial de Vladimir Putin.