Agua Sin Fronteras: América Latina Invita
El 85 % de las fuentes hídricas se encuentran donde habita solo el 12 %, de la población mundial, siendo Latinoamérica una de las zonas con mayores reservorios hidrícos del planeta
Las economías de America Latina y el Caribe dependen en gran medida de la explotación de los recursos naturales, esto incluye el agua utilizada en las actividades mineras, agrícolas, turísticas y pesqueras. Es por ello que los responsables políticos de las acciones que protegen el interés público, deben promover la eficiencia económica y facilitar la estabilidad que promueva inversiones que permitan desarrollar sustentablemente los recursos hídricos y los servicios de utilidad pública relacionados con los mismos.
La gestión sostenible del agua y el acceso seguro al suministro de la misma, estableciendo un proceso adecuado de saneamiento, favorece la preservación del recurso y promueve la creación de trabajos dignos y generadores de una mayor inclusión social.
Sin embargo, una gestión insostenible del agua y otros recursos, como la tierra y la vegetación, pueden provocar graves impactos negativos en la economía, en las poblaciones y en los países. No solo en los que están en vías de desarrollo, sino también países con altos estándares de gerencia en las empresas de producción primaria. Tal es el caso de Estados Unidos, donde en la actualidad, según un estudio de la NASA, se ha cuantificado que el volumen total de agua en las cuencas de los ríos Sacramento y San Joaquín, en el Estado de California, ha disminuido desde 2014 en 34 millones de acre-pie (42.000 millones de metros cúbicos), lo cual significa un efecto demoledor para la economía de ese extenso estado de la Unión Americana. La información se dio a conocer por primera vez en un artículo publicado en The Ángeles Times, suscrito por el científico del Laboratorio de Propulsión a Chorro, Jay Famiglietti, quien afirma que California viene perdiendo agua almacenada desde 2002 y que dos tercios de estas mermas se derivan del uso de aguas subterráneas por parte del los agricultores intentando compensar los efectos de las sequías.
El 70 % de la tierra esta cubierta por agua salada y que solo el 2,5 % es potable y que de ésta, el 70% se utiliza en la agricultura; el 20 % en la industria y el 10 % al consumo humano. Según las estimaciones de la Organización de Naciones Unidas para el año 2050, donde la población mundial estimada de 9.000 millones, incrementaría la actual demanda en un 60 % y el 85 % de las fuentes hídricas se encuentran donde habita solo el 12 %, de la población. Hoy en día 1.200 millones de personas no cuentan con acceso al agua y 2.200 millones viven sin acceso formal a cloacas y acueductos. Es acá donde Suramérica es vista como la posible solución a los problemas de abastecimiento de agua potable para el resto del continente y el mundo, esto gracias a extensas zonas de vegetación que aún permanecen en condiciones originales y permiten alimentar acuíferos de alta importancia (por los volúmenes cuantificados y por su ubicación geográfica estratégica).
Este es el caso del acuífero Guaraní que se extiende desde el norte de Brasil hasta la zona de las pampas en Argentina. Se calcula que tiene 37.000 millones de metros cúbicos, cantidad que permitiría abastecer a la población mundial actual por más de un siglo. La situación no dista de ser tensa , pues se percibe un interés manifiesto a lo largo de estos últimos años por parte de Estados Unidos en asegurar una mayor presencia en la zona cercana a dicho reservorio de agua que posee 1.190.000 kilómetros cuadrados de extensión, superficie mayor que las de España, Francia y Portugal juntas. El acuífero Guaraní abarca 850.000 kilómetros cuadrados del Brasil (equivalente al 9,9 % de su territorio), 225.000 de la Argentina (7,8 %), 70.000 kilómetros cuadrados de Paraguay (17,2 %) y 45.000 kilómetros cuadrados de Uruguay ( 25,5 % ). Ya desde noviembre de 2001 el BM, por medio de una de sus instituciones especializadas, el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF por sus siglas en inglés), comenzó a financiar la investigación y los trabajos para lograr el “desarrollo sustentable” de ese reservorio.
Se estima que la disponibilidad de agua dulce superficial será cada día más variable debido al cambio climático y el agotamiento de las reservas de agua subterránea . Esto agravará la situación, aunado a la intensificación de las sequías globales.
La agricultura también es una amenaza para la disposición de agua. Los países que exportan la mayor cantidad de materias primas agrícolas que utilizan agua subterránea no renovable son Paquistán, India y Estados Unidos y según un estudio, es probable que el arroz, trigo, algodón, maíz y soya sean los cultivos que propenden a utilizar mecanismos de irrigación poco sostenible. Muchos des estos cultivos son controlados por grandes empresas que tienen presencia en América del Sur.
No obstante, los países donde estos reservorios naturales, “cajas chicas” de líquido vital, se encuentren amenazados por presiones internacionales. Es por esto que bancos y corporaciones de desarrollo deben considerar algunos tratados donde se precise, de acuerdo a la crisis global del agua dulce, establecer coaliciones de países generadores de agua para proteger su patrimonio y el de la humanidad de cara a satisfacer las demandas que en el mediano plazo permitan planificar el suministro de agua suficiente en calidad y cantidad. De esta forma se podrá optimizar el empleo en el sector agroalimentario, impulsando estrategias novedosas en la producción agrícola, favoreciendo así la estabilidad de los ingresos, sobre todo de los sectores más vulnerables (muchas veces vinculados a poblaciones rurales históricamente desfavorecidas de América Latina y el Caribe). De no ser así, la región continuará siendo la mina por explotar que en algún momento se quedará sin recursos.
Latin American Post | Mariangel Massiah
Copy edited by Santiago Gómez Hernández