Masacre de Sandy Hook disparó venta de armas y muertes accidentales en EE.UU.
Estados Unidos es la nación donde se registran más tiroteos masivos en el mundo. En promedio cada día muere una persona en una de estas masacres, y contario a lo que se cree, la frecuencia de estos actos y la magnitud de los mismos, motiva la compra de armas en los ciudadanos.
Esta nación cuenta además con el mayor número de armas de fuego per cápita en el mundo. Se calcula que allí hay entre 270 y 310 millones de armas en circulación, casi lo suficiente para armar a cada habitante norteamericano. Gun Violance define como ‘tiroteo masivo’ un evento en el que un atacante dispara o mata a más de cuatro personas al mismo tiempo y en el mismo lugar. Sucesos como este se registran con una frecuencia escalofriante en EE.UU., donde según estadísticas, cada 64 días se perpetra un tiroteo.
El 14 de diciembre de 2012 la matanza en la escuela primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut, enlutó al país: 20 niños y seis adultos murieron a manos de un joven de 20 años que sin aparente razón, consumó la masacre más mortífera de la historia reciente de EE.UU. Paradójicamente, el trágico tiroteo aumentó la venta de armas y disparó las muertes accidentales causadas por armas de fuego durante los 5 meses posteriores a la tragedia. Así lo reveló el estudio ‘Armas de fuego y muertes accidentales: evidencias tras el tiroteo de la escuela Sandy Hook’, realizado por los investigadores Philip B. Levine y Robin Mcknight, de la Universidad de Wellesley, Massachusetts.
Los autores revelaron que durante diciembre de 2012 y abril de 2013, se vendieron más de 3 millones de armas en el país. A su vez, la cifra de accidentes fatales por mes ocasionados por uso de pistolas o rifles, aumentó en un 27% en la población general y 64% entre los niños. De acuerdo al Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU., durante todo 2012 y antes de la masacre de Sandy Hook, el promedio de muertes accidentales con armas era de 45 por mes, después del tiroteo la cifra aumentó a 66 fallecimientos cada 30 días.
Para realizar la investigación, los autores revisaron bases de datos, búsquedas de Google y comprobaciones de antecedentes llevadas a cabo por el FBI respecto a la adquisición de armas. Curiosamente, tras los hechos en la escuela de Newtown y luego de dos declaraciones puntuales realizadas por el entonces presidente Barack Obama, que resaltaban la necesidad de aumentar el control de armas, las búsquedas en Google sobre «comprar arma» y «limpiar arma», aumentaron repentinamente.
¿Exceso de armas o problemas de salud mental?
Levine y McKnight advierten que los resultados de la investigación no se pueden tomar como una muestra única de vínculo directo entre el aumento de la venta de armas y las muertes adicionales, ya que según ellos, es complejo determinar con exactitud hasta qué punto el impacto es debido a la venta de armas.
Bajo esta premisa, el número de pistolas o rifles circulando en una nación, no debería considerarse como único responsable por la frecuencia de tiroteos masivos; India ratifica esta teoría, puesto que es el segundo país con mayor número de armas de fuego por habitante a nivel global y sin embargo, no entra en la lista de las 10 naciones con mayores tiroteos. Es en este aspecto cuando expertos y analistas empiezan a abordar los tiroteos masivos no como un problema de control de armas, sino como una situación de salud mental.
Como lo explica la Asociación Americana de Psicología, (APA, por sus siglas en inglés), las personas emocionalmente sanas tienen control sobre sus pensamientos, sentimientos y comportamientos, dándoles la habilidad de poner los problemas en perspectiva. Pero quienes cuentan con alguna clase de desequilibrio mental, carecen de las aptitudes requeridas para actuar bajo códigos éticos y es allí donde se pone en riesgo su propia vida o la de los demás.
Según cifras de la OMS, más de 300 millones de personas en el mundo sufren de depresión y otras 260 millones tienen trastorno de ansiedad. En EE.UU., 44 millones de personas padecen trastornos mentales y solo un tercio de esta población recibe algún tipo de tratamiento, el otro porcentaje restante no tiene acceso debido a los altos costos de los mismos o la falta de afiliación a una entidad de salud.
Adam Lanza, el pistolero que terminó con la vida de 20 niños y 6 adultos -incluyendo su propia madre-, en la escuela primaria de Sandy Hook, padecía del síndrome de Asperger, un trastorno que afecta la condición mental y conductual de los pacientes. Y aunque los especialistas descartaron que dicha condición hubiese sido el punto de partida que desató el macabro acto, aún se considera tal causa como el principal detonante.